El presidente Luis Lacalle Pou negó las versiones que indicaban que las negociaciones con China -respecto a un posible Tratado de Libre Comercio- estaban trancadas. El Frente Amplio convocará al canciller Bustillo al Parlamento para que informe sobre el avance del estudio de factibilidad. Por su parte, el Pit-Cnt advierte sobre los impactos negativos en determinados sectores productivos que podría tener un acuerdo.
El 7 de setiembre del año pasado, el presidente Lacalle Pou informaba en conferencia de prensa que China había aceptado formalmente avanzar en un TLC con nuestro país.
A partir de 2013, China es el principal socio comercial de Uruguay y ambas naciones cuentan con un acuerdo de asociación estratégica desde 2016. Principalmente se exporta al país asiático productos cárnicos –con más de US$ 1.600 millones durante el 2021 según datos del INAC–, soja y celulosa; mientras los principales productos importados de China son manufacturados: químicos, electrodomésticos y vehículos.
Según lo anunciado en ese momento por el mandatario, el estudio de factibilidad que llevarían a cabo ambos gobiernos estaba previsto que culmine antes de fin de año. Sin embargo, en los primeros dos meses de 2022 no hubo información oficial al respecto. En ese contexto, un artículo publicado la semana pasada por el semanario Búsqueda afirmaba que, tras una reunión entre el presidente, el canciller y los ministros de Economía, Ganadería e Industria, existía “preocupación” en el Poder Ejecutivo por el rol desempeñado por China en el marco del conflicto entre Rusia y Ucrania (y los países aliados de la OTAN), dado que eso podría provocar la “paralización” del TLC.
Al día siguiente, Lacalle Pou salió a desmentir esa versión que aseguraba que el acuerdo con China estaba “estancado”. El presidente manifestó el viernes pasado ante la prensa que “es un gran disparate” decir que las negociaciones por el TLC están trancadas. Por el contrario, aseguró que la negociación “va marchando”. También el ministro de Ganadería, Fernando Mattos, afirmó que el proceso de negociación transita normalmente y el estudio de factibilidad finalizará en marzo.
En tanto, antes de que el gobierno desmintiera públicamente la información de Búsqueda, desde filas opositoras ya se habían pronunciado respecto a dicha situación. En su cuenta de Twitter, el diputado frenteamplista, Daniel Caggiani, aseguró que su bancada convocará al Parlamento al ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo “para que aclare e informe a la ciudadanía” con respecto a los avances del gobierno en el TLC con China. Caggiani recordó que, según lo anunciado por el presidente, “el estudio de factibilidad conjunto debía ser terminado antes de fin de año del 2021, pero el estudio nunca llegó. Luego se dijo que estaría para febrero, después el primer semestre y ahora ya no parecen haber expectativas para el primer semestre”.
Pit-Cnt advierte sobre “afectación muy fuerte”
Apenas conocido el anuncio del gobierno uruguayo de iniciar negociaciones para concretar un TLC con China, el Secretariado Ejecutivo del Pit-Cnt emitió una declaración en la que recordó que “el formato de un TLC siempre se objetó desde el movimiento sindical, y en este caso “sería entre dos socios con grandes asimetrías”.
Sostienen que “nuestro país forma parte del continente más desigual, y con este tipo de tratados se nos ata para poder avanzar en una matriz productiva que nos permita desarrollarnos con mano de obra calificada”; debido a que “en el intercambio comercial Uruguay exportaría productos primarios y no se tendría en cuenta la complementariedad o intercambio científico y productivo, lo que lleva a aumentar las asimetrías ya existentes”, advirtió el Pit-Cnt en el comunicado. Además, manifestó su postura de que “estas negociaciones deberían ser enmarcadas a través de la integración regional de la que formamos parte”, a diferencia de este tratado que “primeriza nuestra matriz productiva y va en contra de la complementariedad regional”, señaló el Pit-Cnt.
Desde entonces, la central sindical se puso a la orden para participar de mesas de trabajo con empresarios, ya que entendían que “sería de gran aporte realizar un Foro Consultivo que aporte datos sobre el impacto de este TLC en la economía y el empleo”.
Respecto a este tema, La Mañana consultó al secretario de Relaciones Internacionales del PIT-CNT, Jorge Bermúdez, que sostuvo que “desde hace tiempo hemos venido trabajando en el tema”, dado que formó parte de la delegación sindical que acompañó a Tabaré Vázquez en la última visita presidencial de Uruguay a China en 2016.
