En el almuerzo de ADM las cámaras de Industrias, de Comercio y Servicios, de la Construcción y la Asociación Rural plantearon en sus discursos la imperiosa necesidad de generar estructuras arancelarias que permitan la inserción y mayor competitividad en el mercado internacional.
El pasado jueves 26 de mayo se realizó un almuerzo organizado por la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM) con la participación de algunos de los referentes de las principales cámaras empresariales del país. Durante el evento se analizaron el contexto económico actual, los desafíos de sus sectores, así como planteos al gobierno.
En esta ocasión, los disertantes del evento fueron Alfredo Antía, presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU); Diego O’Neill, presidente de la Cámara de la Construcción (CCU); Ana Laura Fernández, asesora económica en representación de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Uruguay (CNCS) y Gonzalo Valdés, presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU).
Algunos de los asuntos que compartieron en sus disertaciones, las autoridades de las cámaras nombraron los efectos de la inflación, los costos de las tasas de interés en pos de mantener los precios y la afectación de un dólar en clara caída.
Efecto Brasil
El presidente de la CIU realizó una puesta a punto de la industria en Uruguay y se focalizó en las obligaciones empresariales, sindicales y del gobierno para con el sector. Antía llamó a retener ahorros para “las épocas de las vacas flacas”, ya que “lo fiscal va de la mano de lo cambiario y ya sabemos lo que ocurre cuando el tipo de cambio de desprecia: se pierde competitividad, y no solo afecta al exportador”, agregó en relación al dólar.
Aseguró que el país tiene diversos bienes exportados que no están viviendo el furor de precios y que se debe prestar atención ya que genera tensiones. En ese sentido dijo que Uruguay tiene dificultades para salir. “Por ejemplo, Brasil acaba de aprobar una rebaja arancelaria mirando para un costado los compromisos del tratado de Asunción y afectará en US$ 777 millones de exportación del Uruguay, es decir de perdida en su poder de competitividad”, indicó.
Antía se refirió en este sentido a que Brasil decidió, de forma unilateral, la rebaja del 10% de más de 6.000 productos incluidos en el Arancel Externo Común (AEC) del Mercosur, lo que conlleva a que casi el 90% de los productos de la Nomenclatura Común del bloque tengan 20% de rebaja en aranceles.
Esta decisión del país vecino complicó la oportunidad uruguaya de flexibilizar al bloque para una rebaja de arancel externo común. “Se necesita encontrar cautela para defender a los sectores industriales que se han visto zarandeados por el efecto de la integración del país al Mercosur”, indicó.
Vinculado a esto añadió que se debe mirar hacia afuera para buscar trabajo para los uruguayos: tiene que ver con la internacionalización de las empresas. La CIU en los últimos 10 años ha colaborado con 250 empresas que han salido al exterior, remarcó, y dijo que “Uruguay XXI es un organismo que se debe potenciar porque si queremos salir adelante hay que hacer un esfuerzo entre el sector público y el privado”.
Expectativas deterioradas
Daniel Sapelli, presidente de la CNCS, no pudo estar presente en el almuerzo por lo que Fernández fue la encargada de transmitir la situación e idea de la agremiación. Comentó que el último año de crecimiento importante del comercio y servicios se dio en 2017, luego cayó fuertemente en 2018 y, posteriormente se estancó.
“Con la pandemia muchas empresas frenaros sus procesos de producción e incrementaron el endeudamiento, por lo que, aunque todavía estemos en niveles prepandemia, no quiere decir que se hayan corregido las debilidades que presentan las empresas”, apuntó.
En esa línea, la asesora dijo que las expectativas están deterioradas en cuanto a niveles de venta, pero también de personal. “Los datos nos muestran que el escenario de recuperación que vimos al cierre de 2021, continúa en 2022, aunque a una velocidad menor, y eso a su vez coincide con los datos de mayor dispersión de estos resultados y empresas, por lo que las noticias no son del todo buenas”.
