El Ing. Álvaro Roel participó de una mesa redonda interinstitucional en la que destacó la importancia del acercamiento de las diferentes disciplinas; y comentó que es importante pensar no solo en la chacra, también en todo el sistema y la interacción productiva.
El jueves 2 de junio se llevó a cabo la mesa redonda virtual “Arroz y sustentabilidad en el este del Uruguay”, evento organizado por el Centro Universitario Regional del Este (CURE) es la Universidad de la República (Udelar). Uno de los expositores fue el Ing. Agr. Álvaro Roel del programa Arroz del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). Junto con él participaron Gerardo Evia de la Dirección Nacional de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (Dinabise) del Ministerio de Ambiente; Santiago Alzugaray de Unidad Académica de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC) de la Universidad de la República; Solana González del Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Veterinaria; como comentaristas Matías Carámbula del Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Agronomía Oswaldo Ernst del Departamento de Producción Vegetal de la Facultad de Agronomía.
La mesa “fue una muy buena oportunidad para interaccionar con personas que vienen desde otras disciplinas y en relación a la sustentabilidad del arroz, sobre todo más de las ciencias sociales, y también participaron panelistas vinculados a la biodiversidad, creo que es una buena inversión darnos un tiempo para conocernos un poco más de cada uno de los enfoques y darnos la posibilidad de accionar hacia adelante”, comentó Roel a La Mañana.
Subrayó que en el panel estuvo “la visión de la sustentabilidad en su forma más amplia” abarcando áreas en lo “económico, ambiental y social”, y destacó que la relevancia de “contar con oportunidad de conocer los diferentes enfoques, el nuestro más vinculado a los temas agronómicos ambientales y el de otras disciplinas”. Eso es importante porque “así es como avanza la ciencia, conociéndose en que está cada uno, cada cual en su campo de acción, y juntándonos en este foro sobre la sustentabilidad de la región vinculada al desarrollo”.
Roel insistió en la importancia de “resaltar ámbitos que no son los más comunes cuando se tratan temas agrícolas, pero son los más necesarios”. “En mi caso me tocó presentar trabajos vinculados a la trayectoria de la sustentabilidad en el sector arrocero que es algo que está inmerso desde su propio origen”, contó.
El arroz hizo su propio camino de integración
Puntualizó que en Uruguay “la trayectoria del arroz es diferente al resto del mundo porque tiene una concepción distinta donde no solo se piensa en la chacra de arroz sino en todo el sistema productivo, en la interacción con la ganadería y la pradera”.
“En otros países lo que sucede es que se va a sistemas de arroz continuo o agricultura continua, pero aquí la dinámica que integra pasturas y ganadería nos ha permitido llegar a los niveles muy buenos desde el punto de vista de la productividad con relativo bajo uso de insumos, y ahí está el concepto de la sustentabilidad -explicó-. Y esto porque hace 50 años se entendió que esta concepción permitía un uso más adecuado de los recursos. Para eso se necesitó mucho liderazgo”.
Otro de los factores transmitidos por Roel en la mesa fue el de “los esfuerzos realizados a lo largo de estos años acumulando sobre el mejoramiento genético. Cuando uno planta una variedad de arroz uruguayo tiene 50 años de selección y cruzamiento para que esa semilla haga mejor uso de recursos, es parte de la razón y del cómo llegamos al concepto de alta productividad con relativo bajo uso de insumos”.
Además, el sistema arrocero de Uruguay “es dinámico”, y en ese sentido “hoy hay mayor interés de poner otros cultivos” y por eso hay un avance de la soja. “Ya hay una experiencia interesante de rotación y al tener hoy mayor conocimiento de los procesos de esas rotaciones que le dan sustentabilidad. El desafío es cómo, sin perder las ventajas comparativas, podemos seguir intensificando los sistemas. Ese es uno de los desafíos actuales en lo que INIA está trabajando fuertemente”.
El camino dejado por el Ing. Chebataroff
Consultado sobre el origen de la calidad del arroz uruguayo, Roel dijo que en países como China y fundamentalmente India “se basan en un sistema de arroz continuo, tienen cientos de años de producir arroz detrás del arroz y eso los ha llevado a un uso mas importante de insumos y por lo tanto potenciales de contaminación y alteración del ecosistema mucho más amplias”. Pero en Uruguay el arroz “va rotando se hace una pradera, rastrojo, otro cultivo, se integra la ganadería”, es un modelo que ahora otros países están tratando de poner en práctica. “Ese es uno de los ejes de la sustentabilidad a lo largo de 50 años”.
El técnico de INIA dijo que hay una “figura central” para comprender nuestra producción arrocera, la del Ing. Nicolás ‘Ruso’ Chebataroff, que tuvo “esa visión de no solo mirar la chacra sino mirar también el sistema”.
“En la primera página de su libro sobre el arroz en Uruguay, Chebataroff hace reconocimientos, uno fue su capataz de cuadrilla, otro a un empresario y político, Jorge Sanguinetti, que en los años 70 dirigía una empresa muy importante que es Arrozal 33. Chebataroff lo reconoce porque hizo de Arrozal 33 un campo experimental donde se probaban todas estas cosas, porque habían entendido que si seguían haciendo arroz continuo los niveles de productividad iban a ser bajos, se entendió que había que integrar la pasturas y ganadería. Eso fue revolucionario en su momento porque no era lo que hacía Brasil ni otros países del mundo”, enfatizó.
“Eso es parte de los atributos que nos han permitido llegar hasta aquí, pero no quiere decir que no tengamos que seguir buscando otros caminos de intensificación, porque hoy eso está desafiado. El mundo va cambiando, la gente quiere introducir soja, los contratos son distintos, etcétera. Acumulamos 50 años de estudio, la gente los ha continuado, los continúa el Programa de Investigación de Arroz (de INIA) pero en un mundo muy cambiante. Hace dos años que tenemos en Paso de la Laguna lo que le llamamos un ensayo de largo plazo donde tenemos todas las intensificaciones posibles, hasta el arroz continuo para entender realmente los costos beneficios”.
Para continuar el camino “vuelvo a insistir sobre la interacción con científicos que vienen con otra visión”, formando “un círculo virtuoso de productores técnicos e investigadores que trabajan sin copiar lo que sucede en otros países y ¡vaya si podemos tener influencia argentina o brasilera!”, concluyó.
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