Con diferentes miradas, experiencias y desarrollo de vida, Mónica Silva, presidenta de la Federación Rural del Uruguay, y Melina Rodríguez, delegada de la Comisión Nacional de Fomento Rural en el Instituto Plan Agropecuario, se refirieron a la importancia de la producción agropecuaria y el rol de la mujer en el medio rural.
Rodríguez es salteña, hija de productores rurales de pequeña escala y uno de sus objetivos fue independizarse, posibilidad que se dio a través del Instituto Nacional de Colonización (INC) hace un año y medio, desde entonces y junto con su hermana melliza lleva adelante el emprendimiento.
Silva en cambio es la primer mujer en acceder a la presidencia de la Federación Rural. Su vida siempre estuvo vinculada al campo, el cual implica una forma de vivir “muy especial”.
En una entrevista simultánea en el programa La voz de La Mañana (radio Oriental), ambas se refirieron a la importancia del agro y el rol que allí cumple la mujer.
A la ciudad le falta conocimiento sobre la vida en el medio rural
Consultadas si la ciudad entiende la vida del campo, Silva dijo que la gran ciudad no, pero que Salto sí lo hace. “La gran ciudad creo que no, pero Salto ¡vaya si lo entiende!” porque “lo que produce el campo es clave para el departamento, es una de las actividades esenciales y es esencial para el país, generando recursos para poder solventar todo lo que un Estado normalmente necesita”.
Destacó a Salto como “un departamento netamente productor, tanto en el sector hortícola, área donde es muy pujante” como el citrícola “que ha tenido sus malos ratos” que se van “superando, pero es histórico el reconocimiento de Salto más por la naranja que por la carne”.
La presidenta de la FR contrastó esa realidad salteña con Montevideo, donde “no tienen ni idea. Nos tildan, nos ponen nombres que nos duelen muchísimo”, y explicó que una de las razones por lo que eso sucede es la atención que el productor brinda cada vez que tiene una visita de la capital. “Yo le digo a los productores que cuando viene un familiar de Montevideo la idiosincrasia del hombre de campo es parar su actividad y atender al pariente o amigo con lo mejor”, lo que genera una idea equivocada.
Los de la ciudad “creen que estamos a la sombra de la anacahuita, y no es así. Los recibimos con lo mejor que tenemos y se llevan una imagen que no es la real” porque producir significa “sacrificio” y es un trabajo que se hace “llueva, truene, haga calor. Entonces cuando otros en la oficina con aire acondicionado y cafecito hablan, duele muchísimo”.
Melina Rodríguez señalo que “falta conocimiento no solo de lo que se produce y lo que es en sí el medio rural, que tiene diversas realidades”. En el campo “no sólo se produce sino que hay oportunidades que no se brindan como el acceso a la educación”, e incluso mencionó el estado de la caminería rural.
A su vez señaló que la producción implica inversión que se ve reflejada en los costos y en el consumo que realiza la ciudad. Hay que hacer “un trabajo de concientización” para que se puedan “conocer las diferentes realidades” porque “cuando llegan los productos” a la mesa del consumidor con determinados costos hay que entender y comprender por qué pasa eso”.
La mujer siempre cumplió un rol importantísimo en el medio rural
Rodríguez dijo que ve “bien” la forma en que se involucran y participan los jóvenes y las mujeres” en el campo. Esa participación es la forma de “hacer llegar oportunidades al entorno en el que viven”.
Actualmente “las mujeres están más involucradas, siempre estuvieron, pero hay una mayor visualización. La mujer siempre estuvo presente en el medio rural” aunque no se la viera “desde el rol” que ahora tienen.
Silva coincidió con Rodríguez: “La mujer siempre ha estado en el campo, siempre cumplió un rol importantísimo, pero no estaba visible. Hoy en Salto tenemos muchas gremiales hortícolas presididas por mujeres y ocupamos lugares que antes no. No era normal ver a una mujer productora que encarara” ciertas responsabilidades. “No quiere decir que no las hubiera, las había, pero no era en un número destacado”.
La diferencia entre el hombre y la mujer está en la fuerza física, señaló, pero a pesar de eso, “hay actividades que las mujeres sí podemos hacer y en la parte gremial ya somos unas cuantas”.
Complementariedad
Por otra parte, Silva dijo que le “molesta” cada vez que “se habla despectivamente del hombre. Eso me molesta y reniego de eso. El mundo fue realizado entre hombres y mujeres, visibles o no, y así el mundo debe seguir, todas tenemos hermanos, hijos, parejas, padres a los que queremos muchísimo, a los que consultamos y estamos juntos. Ese es el mundo, así se conforma, entre hombres y mujeres, y lo defiendo muchísimo. No es que estemos contra, sino con. Así espero que funcionen las cosas y así he trabajado”.
Hombres y mujeres “nos complementamos y que el mundo siga adelante con las dos cabezas pensantes y los dos integrando lugares como hasta ahora, y que en general lo hemos llevado muy bien”.
Para la gremialista es importante destacar que la mujer no debe ocupar lugares por su condición de tal, sino por su trabajo: “Los lugares los vamos ganando. Cuando entramos (a la actividad gremial) me pasó que eran muchos los hombres”, sin embargo “ellos votaron y fui elegida, o sea tienen la cabeza abierta”; pero “hay algo fundamental” y es que “los lugares no los queremos por ser mujer sino que nos los ganamos por trabajo”.
Las carencias al norte del Río Negro
En otro orden pero sin salir de la temática, Mónica Silva señaló la diferencia de condiciones que hay a un lado y otro del Río Negro, lo que afecta particularmente a las mujeres y la integración familiar.
“La calidad de vida al norte del Río Negro no es la misma que en el sur, tenemos muchas carencias, sobre todo en el campo” a nivel de “salud, caminos y escuelas”.
Eso es “un problema muy importante para las familias. Los niños tienen que ir a la escuela y normalmente tiene que ir la mujer al pueblo porque no hay medios para llegar a la escuela” y eso “incide en la calidad de vida familiar”.
También “necesitamos caminos para poder circular, para poder ser mucho más efectivos mejoraríamos la producción y los ingresos, y eso ojalá lo viera toda la población del Uruguay porque cuánto más podemos producir mejor nos va a ir como país”.
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