El próximo domingo se llevará a cabo el referéndum por los 135 artículos de la LUC. En aras de la eficiencia legislativa, esta ley terminó empaquetando una diversidad de temas sobre los cuales el Poder Ejecutivo consideró en su momento conveniente legislar, a efectos de dotar a su gobierno con una firme impronta, señalizando a la ciudadanía que efectivamente se había producido un cambio.
La LUC contó con el apoyo de toda la bancada de la coalición, lo que constituyó una firme señal de unidad detrás del rumbo común a favor del cual se había pronunciado inequívocamente la ciudadanía. El proyecto de ley se había enviado al Parlamento el 9 de abril de 2020, a poco más de un mes de asumir el nuevo gobierno y a solo tres semanas de declararse la pandemia. Poco sabíamos los uruguayos entonces de los efectos que traería aparejados la pandemia. Dos semanas antes se había producido en Uruguay la primera muerte a causa del covid-19.
El resto de la historia es conocida. La pandemia cambió radicalmente las prioridades del gobierno, que rápidamente debió hacer frente a una emergencia sanitaria para la cual el gobierno anterior no había prácticamente tomado recaudos. Ante la emergencia, también bajaron los decibeles del enfrentamiento político por la necesidad superior de lograr los consensos sociales necesarios que permitieran combatir con efectividad al enemigo externo.
La LUC quedaría finalmente promulgada el 9 de julio de 2020, siendo uno de sus aspectos más conspicuos el nuevo mecanismo de aumento de combustibles, que preveía ajustes mensuales en un país habituado a cambios espaciados en el tiempo. El resto de la historia es conocido. Luego de tocar fondo a fines de abril del 2020, los precios del petróleo comenzaron una senda de recuperación, tendencia que los llevó a multiplicarse por seis en casi los dos años transcurridos.
Desde entonces, el sistema político se encuentra ensimismado con la instancia del próximo 27 de marzo. Todo indica que la opción por el No será la vencedora y que la LUC continuará vigente, permitiendo al equipo de gobierno reenfocarse nuevamente en sus proyectos para el país. Pero tampoco se puede descartar una victoria del Sí, lo cual daría marcha atrás con la ley. Claramente eso no sería lo más conveniente desde la óptica del gobierno, ya que la LUC contiene cláusulas importantes en materia de seguridad que han contribuido claramente a una mejora en la situación respecto a la que prevalecía anteriormente.
Sea cual sea el resultado, es importante no perder de vista que por importante que sea, solo se trata de una ley. El gobierno cuenta con mayoría parlamentaria y tiene un plan de gobierno que solo se ha implementado parcialmente consecuencia de la pandemia. Es importante mantener el rumbo cierto, más allá de las turbulencias naturales de la vida política democrática.
La ciudadanía otorgó un mandato inequívoco a la coalición actual para que lleve adelante cambios sustanciales que permitan dar un giro a ese rumbo de colisión hacia el cual nos llevaba inexorablemente el Frente Amplio. Llegó el momento de cumplir el mandato con firmeza. La coalición se encuentra más firme que nunca detrás del liderazgo del presidente Lacalle Pou. Trabajando en equipo se lograrán los resultados prometidos a la ciudanía. La alternativa no es una película linda, como empezamos a ver en ese Chile que despunta.
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