La época dorada de la globalización, en la que los países buscaban la interdependencia con un mínimo temor a la inseguridad, ha terminado. La economía mundial se está reconfigurando por medio de la competencia y el conflicto. Un aspecto destacable de la era posterior a la Guerra Fría fue que los cálculos de eficiencia económica se impusieron con frecuencia a los cálculos de riesgo geopolítico. La era que comenzó con la caída del Muro de Berlín estuvo dominada por la búsqueda de la integración a lo largo de las tradicionales barreras estratégicas. Con el tiempo se fue tejiendo una red de vínculos comerciales, financieros y tecnológicos entre China y las democracias del mundo. Los países europeos pasaron a depender en gran medida de la energía (sobre todo Alemania) y de las inversiones rusas (Reino Unido). La búsqueda de ganancias iba acompañada de una justificación diplomática: el entramado económico crearía un interés común en la estabilidad mundial, mitigando cualquier peligro que pudiera resultar del comercio con un potencial enemigo.
Ese razonamiento resultó ser defectuoso. La globalización aumentó las capacidades chinas y rusas sin disminuir significativamente sus ambiciones. A mediados de la década de 2010, las tensiones mundiales aumentaron y la interdependencia pasó a considerarse una fuente de vulnerabilidad. Desde luego que la interdependencia no es cosa del pasado. Pero la tendencia principal es hacia una economía global más balcanizada, en la cual los principales rivales pretenden neutralizar peligrosas vulnerabilidades y manipular los términos de la interdependencia en su beneficio. Y si la experiencia reciente sirve de guía, este proceso será gradual hasta que se produzca rápidamente, cuando estalle una crisis grave, como en Ucrania, y se rompan los lazos que hasta hace poco parecían inquebrantables. Como lo demuestra Ucrania, la conquista de una mayor seguridad geoeconómica requerirá la ruptura de las cadenas de suministro, la alteración de los patrones de comercio e inversión y la revisión de las lucrativas eficiencias de la era posterior a la Guerra Fría. Un mundo más dividido geopolíticamente será también más turbulento económicamente.
Hal Brands, American Enterprise Institute
TE PUEDE INTERESAR: