Buscar vacas melliceras no es el mejor camino para lograr una ganadería más eficiente. Las investigaciones indican que las herramientas adecuadas son adelantar el entore a dos años y aumentar el destete.
La Ing. Agr. Graciela Quintans, investigadora del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), dijo que actualmente hay áreas donde se pueden hacer mejoras importantes para mejorar la eficiencia productiva de la ganadería, particularmente dos: adelantar el primer entore y aumentar el destete, descartando las vacas melliceras como una alternativa de mejora.
Consultada por La Mañana sobre el tema dijo que “en Uruguay hay un gran porcentaje de vaquillonas que se entoran por primera vez a los 3 años. O sea que ahí tenemos una oportunidad muy buena para mejorar la eficiencia de los rodeos, que es llevar la mayor cantidad de vaquillonas a un primer servicio a los dos años”. La otra gran oportunidad es “aumentar la tasa de destete, o sea la cantidad de terneros destetados por vaca entorada”.
Hay muchas otras estrategias, “pero esas dos áreas de mejora de la eficiencia pueden ser un buen camino para rodeo vacuno más eficiente”.
Para concretarlas “hay aristas que debemos cuidar y en ellas focalizarnos, por ejemplo la alimentación y la sanidad. Disminuir la edad del primer servicio como aumentar la tasa de destete pasa mucho por el nivel nutricional de nuestros rodeos, por tanto aumentar la disponibilidad de comida, de forraje, de pasturas para que los animales se manejen en umbrales de condición corporal segura y que nos permitan tener buenos desempeños productivos y reproductivos”, comentó.
Con 4,2 millones de vacas madres, en Uruguay la tasa de preñez es del 74% y el destete es del 65%, datos promedio. “O sea que cada 100 vacas que entoramos, estamos destetando 65 terneros”, por tanto si elevamos el índice de preñez y disminuimos algunos puntos porcentuales las pérdida entre la gestación y el destete tendríamos un importante incremento de terneros disponibles”, detalló.
La otra arista destacada por Quintans fue la sanidad: “Protocolizar la sanidad de los rodeos para evitar pérdidas productivas y reproductivas”. A su vez mencionó “seleccionar madres más fértiles, más eficientes, y continuar capacitando a los productores y al personal”.
“La alimentación es fundamental”
Consultada si más ganado en los campos no implica mayores problemas en la alimentación, Quintans dijo que lograr tener ese mayor número de ganado significa que también “mejoramos la eficiencia y ahí está incluida la alimentación”.
“La alimentación es fundamental, el acompañar el ciclo de requerimiento de los animales” teniendo en cuenta que “el invierno es importante para la recría y las vacas que están gestando porque atraviesan su último tercio de gestación” en esa época del año.
También es importante en el destete: “Está documentado que la pérdida de peso de las terneras en invierno pos-destete afecta el desempeño reproductivo posterior”, por lo que “hay que generar alimentación de calidad, lo cual nos permitirían dar un paso importante en la eficiencia productiva”.
Son temas sobre los que “se trabaja para generar información y muchos productores ya presentan índices productivos muy buenos y otros están en ese camino. Falta que se sumen más productores”, comentó.
Las vacas melliceras no son la solución
Respecto a si es posible que las vacas produzcan mellizos, Quintans dijo que eso se “puede lograr por diferentes” vías como la selección genética, los tratamientos hormonales o la transferencia de embriones. Pero la selección genética no sería el camino”, enfatizó.
Las investigaciones sobre mellizos se remontan a 1920 y desde entonces “hay mucha información, y ese no ha sido el camino elegido por ningún sistema productivo debido a las limitantes que tiene. Genéticamente las vacas tienen muy baja incidencia de ovulaciones múltiples y la selección genética es de baja heredabilidad, de baja repetibilidad, y es extremadamente lenta”.
“Además hay un componente que es el efecto de las mellizas estériles, el freemartinismo, que se da cuando los mellizos son de ambos sexos y las hembras son estériles en más del 90%”. Son todos “componentes que hacen que a nivel mundial se haya desistido de este camino para incrementar el rodeo. Es un camino que yo no recorrería como opción a nivel país”.
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