El dirigente afirmó que entre diciembre y principios de año “se concurrió a varias reuniones, algunas en cancillería y otras actividades organizadas por la Facultad de Ciencias Económicas que tiene un equipo de trabajo sobre las expectativas, las posibilidades, las ganancias y las pérdidas” ante un posible TLC con el país asiático.
Según Bermúdez –quien es presidente de la Federación Uruguaya de la Salud-, un acuerdo de este tipo significaría una “afectación muy fuerte” en los puestos de trabajo de varios sectores “como la aguja” (vestimenta), por ejemplo, “que hoy ya están golpeados y van a ser sumamente golpeados por el TLC con China”. En ese sentido, en un encuentro entre economistas, sindicalistas y representantes de la sociedad civil organizado por la Fundación Friedrich Ebert y el Programa de Estudios Internacionales de la Universidad de la República, algunos especialistas estimaron que el TLC pondría en riesgo entre 25 mil y 35 mil puestos laborales de sectores vinculados a la industria.
Además, Bermúdez reafirmó la otra preocupación expresada por el Pit-Cnt, respecto a lo que esto pueda “dificultar el proceso de avance de la integración regional”, ya que entiende que “claramente hay situaciones que van a golpear al Mercosur”. Por lo que considera pertinente que el movimiento sindical profundice la integración continental, reimpulsando la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur.
Últimos movimientos geopolíticos y nuevos tratados en el horizonte
El anuncio uruguayo de avanzar en un TLC con China bilateralmente reafirmó la intención del gobierno “de abrirse al mundo”, a pesar de la decisión 32/00 del Mercosur que impide a los países a negociar acuerdos por fuera del bloque. Si bien, en un principio, Brasil era visto como el aliado estratégico de Uruguay en su pretensión de flexibilizar el Mercosur, las declaraciones realizadas por el presidente brasileño el pasado 10 de enero a Radio Sarandí de Rio Grande do Sul echaron por tierra esas especulaciones, cuando calificó como “un problema” la intención del gobierno uruguayo de negociar un TLC con China de forma bilateral.
Bolsonaro manifestó que “el tema Mercosur es siempre inestable, con sus pros y contras” y señaló que “en este momento Uruguay quiere comprar todo lo que viene de China directamente, independientemente de la cláusula de barrera”. Si bien el mandatario brasileño precisó que él “particularmente” entiende que “un Brasil libre” de los consensos –que exige el bloque– podría tener un mejor desempeño comercial, afirmó que su gobierno respetará “los acuerdos que se han hecho en el pasado”.
Esta postura de Bolsonaro se suma al otro revés regional que significó la negativa del gobierno uruguayo, en la última Cumbre de presidentes del Mercosur, de acompañar la rebaja de un 10% del Arancel Externo Común impulsada por Argentina y Brasil, dejando a Uruguay en una situación aislada respecto de su intención aperturista.
Por otro lado, el presidente brasileño viajará a Moscú para reunirse este miércoles con el presidente ruso, Vladimir Putin (pese al descontento que generó en Estados Unidos), para “mejorar las relaciones comerciales”. En ese mismo sentido, su par argentino, Alberto Fernández, en la primera semana del mes, se reunió con Putin y el presidente chino, Xi Jinping, en busca de “reforzar los vínculos financieros y comerciales”. Esa misma semana, el mandatario chino y el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, confirmaron el inicio de negociaciones para alcanzar un TLC entre ambos países.
Por su parte, Lacalle Pou informó el viernes pasado en rueda de prensa que el gobierno está “haciendo consultas” para una posible incorporación al Acuerdo Transpacífico, bloque que integran once países (Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam). El presidente explicó que “no es soplar y hacer botella”, debido a que “tiene que haber una aceptación de todos los miembros”, porque “hay como una especie de mesa de examen a quien pide el ingreso y hay algunos temas internos importantes para discutir”, aseguró el mandatario.
El presidente puso de manifiesto que “Uruguay, sea con China, como estamos intentándolo, sea con Turquía (de quienes, informó, “recibimos la invitación formal a la que accedimos”), porque es una de las potencias del mundo, sea con quien sea vamos a hacer todo lo posible para exportar sin aranceles el trabajo uruguayo”.
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