El argumento a favor de las industrias incipientes fue formulado como reacción al desequilibrado desarrollo industrial entre Gran Bretaña, por un lado, y los principales países europeos y Estados Unidos, por el otro, con posterioridad a la primera revolución industrial. Según Frederick List, Adam Smith elaboró su teoría universal del comercio internacional –la ventaja absoluta– teniendo en cuenta sobre todo los intereses de su propio país. El origen de este argumento es atribuido a Alexander Hamilton, que inició el debate sobre la industrialización a través de la protección de la industria naciente en 1791 y argumentó a favor de la protección de las industrias de Estados Unidos frente a las importaciones de Gran Bretaña en sus informes oficiales. El argumento de List es muy completo y, como marco teórico básico, resulta extremadamente relevante para comprender los problemas del comercio y la industrialización de los países en vías de desarrollo. El mismo se puede resumir en cinco principios:
En primer lugar, los países pasan por cinco etapas en su desarrollo: (i) la fase salvaje, (ii) la fase pastoril, (iii) la fase agrícola, (iv) la fase agrícola y manufacturera, y (v) la etapa agrícola, manufacturera y comercial (servicios). En segundo lugar, para progresar, los países deben industrializarse, es decir, pasar de la fase (iii) a las fases (iv) y (v). En tercer lugar, estas transiciones no pueden tener lugar de forma automática a través del “curso natural de las cosas”, es decir, relegándolas a las fuerzas del mercado. En cambio, la protección de las industrias nacientes se hace necesaria para los países que están en la etapa (iii) si es que otros países ya han “superado a otros en términos de manufacturas”. En cuarto lugar, la protección debe ser temporal, es decir, limitarse a la fase inicial y a la madurez de la industria. Por último, la protección debe limitarse al sector industrial.
El principal punto de divergencia de List con respecto a Adam Smith es filosófico. Adam Smith no hace ninguna distinción entre los intereses de los individuos, las naciones y la humanidad en general. Según el economista escocés, al procurar sus propios intereses, los individuos también protegen los intereses de la sociedad en general. Sin embargo, para List la suma de los intereses individuales no es necesariamente igual al interés nacional, ya que los intereses sociales pueden ir en conflicto con los intereses privados. Según List, algunas naciones pueden otorgar más peso a su propio bienestar que a los intereses colectivos de la humanidad, en cuyo caso, esa nación estaría más interesada en la expansión de sus fuerzas productivas a través de la protección de las industrias nacientes, que en maximizar el bienestar de la humanidad en general mediante el libre comercio.
List propuso también la “teoría del poder productivo” para la economía nacional, frente a la teoría de los valores intercambiables (comercio internacional) propuesta por Adam Smith, más pertinente para una economía globalizada. La teoría del poder productivo, sin embargo, va mucho más allá del comercio internacional. El poder productivo de una nación no solo depende de los factores de producción y de la “posesión de ventajas naturales”, sino también de la disponibilidad y estabilidad de los factores institucionales y de su independencia y poder como naciones. La división del trabajo debe ir acompañada de un espíritu de unidad nacional, independencia, un objetivo común y la cooperación de las fuerzas productivas.
Mehdi Shaffaedin, en “¿Qué fue exactamente lo que dijo Frederick List?”, trabajo No. 149 de la UNCTAD (julio 2000)
Citas célebres de Friedrich List
“Una industria totalmente abandonada a su suerte no tardaría en arruinarse, y una nación que lo dejara todo por sí solo se suicidaría”
“Hemos observado ya que las suertes o desgracias de los individuos dependen del mantenimiento de la independencia y el progreso de toda la nación”
“Pero el bienestar general debe restringir y regular los esfuerzos de los individuos, ya que éstos también deben nutrir sus fortalezas del poder social”
“Es ciertamente extraño ver en los tiempos actuales al Ministerio de Inglaterra… velar celosamente para impedir todo progreso de otras naciones rivales, particularmente de los Estados Unidos”
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