La ANEP y el MSP convinieron implementar medidas más flexibles que en 2021 para fortalecer la presencialidad. Por su parte, el Codicen resolvió que la utilización de lenguaje inclusivo deberá ajustarse a reglas del idioma español.
Las clases, tanto para educación primaria como media, está previsto que comiencen el próximo 7 de marzo, aunque del 2 al 4 de marzo los docentes empezarán los preparativos académicos. En las escuelas públicas se realizarán distintas evaluaciones a los alumnos, para que los educadores sepan cuál es el punto de partida de cada niño, luego de dos años irregulares en los que el seguimiento de los cursos fue dispar.
En las escuelas, las vacaciones de invierno están programadas para la semana del 11 al 15 de julio, mientras que el receso de primavera será del 21 al 23 de setiembre. En tanto, la finalización de las clases en primaria está previsto para el 16 de diciembre, mientras que se estipuló que los actos de fin de curso sean entre el 19 y el 20 de diciembre.
Por su parte, en la educación media, secundaria y UTU, las clases tendrán su inicio entre el 7 de marzo (primer y cuarto año) y el 8 de marzo para los de segundo y tercero, y quinto y sexto de bachillerato. Mientras que el bachillerato nocturno y extraedad plan 1994 y reformulación 2009, tendrán su comienzo de clases el lunes 14 de marzo.
Asimismo, las evaluaciones en secundaria serán del 4 al 15 de julio, y las de setiembre, entre el 19 y el 21. En tanto, en UTU se extenderán un par de días en cada período. El primero se desarrollará hasta el 16 de julio y el segundo hasta el 23 de setiembre.
La finalización de los cursos en la educación media está prevista para el 9 de diciembre en el ciclo básico (de primero a tercero) y el 2 de diciembre para los bachilleratos. En UTU terminarán el 10 de diciembre en ciclo básico y el 3 de diciembre bachillerato.
Nuevo protocolo sanitario
El 26 de enero, el Ministerio de Salud Pública (MSP) y la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) presentaron el nuevo protocolo sanitario que brinda recomendaciones y detalla cómo actuar frente a casos positivos de covid-19 en los centros educativos. Las autoridades instaron a que todas las personas continúen apelando a las medidas individuales de prevención y celebraron que los nuevos lineamientos hacen un mayor hincapié en la presencialidad educativa ininterrumpida.
El presidente del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública (Codicen), Robert Silva, resaltó que la evolución de la pandemia permitió promover medidas de contingencia que favorecen la concurrencia a las aulas.
Al igual que el año pasado, los educadores y funcionarios no educadores de los centros de enseñanza deberán usar mascarillas de forma permanente. Mientras que los menores de 6 años no deben utilizarlas, se recomienda (aunque no se exige, en los menores de 11 años, y a partir de esa edad es obligatoria en espacios cerrados o estando al aire libre si hay muchas personas en el mismo lugar –no durante el ejercicio–). Queda excluido de llevar la mascarilla todo niño o adolescente que padezca TEA y también aquellos que por diferentes razones médicas o psicológicas no toleran su uso.
Por otra parte, a diferencia del protocolo del año anterior que indicaba que ante el primer caso confirmado de covid-19 todo el grupo debía aislarse y hacerse hisopados; y también se recomendaba aislar a los grupos si el hermano de un estudiante daba positivo, para el protocolo que regirá en 2022 se aplicarán medidas menos estrictas.
Según lo acordado entre la ANEP y el MSP a fines de enero, solo si se confirma la existencia de un brote de coronavirus se debe aislar a todo el grupo. En ese caso, todos deberán hacerse una prueba de antígenos y los que den negativo deberán hacerse otro hisopado cinco días después para confirmar el negativo y obtener el alta médica.
En tanto, de detectarse más de un caso positivo, pero no relacionados entre sí, el protocolo indica que, al igual que el resto de la población, quien tenga síntomas debe testearse y aislarse siete días, y para salir del aislamiento hay que esperar a estar 72 horas sin síntomas, independientemente de la edad y la cantidad de dosis de vacunas.
Para Silva es necesario que exista “autocontrol por parte de todos los involucrados” y que ante la aparición de síntomas se consulte al prestador de salud. Sobre el nuevo protocolo señaló que “es muy importante para la presencialidad de la educación pública, porque antes se generaba interrupción de los días de clase, aislamiento de los grupos y los profesores”. “Esta es una muy buena noticia para la educación”, aseguró.
