La invasión de Rusia a Ucrania ha generado una ola de sanciones impuestas sobre Rusia. Dado el rol que tiene este país en el suministro de combustible, energía, materia primas y fertilizantes, esto tiene consecuencias que trascienden y generan efectos diversos sobre otras economías. Las sanciones no son un tema de los últimos días, las mismas se han venido reforzando al punto que el pasado miércoles 4 de mayo la UE propone por primera vez un veto total a la importación de petróleo ruso y sanciona a militares señalados de crímenes de guerra. Más allá de cómo siga este terrible conflicto, resulta importante conocer qué son las sanciones, qué las motivan, en qué medidas se concretan y cuáles son sus consecuencias.
Sanciones en escalada
A medida que continúa la guerra, los gobiernos europeos están bajo una presión cada vez mayor de aumentar las sanciones energéticas, luego de las medidas tomadas por los Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá y Australia. Dado que el principal proveedor de combustibles fósiles de la UE es Rusia, la prohibición total se venía limitando. Algunos afirman que, dada la inelasticidad del suministro de petróleo y gas de Rusia, la forma más eficiente de que Europa sancione la energía rusa no sería un embargo, pero la introducción de un arancel de importación que se puede usar de manera flexible para controlar el grado de presión económica sobre Rusia.
La Comisión Europea anunció este miércoles un nuevo paquete que refuerza las sanciones contra Rusia que incluye por primera vez un veto a las compras de petróleo ruso, aunque contempla que se aplique de manera progresiva y con ciertas excepciones. En concreto la presidente de la Comisión anunció que proponen “una prohibición del petróleo ruso, crudo y refinado”. Será una prohibición total de importación por mar y por oleoducto. Se anuncia que se espera que esta prohibición se implemente de una forma ordenada y progresiva buscando “asegurar rutas de suministro alternativas y minimizar el impacto en los mercados a nivel mundial”. El anuncio implica instalar un veto al crudo ruso en seis meses y un embargo a los productos refinados hacia finales de año.
Otras medidas que acompañan son la desconexión del Banco Sberbank, el más importante de Rusia (representa un tercio del sistema financiero ruso), del sistema de transferencia bancaria Swift. En etapas anteriores se ya habían afectado a varios bancos rusos, pero el Sberbank había quedado fuera de la lista porque era necesario para el pago de gas ruso que es fundamental en la UE.
Efectos más allá de Rusia
Antes estos anuncios, Rusia responde que se analizan alternativas. Pero antes de esta prohibición total de la UE, había un ingreso importante de divisas por los altos precios vigentes de la energía y la existencia de canales y mecanismos. La prohibición total podría significar una nueva realidad.
En un artículo reciente sobre Comercio y Economía Global, Ricardo Hausmann et al afirman que, a los precios de los últimos dos meses de la energía, los ingresos energéticos se estimaban previo a las nuevas sanciones en alrededor de US$ 700 millones por día para el petróleo crudo y los productos refinados, y unos US$ 400 millones diarios por gas natural enviado por gasoductos a la Unión Europea. De esta forma los ingresos de las exportaciones de petróleo y gas representan aproximadamente la mitad del presupuesto federal de Rusia.
Los países de occidente tienen posturas diferentes ante los bloqueos a las importaciones de rusia, que muchas veces se dan por sus necesidades y alternativas.
Consecuencia de las sanciones y la diversidad de opiniones
La situación ha puesto de manifiesto la importante dependencia del combustible y la energía rusa, en algunos casos total. Pero las sanciones han tenido consecuencias diversas y hasta contrarias a las intensiones de las sanciones mismas. Hay un aumento de los precios mundiales, y en particular europeos, de la energía rusa que se sigue entregando. Los precios más altos han compensado en exceso la pérdida de volumen provocada por los embargos impuestos por algunos países.
Expertos afirman que solo un embargo inmediato y total reduciría drásticamente los ingresos de Putin. Pero también tendría repercusiones económicas sustanciales, aunque quizás manejables, para Europa (Bachmann et al, 2022). Un embargo total sobre la energía rusa tendría enormes efectos en los mercados globales.
En la realidad actual y con muchas abstenciones como lo es la de China, dado que el petróleo y el gas natural fluyen principalmente a través de tuberías existentes y en su mayoría van al oeste. Si Europa restringe y encuentra alternativas, Rusia tiene dificultades de venta. Poniendo aranceles la UE genera un ingreso que puede ser utilizado para compensar la suba de precio que tiene el consumidor.
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