Uruguay ha sido pionero en materia de karting en Latinoamérica, creando la primera federación en 1962. Desde hace unos cuatro años se comenzaron a implementar modificaciones en el manejo del deporte localmente, lo que ha generado que se logren eventos con hasta 160 pilotos en pista, hecho que da cuenta del éxito y el progreso del deporte.
En la década de los 50 nació de manera informal la denominada Federación Uruguaya de Karting (FUK); recién en 1962 fue que efectivamente tomó forma de federación propiamente dicha. Esta fue la primera federación de karting a nivel regional, y era Uruguay el país encargado de organizar los primeros campeonatos sudamericanos, donde, por ejemplo, llegó a correr Ayrton Senna.
Luego de que la FUK hiciera punta en la región, la tendencia siguió en Argentina y Brasil.
Hoy la federación se integra por 11 clubes, cinco pertenecen a Montevideo y seis se reparten en el interior. Entre los años 2016 y 2017, la FUK trazó un plan que buscaba reconvertir la práctica. Hasta ese momento el karting seguía teniendo casi las mismas características desde el comienzo de su historia, pero este hecho comenzó a cambiar.
Anteriormente eran unos 70 corredores los que competían a lo largo del país, a veces menos, pero nunca menos de 45; esta cifra sube y baja en cada año, pero desde 2018 el número siempre ronda entre los 130 y 160 pilotos competidores. “Tomamos decisiones fuertes y la idea fue que todos tengan acceso al deporte. Antes solo competían personas a partir de los 18 años, pero se comenzó a trabajar con niños”, dijo a La Mañana Mario Rosa, secretario de comunicación de la FUK.
En un lapso de cuatro años se implementó el proyecto y los resultados están a la vista, alcanzando un karting popular. El deporte tiene una categoría que es costosa, pero hacia abajo se abrieron varias categorías de corte netamente popular, donde puede competir cualquier persona ya que es económica y no necesita conocimientos para competir. “Eso se transformó el éxito que tenemos hoy”, expresó el entrevistado.
En cuanto al desarrollo actual en comparación con la región, Uruguay está en igualdad de condiciones. Tiene material de competición a la par de lo que hay en la región, fundamentalmente en Argentina y Brasil, porque ellos son fuertes en karting y tienen industria ya que fabrican karts con licencia de marcas europeas.
“El crecimiento nuestro es asombroso por la cantidad de pilotos de karts que hay en Uruguay. La buena organización y el volumen de pilotos nos ha permitido generar becas para que jóvenes pilotos uruguayos puedan ir a campeonatos mundiales, algo que no sucedía antes, porque el karting nuestro no llamaba la atención de las grandes marcas”, relató Rosa.
Ejemplo de ello es que desde hace dos años la empresa Rotax invita a dos uruguayos a correr el campeonato mundial; eso coloca a los competidores nacionales a la par de cualquiera en materia de karting del mundo.
Máximo Castro, un ejemplo de éxito en los karts
Un ejemplo de desarrollo desde niños es Máximo Castro, un adolescente de 13 años que comenzó su formación a los seis años en la Escuela Nacional de Karting y que actualmente tiene un contrato de patrocinio con la empresa argentina Lusqtoff y corre para el equipo Talmon.
Castro compite en la categoría junior que va desde los 12 a los 14 años, y su interés por los autos comenzó gracias al padre, quien era corredor. A su corta edad ya ha participado en competencias en Argentina y Brasil, y el plan para este año es correr en tierras argentinas todo el año, con la posibilidad de participar en alguna fecha en Estados Unidos o Europa.
“Creo que en estos últimos dos o tres años el karting ha evolucionado muchísimo, más que nada con la televisación y los circuitos nuevos, y también con la implementación de carreras nocturnas, que vienen creciendo mucho en el mundo en los últimos años”, destacó Castro a La Mañana.
Para Máximo, además de ser buen piloto y entrenar, un corredor de karts necesita tener un poco de suerte y que lo vea alguna marca, así como no meterse en problemas ni hacerse “mala fama”. En su caso él entrena con el padre y el tío, que son quienes le hacen el auto, pero además entrena físicamente tres veces a la semana.
El deportista dijo que su corredor favorito es el padre, “porque me enseña todo y es un buen piloto”. Su sueño es ser corredor de Fórmula 1, algo que entiende como complicado siendo uruguayo, pero que espera que se dé.
Los logros y las falencias
El campeonato madre de Uruguay es el Campeonato Nacional de Karting, un certamen que se realiza mínimo en seis fechas o máximo ocho. Para este año será de seis fechas debido a la pandemia y aún no se prevé realizar el de ocho que es el habitual.
Cada fecha tiene dos carreras, es decir que el total de carreras en un año llega a ser 16. En simultáneo hay certámenes que no los organiza la FUK, pero sí los fiscaliza. Estos son regionales internos, y entran en juego todos los clubes del interior. Se llevan a cabo en distintos puntos del país, se organizan a menos fechas y se alternan entre las fechas del Campeonato Nacional. Este año serán tres campeonatos como este.
Las categorías existentes en el país son la promocional –en la que participan los niños que salen de la Escuela Nacional de Karting exclusivamente–, promocional cadetes, luego junior max, master y senior. Estas son categorías de elite, de karting “pura sangre”. En lo que refiere a las categorías llamadas populares, que puede competir cualquier persona, se dividen en categoría shifter, super shifter, F5, F400.
El secretario de comunicación de la FUK entiende que el hecho de trabajar con niños es un plus. En esa línea, además, se genera una gran responsabilidad que es transmitir los valores correctos a los alumnos, niños y niñas de ocho o nueve años. “Se les enseña a ser respetuosos con la autoridad y por el reglamento, y quien no se adapta se baja”, explicó.
Pero no solo se inculca en los aprendices sino además en sus acompañantes. “No es solo el respeto del piloto a las autoridades y reglamentos en la pista, sino todo su entorno. Esto genera un ámbito de competencia sana”, agregó Rosa. Y aseguró que a medida que pasa el tiempo, los pilotos van forjando una personalidad a tono con los valores fomentados.
Si bien el karting ha crecido de manera importante en materia tecnológica y de pilotos, Uruguay tiene los mismos circuitos desde la década de los 60, por lo que se entiende que es necesario tener un autódromo moderno para desarrollar lo que se tiene de mejor manera. “No hay muchas opciones de pistas, el eje de las competencias es en San José, que es un kartódromo desde su diseño. Tenemos el autódromo del Pinar que lo adaptamos lo mejor que podemos; y circuitos callejeros, que no es lo ideal. Así como la pista de Fray Bentos y Mercedes.
Pionera en todas las pistas
La FUK ha sido pionera en la región en muchas cosas y, entre estas, en empezar a trabajar con niños en la categoría cadetes desde la década los 80. “Parecía una cosa disparatada, pero tomamos ejemplos de lo que se daba en el mundo, básicamente en Europa, e implementamos esta categoría que hoy es un éxito en todo el mundo”, detalló Rosa.
A partir de entonces fueron pioneros en implementar la primera Escuela Nacional de Karting en los 90, ubicada en San José.
“En ese perfil de siempre estar haciendo punta, la FUK realizó en Car One el primer karting slalom de la región. Fue la primera vez que se hizo en Latinoamérica, y es algo de furor en Europa desde hace tres años, más o menos, y lo que hace es llevarle el karting a las narices de los niños”, sostuvo el entrevistado.
El evento terminó con cinco niños becados para correr en la categoría promocional en este campeonato 2022. Llegaron 10 a la final y se eligieron cinco para competir todo el año gratis, algo inédito en el mundo según Rosa.
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