Entre las varias consecuencias económicas de la guerra entre Rusia y Ucrania, el impacto en los fertilizantes preocupa a los agricultores brasileños, que dependen de este insumo importado de otros países. Aunque la ministra de Agricultura, Tereza Cristina, ha dicho que no hay motivos para alarmarse, los resultados esperados son el aumento de los precios e incluso la posibilidad de desabastecimiento. Brasil es el mayor importador de fertilizantes del mundo. Cerca de 85% de los fertilizantes utilizados en la agricultura brasileña proceden del extranjero, según un comunicado de la Asociación Nacional de Difusión de Fertilizantes (Anda). La mayoría procede de Rusia, que es el mayor exportador mundial de NPK: fertilizantes nitrogenados (N), fosfatados (P) y potásicos (K). El viernes 4, Rusia ordenó a las empresas productoras de fertilizantes que detuvieran sus exportaciones, aduciendo problemas logísticos. Por su parte, la ministra Tereza Cristina dijo que el comercio de fertilizantes con Rusia está suspendido porque Brasil no tiene cómo pagar los productos ni los barcos para cargarlos. “Mientras haya guerra, la posibilidad de recibir abonos está totalmente descartada”, dijo el jueves.
Revista Exame, Brasil
La Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) ha informado de que algunas empresas de distribución alimentaria están limitando la venta de aceite de girasol por el “comportamiento atípico del consumidor que se ha producido en las últimas horas”. Hay que recordar que España, al igual que sucede con cereales como el maíz, tiene una fuerte dependencia de las importaciones de Ucrania. En concreto, según estimaciones del Ministerio de Agricultura, se importa al año unas 500.000 toneladas de aceite de girasol.
ABC, España
Las redes de telecomunicaciones han demostrado su importancia vital. Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, han estado bajo estrecha vigilancia. Discretamente. El tema es extremadamente sensible. Entre bastidores, hay una carrera. “Desde el 23 de febrero, los ataques DDoS se han multiplicado por diez”, afirma un operador. Sin embargo, es imposible atribuir la responsabilidad directamente a Moscú. “El ecosistema de los ciberdelincuentes, unido a los posibles efectos de las ganancias, incita a la prudencia en el caso de los ciberataques, que no deben interpretarse precipitadamente como una acción patrocinada en el marco del conflicto”, advierte la Agencia Nacional de Seguridad de los Sistemas de Información (Anssi).
Le Figaró, Francia
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