No obstante, consultado por el nuevo protocolo sanitario para el comienzo de clases, el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, manifestó que este puede tener cambios en la marcha, puesto que los protocolos para los centros educativos “no son estáticos” y su aplicación se ajustará a partir de la situación epidemiológica, explicó el jerarca.
En ese sentido, Silva afirmó que se están “estudiando algunas flexibilizaciones en los criterios de testeo y encuarentenamiento”, pero aclaró que lo anunciará cuando el equipo técnico del MSP culmine un análisis que Salinas pidió para el inicio de clases.
Para poder establecer medidas más flexibles que las previstas actualmente, las autoridades recomiendan y siguen de cerca la vacunación de los niños de entre 5 y 11 años, que fue la última franja etaria en ser habilitada para recibir la inoculación. Según el Monitor de Datos de Vacunación del MSP, el 45,1 % de los niños comprendidos en ese umbral ya recibió una dosis de la vacuna contra el covid-19.
Salinas afirmó estar “seguro” de que la vacuna en esta franja también “protege contra algunas afecciones graves como la enfermedad multisistémica inflamatoria”. En tanto, Silva valoró que “solo 17 en 149 países priorizamos a los docentes y a los funcionarios junto con la salud y también fuimos de los primeros que vacunamos a menores de 18 años, lo que fue fundamental para la educación”. En el rango de 12 a 14 años, el 73,3% cuenta con dos dosis (y otro 7% solo con la primera), mientras que de 15 a 19 años el 85,27% tiene dos dosis de la vacuna, de los cuales el 18,46% tiene aplicadas tres dosis.
Restringen uso de lenguaje inclusivo a las reglas del idioma español
A pocos días de iniciar las clases, la ANEP comunicó a sus centros educativos una nueva disposición para el uso de lenguaje inclusivo. La resolución tomada por el Codicen deja sin efecto una antigua definición del año 2019 y la misma está orientada principalmente a los funcionarios docentes y no docentes de las instituciones.
El nuevo documento asevera que el “objetivo de la educación” debe ser “desarrollar y formar ciudadanos con la capacidad de elegir su modo de hablar, sin imponer una variedad minoritaria, lo que constituye, sin lugar a duda, una forma de respeto a la libertad”. Sin perjuicio de lo anterior, se reconoce que las variedades minoritarias “enriquecen la lengua” y, en el “discontinuo lengua-sociedad” se producirán “cambios que los hablantes estimen pertinentes para sostenerlos en el uso”.
Desde el Codicen reafirmaron su compromiso “con la equidad de género y el abordaje e implementación de prácticas que contribuyan a disminuir las brechas de género”, pero entendieron que el uso del lenguaje inclusivo “deberá ajustarse a las reglas del idioma español”. En ese sentido, para “evitar cualquier sesgo discriminatorio en la comunicación” se deberán emplear “otros mecanismos inclusivos” cuando sea posible.
La decisión se llegó a partir de un estudio elaborado por un equipo del Programa de Políticas Lingüísticas, integrantes de ANEP y la dirección de Derechos Humanos en el que se estableció que el uso del lenguaje inclusivo era posible siempre que no afectara las “reglas gramaticales” y “mediante la búsqueda de términos inclusivos”. Posteriormente, el subdirector de Secundaria y profesor de Idioma Español, Óscar Yáñez, realizó un análisis de la circular de 2019 “desde una perspectiva objetiva lingüística, pero sin perder de vista la relación lenguaje-pensamiento”, la cual fue una de las bases para la resolución tomada a finales de 2021, comunicada hace pocos días.
El Codicen resalta que los llamados términos inclusivos deben “respetar las reglas y apelar a un caudal léxico disponible, lo que impulsa a promover transversalmente la enseñanza de la lengua como un fin inexcusable de la educación”. No obstante, estima “imprescindible reconocer” las variedades lingüísticas, y, más allá de “las apreciaciones que sobre cada una de ellas el hablante posea, el sistema educativo debe respetarlas”.
La resolución hace hincapié en que los estudiantes deben desarrollar una competencia lingüística “que vaya más allá de su entorno inmediato”. Además, el Codicen sostiene que “la enseñanza de la lengua estándar y la regularización que se obtiene desde la escritura o desde las normas de la lengua garantizan la pertenencia una comunidad lingüística de varios millones de hablantes”; debido a que “la lengua estándar da certezas para mantener la unidad, a la vez que el respeto a las variedades asegura la identidad del hablante”, dice la circular, que también afirma que esas pautas permiten cumplir con los “principios guía” del sistema educativo sobre “qué lengua enseñar”.
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