El ministro de Ganadería comentó la crisis global que expone al mundo y a las personas al aumento de la pobreza y de hambrunas. En ese contexto resaltó la necesidad de un mensaje de aliento, optimismo y cautela.
En la otoñal y agradable jornada del jueves 31 de marzo la Expo Melilla reabrió sus puertas para iniciar la 11ª edición, luego de dos años de espera. Bajo la convocatoria “La producción en movimiento”, la inauguración estuvo a cargo de la vicepresidenta Beatriz Argimón, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, y el presidente de la Asociación Rural del Uruguay, Gonzalo Valdés, como anfitrión.
Con la presencia de productores, autoridades y público, el ministro Mattos comentó la coyuntura mundial y cómo repercute en Uruguay. Estamos en “un momento complejo de la historia”, después de 77 años “tenemos el conflicto armado de mayor envergadura en el corazón de Europa”, cuyas consecuencias se miden en vidas humanas pero también “en la seguridad alimentaria”, en “costos de producción y de los alimentos” que nos lleva a “una amenaza para toda la humanidad respecto al riesgo de un aumento de la pobreza y de hambrunas en el mundo”.
La guerra y sus riesgos se añaden a la pandemia que es “una realidad mundial que sigue estando con consecuencias en la salud como en la vida” humana.
La pandemia generó una “presión inflacionaria que todos conocemos, nos encontramos que la presión de la demanda superó la capacidad de oferta”. Si a eso le “sumamos los aspectos climáticos que afectaron la producción en varias regiones del mundo, los problemas logísticos con la crisis de la industria marítima”, con todos esos fenómenos “se generó un combo de condiciones que tienen un exponencial crecimiento adicional por el tema de la guerra, en el aspecto de la energía, de los alimentos y algunos insumos fundamentales para nuestra producción”, indicó.
El resultado es la suba de los precios de los productos que Uruguay produce, y eso que podría “beneficiar al país agropecuario” tiene “una contracara que es la presión inflacionaria que impacta en todo el mundo y nosotros no podemos estar ajenos. Aumentan los combustibles, los alimentos básicos, la presión sobre la harina, los aceites vegetales”.
Todo genera “un panorama incierto”, en el cual es lógico que “el Gobierno tome medidas en forma gradual, paulatina”, para que los aumentos no sean trasladados a la población de ingresos menores.
Hay un “encarecimiento mundial de los productos básicos de consumo que forman la canasta familiar” y ante eso Uruguay está tomando medidas “como el acuerdo de precios, la renuncia fiscal en el caso del asado, y se remitirá una nueva propuesta por los panificables, fideos, porque el precio del trigo impacta mucho en las familias de los uruguayos”.
El ministro también abordó la suba de los combustibles. En este tema “también tomamos medidas para ir generando gradualidad” en los aumentos ya que los combustibles “tienen alto impacto en toda la formación de precios”. Por eso la suba no fue en la medida que lo recomendó la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea), sino más moderada.
En ese panorama desafiante, es necesario “un mensaje de aliento, porque la guerra seguramente pasará; tenemos que transmitir optimismo y al mismo tiempo cautela poque la volatilidad de los precios de las materias primas es muy alta y no sabemos cómo se recompondrá” el mundo, “pero más allá de la guerra somos optimistas”, enfatizó.
El agro mantendrá la economía nacional
El presidente de la ARU mencionó el importante crecimiento que ha tenido la Expo Melilla, pasando de 42 empresas y 2 hectáreas de la primera edición a 300 estand y 50 hectáreas.
Es una exposición en la que también se apuesta a la horticultura, fruticultura, vitivinicultura, “todos esos rubros que están en Montevideo rural y Canelones y que son responsables del abastecimiento en todo el país”, observó.
En su breve exposición no reusó comentar el panorama mundial: “Estamos viviendo un momento muy raro, volátil, el mundo ha cambiado, estamos saliendo de una pandemia y el inicio de una guerra. Los precios de nuestros productos son históricamente altos y muy altos los precios de nuestros insumos, a lo que se suma el riesgo de desabastecimiento de los mismos”.
Sin embargo “creemos que con la producción en movimiento los productores somos capaces de dinamizar y mantener la economía nacional”, algo que el agro ya hizo durante la pandemia.
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