Hace unos días se dio por concluida una nueva cosecha de arroz. Según los cierres primarios, el rendimiento se encuentra en el entorno de los 9200 kg por ha que, sin constituir un récord, se encuentra cerca de los máximos históricos.
Con la certeza de estos muy buenos resultados productivos, el complejo arrocero se enfrenta ahora a mercados que operan bajo un alto grado de incertidumbre, al mismo tiempo que el contexto internacional produce alzas significativas en los costos.
Costo de arroz
Es habitual expresar el costo de la producción arrocera en función de una “chacra promedio”, que intenta representar la media nacional de todos sus componentes. Para ello, se toma en consideración la superficie promedio en hectáreas a nivel país, el cultivo promedio de variedades, de insumos, combustible, mano de obra, semilla, fletes, etc. Las dos situaciones más relevantes que se diferencias en general son los casos de propietario o arrendatario de tierra y servicio de riego, pero este hecho puede salvarse si se considera una renta ficta representativa para el propietario.
Este modelo de costos parte de un trabajo realizado hace años por técnicos de INIA, y que luego siguió perfeccionándose por instituciones referentes del sector, OPYPA y consultoras, que desarrollan modelos de trabajo que tienden a coincidir en la identificación de tendencias.
Principales componentes de costos y variables que afectan
Si se observan los principales componentes de costos y las variables que las afectan se abren algunas interrogantes. Ponemos el foco en algunos insumos relevantes, como es el caso de los fertilizantes e insumos para aplicación, combustible, tipo de cambio e inflación.
El precio del arroz influye en los costos y pesa en rentas y en algunos servicios que se pagan en las bolsas de arroz sano seco y limpio puesto en boca de recibo evaluado al precio de referencia que es el que surge del Sistema Convenio pactado entre la ACA y 4 molinos. Pero una suba en el precio implica un mejor ingreso para el productor y que a su vez repercute en mejor pago de renta y servicios. En un escenario de mejora en el precio de todos los commodities el arroz acaba de fijar un precio definitivo de la zafra 2020/2021 con una baja de 5 centavos, si bien dados los ajustes en otros ítems como son la devolución de impuestos y el descuento por el pago del Fondo Arrocero esto llevó a que surgiera un crédito de 0.05 centavos por bolsas de arroz o de 1 US$ por ton. A pocas semanas de definir un nuevo precio provisorio, no se vislumbran mejoras respecto del año pasado, y bien podría ocurrir una leve baja.
Las principales preocupaciones se centran en una baja del tipo de cambio que sigue perjudicando al sector exportador, y en el alza en los precios de combustibles y fertilizantes que se vienen dando en el contexto del conflicto en Ucrania. También cabe considerar que los precios de fletes y logística internacional se mantienen elevados y afectan directamente la competitividad de los negocios.
El incremento en el precio de fertilizantes y otros insumos alcanzó en algunos casos al 100%. Algunos productores lograron amortiguar el efecto porque habían logrado stockearse previamente, pero actualmente evidencian mayor cuidado en cerrar precios. Se trata de un rubro que pesa entre un 12 y un 15% del costo total, lo que obliga a los productores a evaluar todas las alternativas posibles.
Los combustibles siguen con subas periódicas lo que en un uso intensivo como realiza el arroz a nivel de chacra y con fletes de chacra al molino que andan en el promedio de los 70 km y distancias de entre 350-400 km de los molinos a puerto representa un peso de relevancia a nivel de la cadena. A su vez, es de destacar que, si bien el sector ha demostrado una gran capacidad de innovación logística en busca de eficiencias, existen requerimientos de segregación varietal y elaboración que obligan a altos costos de almacenamiento y transporte, ya que se deben especializar plantas y espacios de almacenaje.
Tranquilidad por buenos rendimientos y cautela en la planificación futura son dos rasgos que caracterizan al sector estos meses. No se han materializado negocios que mejoren los ingresos, los costos van a ser el principal precio y tienen una fuerte incertidumbre, las tendencias en tipo de cambio no van de la mano del sector exportador y se siguen agudizando. En lo que refiere al financiamiento, si bien se espera que siga siendo relativamente barato, en los últimos meses las tasas de interés locales también vienen en alza.
Si bien la rentabilidad sigue alta en relación al promedio de los los últimos 10 años, los márgenes comienzan a acotarse nuevamente, lo que lleva a los arroceros a ser más precavidos al momento de definir estrategias de manejo y agregación de valor.
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