Se formó como oficial de Ingenieros en la Escuela Militar e ingresó al Ejército. Una misión de paz en la península del Sinaí fue el puntapié inicial para que se interiorizara en actividades técnicas vinculadas al sector minero. Años más tarde optó por dedicarse a la actividad privada, hasta que en 2020 asumió como director de Minería y Geología. En diálogo con La Mañana, el jerarca conversó sobre la actualidad de la minería en Uruguay, la importancia de una mayor difusión y su preocupación por la falta de recursos humanos que impide que se realicen los controles correspondientes en el rubro.
Es hijo de una maestra y un militar. ¿En qué medida esto influyó en su decisión de ingresar al Ejército?
La carrera militar indudablemente viene por la influencia de mi padre; el gusto por ver lo que él hacía me llevó a querer entrar al Ejército. Ingresé a la Escuela Militar, donde me recibí de oficial del Arma de Ingenieros.
¿Qué aprendió en el Ejército?
Como oficial de Ingenieros te preparan para cumplir las tareas de lo que vendría a ser la ingeniería en el ámbito militar o de la guerra; si bien no sos un ingeniero civil, en la práctica adquirís conocimientos cercanos y los tenés que desarrollar en un ámbito de combate. Eso me llevó a tomarles el gusto a determinadas actividades técnicas como explosivos, movimiento de tierra, maquinaria, caminería, entre otros, lo que complementé con algunos cursos y estudios.
Tuve la suerte de ir a la península del Sinaí a desarrollar las tareas de ingeniero. Era una misión de paz entre Egipto e Israel, y la misión de nuestro Ejército era de transporte y de ingenieros, y hasta el día de hoy sigue. Ahí tuve la oportunidad de estar más de un año a cargo de 70 hombres y de una cantidad de maquinaria importante, dedicándome exclusivamente a la tarea de mantenimiento de las rutas en toda la península.
¿Qué se llevó de esa experiencia?
Desde el punto de vista geológico e histórico fue una experiencia muy interesante. De esa manera fue que empecé a interiorizarme en la ingeniería en explosivos y el explosivo como herramienta de trabajo para la construcción y la minería. Ahí conocí a un ingeniero brasileño que me llevó a visitar una serie de explotaciones mineras en Israel. También recorrí la zona con técnicos que me enseñaron mucho y visité las canteras en las que se piensa que se sacaba la piedra para la construcción de las pirámides. Al regresar a Uruguay, tuve la suerte de estar en un Batallón de Ingenieros de Combate a cargo de toda la maquinaria y seguí desarrollando técnicamente esos conocimientos.
Usted ascendió por concurso a la jerarquía de mayor de Ingenieros del Ejército Nacional. ¿Qué significado tuvo ese logro a nivel personal?
Si bien esa es la primera jerarquía de jefe que uno toma en la carrera militar, cada ascenso, desde que ingresás a la Escuela Militar y vas ascendiendo de grado, son todos logros de estudio, de comportamiento, en base a metas que te vas poniendo. Eso te lleva a sentirte congratulado y te motiva para continuar. Luego, en el año 96, decidí retirarme de la vida militar para dedicarme a la actividad privada.
¿Qué lo llevó a tomar esa decisión? ¿Fue difícil?
Fue muy difícil, porque tuve que elegir entre continuar con la carrera o dedicarme a una actividad profesional técnica que me apasionaba mucho. A mí siempre me gustó estar en el campo, en las obras. Ese año me surgió la oportunidad de desarrollar la tarea de ingeniero en explosivos de forma práctica para una obra importante como fue el colector de Montevideo, donde se tenía que realizar trabajo con explosivos de zona urbana. Ahí fue que me retiré y me empecé a dedicar a la actividad privada, lo que hice hasta finales de 2019, cuando decidí darle inactividad a la empresa. Ante el ofrecimiento de mi partido, Cabildo Abierto (CA), acepté ocupar la Dirección Nacional de Minería y Geología (Dinamige).
¿Cómo tomó el nombramiento?
Fue un honor que CA me designara, porque es una tarea que uno conoce y trata de hacerla de forma lo más excelente que se pueda. Y es un honor sentirme apoyado por el ministro de Industria (Omar Paganini), del cual dependo, y por el resto del ministerio, inclusive los funcionarios. Es muy importante el apoyo que estoy recibiendo, así como las tareas que estamos desarrollando.
¿Cómo encontró la dirección al asumir?
Me costó un tiempo empaparme en la parte más burocrática del tema estatal; yo venía del sector privado y meterme en esto requirió aprendizaje en ese sentido. Encontré a la dirección un poco desprotegida en el ámbito funcional por la falta de recursos humanos, especialmente de gente preparada. Esta dependencia tiene que dar cumplimiento al Código de Minería y para ello se necesitan funcionarios que conozcan del tema.
