Se trata de más del 50% del crédito corporativo que otorga el banco. Así lo informaron los integrantes del directorio durante su comparecencia ante la Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca del Senado para informar sobre la situación en materia de créditos al sector agropecuario y principalmente sobre la compra de campos.
El pasado jueves la Comisión de Ganadería, Agricultura y Pesca del Senado recibió al directorio del Banco República. El presidente del BROU, Salvador Ferrer, informó que todo el sector bancario tiene US$ 3.700 millones prestados al sector agropecuario y la agroindustria. De ese total, el BROU tiene US$ 1.400 millones, que representan más del 50% del crédito corporativo que otorga el banco.
En 2016 la cifra fue un poco superior y “después hubo un estancamiento durante los últimos cinco años con algunas señales de crecimiento, inclusive en la pandemia y en estos últimos tiempos”, dijo Ferrer.
Dentro de los créditos al sector y entre toda la banca, el sector agropecuario concentra el 65% y la agroindustria el 35% restante. Para el caso del Banco República en particular, el peso del sector primario es algo más del 70%.
En la parte industrial, la cadena cárnica, es decir, la industria frigorífica, tiene créditos por unos US$ 1.100 millones. Lo siguen las explotaciones ganaderas y agropecuarias con US$ 500 millones. La forestación son US$ 450 millones. El sector lácteo concentra US$ 400 millones, el arrocero US$ 220 millones y el sector de las oleaginosas US$ 200 millones. La evolución en materia de créditos del BROU al sector se ha mantenido casi constante; en 2011, el porcentaje era del 60% y hoy es del 59%.
Ferrer también hizo referencia a la manera de promocionar las líneas de crédito existentes. “Hemos sido autocríticos, así que quizá no somos tan buenos desde un punto de vista ‘marketinero’, es decir, en difundir las campañas”, admitió, aunque resaltó que la semana pasada se lanzó una línea de crédito denominada “Agua para tu parcela”, que pretende ayudar a mejorar la productividad de la vaca para que dé más leche por día.
El presidente del BROU dijo que los agrónomos de la institución “han señalado que, en realidad, para producir cada litro de leche se precisa el consumo de cuatro litros y medio de agua, lo que deja en evidencia que es necesario contar con el agua a disposición para que la vaca sea más productiva”. Se financia hasta el 80% de las inversiones necesarias para construir el pozo y la cifra máxima del préstamo es US$ 20 mil. Los plazos de repago son de hasta seis años, pero se pueden extender hasta diez años.
En lechería también se sigue con algunas líneas de crédito como el “Tambo Joven”, un financiamiento que funciona desde hace mucho tiempo y se hace a largo plazo hasta 18 años, financiando hasta el 80% de los proyectos. En este sector se ha impulsado un producto especial para la expansión del sector, con un repago que se puede hacer en base a una cantidad fija de litros de leche, de tal modo que si el precio sube, el productor puede pagar su endeudamiento en menos tiempo, pero si las circunstancias del mercado juegan en contra, pueden alargarse los plazos, llegando hasta diez años de plazo en ese producto.
“Cuando se desarrolló fue muy innovador y permitió a muchos jóvenes mantenerse en el sector”, dijo Ferrer. “Hemos tenido varias reuniones con gremios lecheros y siempre la gran preocupación es que hoy el productor de edad tiene que dar paso a las nuevas generaciones y a estas les cuesta involucrarse en un nuevo negocio tan sacrificado”, agregó.
Con respecto a la compra de campos, el directorio del BROU señaló que el banco tiene un financiamiento de hasta el 70% de la inversión en hasta 5 años, con un programa de inversión para pequeñas y medianas empresas que llega hasta 20 años de plazo. “Esta es una novedad porque en el mercado no existían estos plazos de financiamiento para la compra de campos”, dijo el presidente de la institución. Esto es para que productores puedan comprar hasta 200 hectáreas con índice Coneat 100, en promedio, con 2 años de gracia para el repago del capital y 15 o hasta 20 años de plazo de repago para los más pequeños productores.
Otra actitud
El senador Guillermo Domenech (Cabildo Abierto) señaló: “Algunas empresas estatales y paradigmáticamente el Banco de la República ocupan un lugar estratégico en la economía del país. En el pasado habíamos observado un cierto retiro del Banco República de algunas actividades, particularmente notamos un retroceso en la actividad agropecuaria, que es una de las actividades a las que nos hemos dedicado en la esfera privada; por esa razón, vivimos con mucha alegría este proyecto”. Y agregó: “Hoy el banco tiene otra actitud porque uno lo ve” con la apertura de sucursales, instalación de cajeros y “que haya personal del banco atendiendo detrás del mostrador”.
El senador también congratula que el Banco República haya abierto estas líneas de crédito, “porque realmente es una situación dramática” y señaló: “Sobre todo para las nuevas generaciones de productores. Me gusta más la palabra ‘productor’ que ‘empresario’, porque mucha gente en el campo no tiene vocación empresarial, sino que es el medio en el que nació y en el que adquirió las destrezas que le permiten defenderse en la vida”.
No obstante, mostró su preocupación por los créditos hacia los integrantes de cooperativas agropecuarias. Según explicó, a veces uno de los sucesores quería continuar con la actividad agropecuaria y no tenía forma alguna de adquirir el campo de los que no estaban interesados en continuar, sobre todo, en el ramo de la lechería.
Crédito a colonos
Dentro del BROU se está analizando la reapertura de una línea de crédito para los colonos. Existía una línea de crédito con garantía del Instituto de Colonización, pero los colonos no eran los propietarios. Este programa fue lanzado en setiembre de 2019 en el Prado y se discontinuó en 2020 pero por decisión del Instituto Nacional de Colonización, según señaló el director del BROU, Leandro Francolino.
Según dijo el senador Sergio Botana, el presidente del INC le había indicado que se desafectó por un problema de exigencia del banco. Al ser la tierra la garantía, colonización debía pasar esta tierra a quien pedía el préstamo, lo cual era imposible. Eso había trabado la continuidad del crédito. Según el presidente del BROU, “es algo totalmente revisable” y agregó: “Estoy convencido de que hay muchas cosas para trabajar con el Instituto Nacional de Colonización”.
Por otro lado, el director del BROU, Pablo Sitjar sostuvo que “hay otra limitante que son las normativas regulatorias del Banco Central, que cada vez son un borde más”. Acotó que, por ejemplo, pudo ver cómo en las colonias de Paysandú afectadas por los incendios, algunos colonos “quieren comprar un campo de 50 hectáreas y no hay manera de hacerlo” porque están rodeados de tierras que valen US$ 8.000 dólares por hectárea. “Esa familia, que tiene 50 ovejas, sale de ahí directamente para venir al cinturón de Montevideo”, señaló Sitjar.
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