Por qué patria grande. Teoría y praxis de una política latinoamericana en tiempos de pandemia. Miguel Ángel Barrios. Buenos Aires, enero 2022. EDITORIAL BIBLOS. 202 págs., $690
Un texto imprescindible. Un texto que logra recuperar la centralidad de dos grandes temas: el primero es la afirmación de la imperiosa necesidad de construir la Patria Grande. El segundo tema implica, asimismo, un mandato que viene desde la génesis de esta América Latina mestiza: solo es posible la Patria Grande en la reafirmación de nuestra identidad intrínsecamente católica. Ambos temas han sido soslayados, tergiversados y bloqueados por diversos actores interesados en mantenernos en un limbo balcanizado a lo largo de demasiados años. Y este ensayo analiza el derrotero de ambas temáticas, sus avatares y su recuperación en estos tiempos oscuros, anegados de nihilismo, de individualismos azuzados desde prácticas neoliberales y estrategias desde los centros del poder que bloquean los caminos a los pueblos del sur en su destino de emancipación plena.
El Dr. Miguel Ángel Barrios –profesor de Historia, doctor en Ciencia Política, egresado de la Universidad de San Magister en Sociología, doctor en Ciencia de la Educación, especialista tanto en Criminalística como en Geopolítica– es, antes que nada, un luminoso discípulo de Alberto “Tucho” Methol y esta hermandad en el sueño de una gran Patria libre se trasunta en cada página del presente ensayo.
Y es en esa línea teórica que se privilegia rastrear la verdadera historia iberoamericana. Allí resplandece la acción de la Iglesia católica en el proceso de nuestra conformación, tan distintiva a los otros procesos de colonización. Fray Antonio de Montesinos en 1511 en su profético sermón sostenía el reconocimiento de la dignidad humana a los indígenas: “Estos, ¿no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No estáis obligados a amarlos como a nosotros mismos?”. Es la bula papal Sublimis Deus de Paulo III (1537) donde se reconoce esa condición, “lo que implicaba reconocer su libertad política, el derecho a la propiedad y la libertad religiosa, al mismo tiempo se censuraba a quienes los trataban como animales, los forzaban a hacerse cristianos o los sometían a servidumbre”.
América fue una durante trescientos años. Recuperar esa condición fue el objetivo de Manuel Ugarte, un socialista católico argentino, a partir de una divisa de Rodó: “Por la unidad intelectual y moral de Hispanoamérica”. Pero esa construcción solo será posible en la medida que tanto la cultura como la educación sean también campos fértiles de la evangelización. Barrios sostiene: “La identidad latinoamericana resulta impensable si nos olvidamos de los santuarios, de los lugares de peregrinación, de las fiestas religiosas que pueblan nuestros calendarios, de las rebeldías sociales contra las injusticias”. Quizás para el lector desprevenido sorprenda este énfasis en esta visión casi agustiniana. Quizás sea necesario recordar a Samuel Huntington, ideólogo neoconservador anglosajón y autor del nefasto “Choque de las civilizaciones” que en sus últimos trabajos teóricos fijaba como próximo desafío a los WASP a los pueblos latinoamericanos…por su carácter irreductiblemente católico. Somos marianos, la piedad es un elemento central de la religiosidad popular tentas veces menospreciadas por ciertos círculos. Es esa Teología del Pueblo y su opción preferencial por los excluidos, por los frágiles, el camino arduo pero cierto.
Barrios logra sintetizar la proeza intelectual de la Patria Grande (categoría geopolítica conceptualizada por Manuel Ugarte), como idea cimera estudiando a los precursores, a sus tempranos divulgadores y toda la pléyade de pensadores y líderes populares que lograron vertebrarla. Que ha habido tropiezos, equivocaciones y traiciones es casi innecesario nombrarlo. Es inherente a toda construcción humana. Lo trascendente es que es una idea encarnada en nuestros pueblos. Y que sigue resonando en el mandato de Perón: “América Latina, unidos o dominados”.
Hay una oportunidad nuevamente en un mundo crecientemente multipolar. Oportunidad, no destino mecánico. Está en nuestras manos la disyuntiva. Hay que construir ese “por-venir”.
Recomiendo ardorosamente la lectura de “Por qué Patria Grande”. Y desde ya sugiero otro trabajo del Dr. Barrios: “El latinoamericanismo en el pensamiento político de Manuel Ugarte”, su tesis doctoral bajo la tutoría de Alberto Methol.
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