También la vi un poco descuidada en cuanto a la parte edilicia. La hemos ido mejorando de a poco, hemos arreglado una cantidad de cosas, y seguimos en un proceso de recuperación. Acá funciona un museo que tiene muchos años y lo estamos mejorando. Esperemos poder reinaugurarlo en mayo o junio. Anualmente concurrían más de 3000 alumnos de escuelas y liceos a visitar y recibir charlas referidas a la geología y la minería.
¿Cuál es la importancia de mejorar la gestión de esta dirección?
Es muy importante, porque acá se otorgan todos los permisos mineros del país, lo que lleva un trámite bastante complicado que demora mucho tiempo. Además, realizamos la parte científico-geológica y los estudios de suelos de todo el territorio. Estamos trabajando para que el otorgamiento de permisos sea lo más ágil posible, porque eso significa más inversiones y mayor empleo.
¿Cómo define la realidad actual del sector minero? ¿Qué papel tiene la actividad en la economía nacional?
Nunca se le dio un lugar importante en la economía nacional debido a que este no es un país minero como Argentina, Bolivia o Chile. Igualmente, tenemos yacimientos significativos como los de hierro y de oro. Más del 90% de los minerales en Uruguay son áridos para la construcción, y anualmente se movilizan más de 15 millones de toneladas de mineral que son controladas por nosotros. Hay cerca de 500 permisos mineros otorgados y tenemos la obligación de fiscalizarlos, administrarlos y cobrar los cánones de acuerdo a cada producción que se realiza.
¿Cómo ve el futuro de la minería en el país?
A Uruguay le falta proyectar y decidir qué quiere hacer con respecto a sus reservas mineras y el futuro minero que necesita desarrollar. Partimos de la base de que sin la minería el ser humano no viviría de la forma en la que vive, pues todo lo que veas a tu alrededor o proviene de la minería o necesita de la misma para ser producido, desde un auto, pasando por un reloj, hasta una casa.
La minería es la base del ser humano y, desde que el hombre tomó la primera piedra para hacerse un cuchillo o un martillo, empezó a extraer mineral. Es muy interesante interiorizarse en el tema. La minería se usa hasta desde el punto de vista medicinal. Y toda esa serie de minerales como el oro, el hierro, el silicio, el litio, provienen de la misma. Sin ella, no tendríamos un celular, por ejemplo. Le falta promoción y estamos en eso.
¿En qué sentido lo dice?
Me refiero a que hace falta que la ciudadanía sepa más sobre lo que es la minería. Muchas veces se piensa que es una actividad que va en contra del medio ambiente, pero no es así, sino todo lo contrario. Y lo que tiene la minería es que, en relación a otras producciones en pequeños espacios, sus rentabilidades son muchísimas.
La Dinamige tiene mucha participación en conferencias internacionales y relacionamiento con los países del Mercosur y del mundo, porque integramos asociaciones tanto mineras como geológicas e intervenimos en asambleas donde nos enteramos de cómo funciona la minería a nivel mundial y de qué manera cada vez va siendo más amigable con el medio ambiente.
¿Cuáles son los yacimientos más destacados a nivel nacional?
Uruguay tiene un yacimiento de hierro muy importante en la zona de Valentines, y yacimientos muy significativos de hierro y de oro en el departamento de Rivera. El oro se explotó hasta el año 2018, cuando la empresa empezó a tener problemas financieros y cerró, pero el yacimiento sigue estando allí, en Minas de Corrales. A su vez, en esa zona hay presencia de hierro, y actualmente hay empresas nacionales e internacionales que están haciendo exploración de ese mineral. Después tenemos toda la parte de las cementeras; las tres que son más relevantes en tamaño y en volumen de producción son Cementos Artigas, Ancap y Cielo Azul —una planta que se inauguró el año pasado—. Estas fabrican cemento para el mercado interno y también para exportar. Luego está Artigas, cuyas piedras semipreciosas son un valor importante que tiene el país; hay varios emprendimientos y mucha mano de obra empleada en la producción de ágatas y amatistas que están destinadas a la exportación.
¿Cómo convive la minería con el medio rural?
La minería convive perfectamente con el medio rural, con la producción agrícola ganadera, y no hay que tenerle miedo. En Uruguay existen buenas reservas de minerales. Basta ir a la ciudad de Minas, donde están las dos cementeras más grandes del país —Cementos Artigas y Ancap—: ahí se utilizan camiones, se tritura piedra, se hace la producción de cemento, se tira explosivo, y la minería convive sin ningún inconveniente con los ciudadanos y con el medio ambiente. Y en Minas de Corrales sucede lo mismo, dado que la localidad nació en el siglo XVIII con el oro y desde esa época hasta ahora ha sido un pueblo minero.