Desde la CNCS, al igual que en la CIU, se entiende fundamental la apertura comercial a través de una hoja de ruta aperturista donde se plantean diferentes opciones, pero no solo con TLC sino con otros mecanismos con los que también se puede acceder a los mercados.
Respecto a esto, añadió que su pensamiento va en línea con una estructura arancelaria de inserción internacional desde la cámara. “Importa cómo accedemos a nuevos mercados y cómo compramos, cómo ingresan. Por ejemplo, sector textil y calzados”, sostuvo.
Facilidades para la inversión privada
En cuanto a CCU, Diego O’Neill hizo hincapié sobre la importancia de la inversión en infraestructura como motor para el desarrollo económico y social del país. Por infraestructura económica entiende: transporte, rutas, puentes, ferrocarril, puerto, aeropuerto, pero también entra en juego la energía, las telecomunicaciones, la distribución de agua y el saneamiento.
Posteriormente nombró la infraestructura social “que apunta al bienestar de la población: vivienda, salud, educación, seguridad y recreación, por lo que nuestra mirada es bien amplia”, indicó.
Dijo que el país tiene en ese sentido una serie de fortalezas acumuladas, se lo observa internacionalmente con atención, “por lo que contar con un plan de infraestructura potenciaría las capacidades para atraer más inversión extranjera”.
Por otra parte, aseguró que Uruguay tiene una gran oportunidad con el hidrogeno verde. El país está llevando adelante una estrategia en esa línea y O’Neill la calificó como muy importante ya que este tipo de hidrógeno “será un nuevo commodity”.
Asimismo, afirmó: “Acá las inversiones son fundamentalmente privadas, lo que hay que hacer son plantas de generación de este hidrogeno verde y el país debe dar facilidades para esta inversión”.
La propuesta concreta de la CCU es contar con una institucionalidad específica para planificación estratégica de infraestructura, que elabore una estrategia nacional a largo plazo, que sea una política de Estado. “Estos procesos exceden los ciclos políticos entonces es necesario que sea política pública”.
“Más que quejas, son aportes”
La oratoria del presidente de la ARU se basó en el aumento de la productividad, tomando en cuenta que el agro “es la actividad con mayor relevancia en la economía nacional”. Estos dos años de pandemia, señaló Valdés, “nos han enseñado que somos y seremos protagonistas en el desarrollo del país y tenemos que tratar que la población entienda que nuestras quejas, más que quejas, son aportes”.
En cifras, China está comprando el 80% de la carne ovina uruguaya, 64% de bovina, 45% de soja y 25% de la pasta celulosa. Y el 78% de las exportaciones de bienes son de 10 productos agropecuarios.
Por eso, en materia de aranceles, desde la ARU entienden que una de las tareas que el gobierno debe cumplir es la apertura comercial. “Por ejemplo, en 2020 se pagaron 332 millones por aranceles, en el 2021, solo por la carne bovina y ovina, se pagaron 337 millones. Es un dato que está planteado y sabemos que se está trabajando en eso, pero hay que acelerarlo y tratar de seguir adelante”, informó.
En cuanto a cultivos, expuso que entre el 2000 y 2011 se incrementó la cosecha y que ya se ve el efecto de 2013 en adelante, en donde la soja se posiciona como el principal cultivo del país hasta ahora. “También entra en juego el clima, es decir que la soja depende de dos factores: clima por un lado y precios internacionales por el otro”.
Respecto al precio del dólar y la competitividad, Valdés apuntó que la cotización se ha venido abajo y, respecto a Estados Unidos, estamos un 22% abajo, pero regionalmente, estamos en 34% debajo de Brasil y un 55% debajo de Argentina.
“Uruguay es uno de los exportadores dentro de los diez primeros en materia de carne, Estados Unidos y Argentina se llevan el 40% en la lista. Somos dependientes de China y se debe trabajar sobre los aranceles, tenemos un 12% de arancel y países que compiten con nosotros, como Nueva Zelanda y Australia, están en 0% y 3% respectivamente, sumado a esos costos que quizás no se ven de distancia y costos de puertos para llegar a destino”, informó.
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