Paraiso. Abdulrazak Gurnah. SALAMANDRA. $790, 300 págs., 2021.
Abdulrazak Gurnah es un autor nacido en la isla de Zanzíbar, laureado recientemente con el Premio Nobel de Literatura. Es casi ritual el coro de quejas frente a nominaciones de autores prácticamente ignotos y frente a las no tan sutiles proscripciones de otros. Quizás sean necesarias algunas precisiones. Una lectura rápida del listado de los premiados muestra una abrumadora mayoría de autores europeos y angloparlantes. También es cierto que el comité de premiación opera con subyacentes lógicas políticas que poco tienen que ver con la real trascendencia estética del autor.
Pero Abdulrazak Gurnah realmente se ganó el premio. Logra algo fascinante y necesario: darle la voz a los derrotados, a los frágiles de otras tierras que, a medida que el lector devora las páginas, comienzan a ser cada vez más cercanos a nosotros. Nació en una muy estratégica isla frente a las costas de Tanzania; ahí confluye un insólito crisol de razas, religiones, culturas y costumbres. Un enclave comercial donde árabes, sijhs hindúes, africanos animistas y cristianos se encontraban a diario. Pero también, en función de su importancia comercial durante siglos, los intereses de los imperios europeos chocaron una y otra vez. Una tierra que derivó en países dibujados a escuadra en los centros imperiales, haciendo caso omiso de las características de las diversas poblaciones.
Muy joven sufrió directamente los avatares políticos de las persecuciones políticas y religiosas. Debió marchar al exilio. Pero su tierra, su patria, nunca fue olvidada. Y ese es el mundo que nos retrata en su obra; un mundo donde las personas devienen en extranjeros en su terruño, un mundo en el cual las tierras a las que emigran nunca le dejan olvidar que sigue siendo un extraño.
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