¿Cómo se está afrontando el problema de la minería ilegal en Uruguay? “Las explotaciones clandestinas son un problema histórico, más que nada, de material de cantera, que es el más comercializado”, dijo a La Mañana Walter Verri, subsecretario de Industria, Energía y Minería. ¿Qué lectura hace de esto?
Esa es una preocupación que tengo desde el primer día que ingresé. Nosotros tenemos estudios realizados que indican que por año se registran alrededor de 15 millones de toneladas de mineral, y estamos casi seguros de que, de esa cifra, más de 10 millones se mueven de forma totalmente ilegal.
¿Cómo se controla eso actualmente?
Por denuncias tanto de ciudadanos como de los propios mineros legalmente establecidos. Para eso tenemos inspectores y fiscales y lo que hacemos es mandar a inspeccionar y constatar la minería ilegal. En caso de que se compruebe, se suspenden las producciones y se cobran las multas que corresponden.
¿Hace falta mayor control?
Sí, por lo que te comenté al principio de la falta de recursos humanos, porque si yo tuviera uno o varios drones permanentemente recorriendo el cielo uruguayo y detectando la minería ilegal, sería fabuloso, pero lo tengo que hacer con recursos humanos y no tenemos los suficientes. Debemos ejercer un buen control en la minería por ley, por lo tanto, tendríamos que tener los medios para hacerlo.
El año pasado se nos jubiló el último fiscal que quedaba y no pudimos incorporar a nadie; tuvimos que preparar a dos choferes que ya salían con el fiscal, que tienen varios años trabajando acá, y los nombramos fiscales. Todavía se siguen preparando porque el proceso de aprendizaje es bastante prolongado. Ellos controlan aquellos camiones que llevan minerales para ver si tienen la guía de transporte correspondiente.
¿Qué sucede con los controles de la minería para las obras públicas?
En ese aspecto hay un problema, porque tanto las intendencias como el Ministerio de Transporte (MTOP) se rigen por la minería para obra pública, entonces ahí se otorgan permisos para una obra determinada y se abre la cantera en la zona donde se va a llevar adelante, y una vez que se termina la obra se mete alguno a seguir extrayendo mineral de forma ilegal.
Un artículo de la Ley de Presupuesto de 2020 establece que todas las canteras de obra pública, inclusive las municipales, se van a tener que registrar en el MTOP y este nos tendrá que comunicar la ubicación, el volumen, el área que va a ocupar y para qué obra se va a utilizar. Todavía no se ha terminado de reglamentar, pero pienso que próximamente se pondrá en ejecución, lo que permitirá un mejor control de la minería ilegal.
Avanza la exploración de hierro en Minas de Corrales
A mediados de 2020, desde el Ministerio de Industria se confirmó que había habido importantes avances en las negociaciones para retomar la búsqueda de oro en Minas de Corrales. Sin embargo, hoy eso parece más alejado y una posibilidad con mayores certezas es la explotación de hierro.Consultado al respecto, Pugliesi explicó que la pandemia implicó que los interesados en la minería del oro en ese pueblo no pudieran concurrir a realizar las etapas correspondientes del proceso minero. Si bien todavía está sobre la mesa esa posibilidad, no se ha concretado ninguna inversión.
Por otra parte, en lo que respecta al hierro, la exploración está muy avanzada. Esto, de acuerdo con el entrevistado, lleva un cierto tiempo, puesto que primero deben hacerse perforaciones o excavaciones y luego analizar si los yacimientos y los volúmenes de reserva que puede haber de minerales son los adecuados, y si las estructuras geológicas son las apropiadas para hacer una explotación.
“Las expectativas son positivas”, aseguró, y agregó que desde el 2020 se están haciendo exploraciones y vienen dando buenos resultados. “Esto va a demorar todavía. Todo proceso minero es muy lento, porque para poder conseguir inversiones para venir a explotar, toda esa exploración que se está haciendo con los análisis correspondientes al mineral, se tiene que hacer en laboratorios que están fuera del Uruguay —no tenemos laboratorios geológicos calificados a nivel internacional desde el punto de vista minero—. Todo eso, junto al estudio geológico y estructural de los yacimientos, debe presentarse a nivel mundial para que comiencen a venir inversores a hacer la explotación”, detalló.
La proyección que se maneja es que en el correr de este año y del año que viene empezarán a surgir proyectos de concesiones para explotar allí. El jerarca adelantó que también hay una iniciativa de producción de hierro en una pequeña escala que comenzará en dos meses, que es de capitales nacionales.
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