El Parlamento tiene dos proyectos de ley sobre la eutanasia y el suicidio asistido, en el programa radial La voz de La Mañana, las doctoras María Sosa y Agustina Da Silveira se refirieron a las falencias de esas iniciativas y los riesgos a los que se expone la sociedad, en base a las experiencias de otros países donde se ha dado lo que se denomina “pendiente resbaladiza”.
Uno de los temas que seguramente se abordará en la Cámara de Representantes este año es el de la eutanasia y el suicidio asistido sobre el cual la Comisión de Salud Pública y Asistencia Social ha dedicado varias sesiones para su estudio. Actualmente hay dos proyectos de ley a consideración de los legisladores, uno del Partido Colorado y otro del Frente Amplio.
La voz de La Mañana, programa que se transmite los sábados en radio Oriental, profundizó en el tema con la opinión y las consideraciones de la Dra. María Alejandra Sosa, médica especializada en oncología clínica, master internacional en cuidados paliativos, y de la Dra. Agustina Da Silveira que también es estudiante de ética.
Sosa dijo que en la población no hay conocimiento sobre dichos proyectos y el tema, pero “sí hay una gran ignorancia sobre los cuidados paliativos, la eutanasia y el suicidio medicamente asistido”.
“Cada cosa tiene su definición y la población no las conoce”, incluso en los diputados falta información, se desconocía “totalmente qué eran los cuidados paliativos y para tomar decisiones hay que estar informado”, aseguró luego de asistir a la comisión en que se estudian tales asuntos.
“Pensaban que sedación paliativa es lo mismo que eutanasia”, pero eutanasia “significa buena muerte o una muerte buena, y lejos está de ser eso, porque es quitarle la vida a un paciente, matarlo a su pedido sin darle otras opciones”.
Esas prácticas se realizan “levantando la bandera de la autonomía del paciente y claramente la eutanasia y el suicidio asistido no son la ampliación de derechos del ser humano, todo lo contrario, el derecho del ser humano es el derecho a la vida, la muerte no necesitamos que nos la garantice nadie, la tenemos garantizada desde el momento que nacemos, lo que nos tienen que garantizar por ley es una buna calidad de vida y buena asistencia de salud. A eso tenemos que llegar”.
La profesional comentó que el paciente toma la decisión de la eutanasia cuando “es totalmente capaz y consciente”, aunque en el proyecto del Frene Amplio “se plantea y hay declaraciones de representantes de dicha bancada referidas a personas con trastorno de salud mental”. A su vez “no queda claro si debe haber una declaración de incapacidad por parte de un psiquiatra”.
“Se supone que en el mundo la decisión de eutanasia la toman personas que son capaces, que en momentos de lucidez y ante una enfermedad incurable quiere poner fin a su vida cuando esta enfermedad está avanzando”, precisó.
Respecto al proyecto presentado por el diputado Ope Pasquet, Sosa dijo que el texto habla de “sufrimiento insoportable” pero no establece el alcance de ese concepto que varía según cada persona y según cada circunstancia. Para un adolescente que pierde un examen y cuyos padres tienen muchas expectativas en su carrera, o un desengaño amoroso, son situaciones que pueden causar “un sufrimiento insoportable”, lo mismo un problema económico. “¿Quién puede diagnosticar un sufrimiento insoportable” sea físico o emocional?, se preguntó.
Otra observación de la profesional es que el proyecto de Pasquet “está dirigido al personal médico y no garantiza nada al paciente”.
La experiencia muestra que la eutanasia abre puertas que no se pueden cerrar
La Dra. Silveira por su parte dijo que ve el tema de la eutanasia “con mucha preocupación, como uruguaya y como ciudadana del mundo porque es un tema que se va legalizando en varios países”, sin embargo aclaró que hay casos como Reino Unido en que se rechaza desde hace tiempo.
Uno de los problemas es que “es imposible mantener el tema controlado una vez que se abre la puerta. Los países pioneros en legalizar la eutanasia y el suicidio asistido fueron Holanda y Bélgica en 2002 y ya han acumulado una veintena de años con esa experiencia, y lo que se demuestra es que se cae en lo que se llama ‘la pendiente resbaladiza’” que significa que luego de avanzar en determinado rumbo se llega a prácticas que ni siquiera quienes promovieron la legalización están de acuerdo.
Al decir que se llega a una “pendiente resbaladiza”, “me refiero al infanticidio legal en Holanda que en 2004 hizo un protocolo que permite terminar con la vida de bebes hasta el año si se estima que van a tener una calidad de vida sufrida”.
Otro ejemplo es el de Canadá donde “se aprobó la eutanasia en personas con padecimientos mentales”, o el de Bélgica “que desde hace años acepta la eutanasia multicausa que es para personas mayores sin dolencia grave pero que hacen una sumatoria, que pueden ser artritis, diabetes y el comité que evalúa las eutanasias toma la esas multicausas como una razón válida de eutanasia”.
“En 2004 Bélgica tuvo tres eutanasias multicausa y en 2018 ese número fue de 711”, subrayó.
En definitiva, son procedimientos que por el efecto de “pendiente resbaladiza” terminan saliéndose de control: “Es una cosa que se sale de control y lo que algunos plantean como una medida piadosa para personas que sufren al final de la vida, termina siendo una manera de descartar a personas con enfermedad mental o con las dolencias propias de la vejez”, también se descarta a “niños que nacen con alguna dificultad específica”, concluyó.
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