Hace muchos años que se viene escribiendo sobre la Caja de Profesionales. El tema ha sido su gradual deterioro económico-financiero que viene de lejos. Comienza a verse a partir de las gestiones de los directorios actuantes entre julio de 2009 al 2013, 2013 al 2017, 2017 al 2021. Las listas ganadoras que obtuvieron las sucesivas presidencias fueron lideradas por los médicos Dr. Ignacio Olivera en los dos primeros y el Dr. Gonzalo Deleón en el último período. Vale decir entre 2018-2019 habiendo tomado licencia el Dr. Gonzalo Deleón, ocupó la presidencia el médico Dr. Gerardo López Secchi.
Según estudios técnicos de la Caja, se calculaba su autosustentabilidad hasta el año 2030. No obstante, en el período 2017- 2021 vinimos a enterarnos por datos de los mismos servicios técnicos, que solo se sostendría hasta el 2024. O sea que los mentados estudios estaban fatalmente equivocados. No obstante saberse bien la fuente de los mismos, el Directorio no llamó a responsabilidades por tamaño error a ninguno de sus bien remunerados técnicos. Ahí quedó al desnudo que las cosas venían de mal en peor.
Así llegó la elección del 20 de octubre de 2021, postergada por la plaga proveniente de China. El proceso electoral y los hechos sucedidos en esos días dio como fruto una elección que la Corte Electoral convirtió en un turbulento caos por haber influido en el resultado. De ahí surgieron los cinco directores electos: cuatro activos y uno por los pasivos.
Un dato importante
Luego de 7 años como directores de la Caja, el Dr. Ariel Nicoliello y la Ec. Adriana Vernengo (Mujica los había nombrado en 2013 y mantenido Vázquez hasta el 2020), fueron cesados por el actual presidente en junio del 2020. En su lugar nombró al médico Dr. Gerardo López Secchi y al Cr. Luis González. O sea que el médico Dr. López Secchi, cuya influencia en el último de los funestos directorios lo llevó a ser su presidente por un año, se pasó súbitamente “al otro lado del mostrador”. De cogestor de un “exitoso fracaso”, pasó a ser el delegado del presidente en el mismo año 2020 y luego reiterado por él para el período 2021-2025.
El nuevo Directorio
Instalado el nuevo Directorio en diciembre, el 10 de febrero de 2022 surgieron noticias desde una fuente ilustrada. Pero en esta oportunidad, debo observar algunos dichos, ya que, como suplente desde 2017, integro la terna representante de los pasivos, ahora reelecta, y conozco algo de la interna.
Se dan noticias que el nuevo Directorio, para salvar la Caja, impulsa como soluciones: una “contribución” de los pasivos; aumentar los aportes de los activos; que los que declaran no ejercicio profesional paguen una cuota anual; seguir eliminando derechos otorgados en épocas prósperas de la Caja (antes del 2005); recortar más los beneficios de salud; revocar los aumentos adicionales del 2,5 y 3% a las pasividades; aumentar los aportes mensuales de los activos; aumentar el valor de los timbres profesionales (Art. 71 Ley 17.738); que la declaración jurada de no ejercicio se deba renovar cada dos años (debe suponerse que pagando por eso); eliminar la bonificación de aportes a los que se jubilan y siguen trabajando.
Quizás se me olvide alguna otra noticia de quitar beneficios o pagar más aportes.
Pero llama poderosamente la atención que los directores informantes no mencionaran el “secreto a voces” del aumento de la edad obligatoria para jubilares de 60 a 65 años y del aumento de los 30 años de trabajo mínimos para ese mismo fin.
Se agrega información referente a que el médico Dr. López Secchi dice que la Caja “tiene un tumor” por el que todos “deben asumir”, y que “hay que operar”.
Nuestra opinión
En referencia a esas noticias que dan los directores cabe hacer algunas precisiones. Hablar de “una contribución de los pasivos” induce a error. Debió hablarse de OTRA contribución más de los pasivos. Porque el directorio 2015-2017 (presidente el médico Olivera) a los únicos que le quitó ingresos en plan de salvar la Caja fue a los pasivos que debieron pleitear contra la Caja en 2016 para reconquistarlos: unos ganaron y otros perdieron. La medida cercenó ingresos y creo discriminación entre los pasivos. Y además, no movió la aguja en las finanzas de la Caja que siguieron barranca abajo.
Más adelante dice el médico representante del Ejecutivo, que la Caja tiene un tumor de cuyos males todos debemos asumir responsabilidades. Sabe bien y le consta que NO TODOS somos culpables de ese tumor que descubrió y quiere operar. La terna de los pasivos que integré y que tuvimos el honor de ser reelectos no tiene que asumir ninguna responsabilidad ni culpa por el deterioro de la Caja. Porque junto con el exdirector Ing. Oscar Castro, entre 2017 y 2021 propusimos ingresos y pugnamos por reducir gastos, chocando contra la negativa de los delegados del ejecutivo (Nicoliello-Vernengo más Deleón, Irigoyen, López Secchi y Corbo-AUDU). Si hay tumor, los que alimentaron su crecimiento fueron ellos. Si tienen que operar al paciente del tumor y se les muere, serán culpables por omisión de asistencia y la muerte. Los pasivos no tenemos que asumir los tenebrosos errores y caprichos (por decir lo menos) de nuestros contumaces opositores. Cuando la información dice que ese director expresa que “no hay tiempo para discrepancias políticas e ideológicas” ante la “situación angustiante” de la Caja, debe reparar que la lista 6 que lo llevó al Directorio y lo hizo presidente, así como los representantes de los ejecutivos últimos, y la AUDU son coculpables de haber llegado a esa situación.
El sayo está hecho a la medida de ellos. “Democracia no es entrevero”.
Ing. Ramón Appratto Lorenzo
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