En dialogó con La Mañana el presidente de la Cámara Uruguaya de Televisión para Abonados (CUTA), Washington Melo, explicó la realidad y principales demandas de los cableoperadores del interior. Incorporar la venta de Internet es desde hace varios años un reclamo del sector, que podría concretarse en la próxima ley de rendición de cuentas. Además, subrayó la importancia del rol de los medios del interior y el impacto de la transmisión de los debates políticos.
¿Cómo se originó su vínculo con los medios de comunicación?
En 1993 ingresé a la Dirección Nacional de Telecomunicaciones –que después derivó en la Ursec– donde estuve diecisiete años prestando servicios. Luego me surgió la posibilidad de ejecutar un proyecto; un grupo inversor compró un cable en la ciudad de Libertad y me ofreció hacerme cargo del proyecto, gerenciarlo y administrarlo. Me gustó la idea y necesariamente tenía que renunciar a la Ursec. Me la jugué porque era un cable que no tenía abonados, que estaba fundido. Era arrancar de cero.
¿Qué destaca de esos años en la Ursec en épocas de cambios tecnológicos?
Yo desarrollaba un doble rol. Primero, en la parte específica de televisión por cable. Si bien la televisión por cable es un modelo de negocio que está estancado, Uruguay ha sido un país de avanzada en lo que refiere a su digitalización. Cuando estaba aún en la Ursec, se empezó incipientemente a conocer ese nuevo servicio y me fui en el año 2007. Comencé a liderar este proyecto de Consorcio Libertad Digital que fue el primer cable 100% digital de Uruguay y de la región.
Era todo un desafío, desde el punto de vista tecnológico porque se estaba iniciando una nueva etapa de la televisión por cable que era la digitalización. Nosotros tuvimos el honor y la responsabilidad de ser los pioneros en un servicio 100% digital; y bueno, hasta la fecha hemos seguido, con las limitaciones de una ciudad chica, pero el proyecto ha sido exitoso.
En la Ursec también fui unos de los fundadores del gremio de funcionarios, la Fursec, junto a otros compañeros. Siempre estuve vinculado a la actividad sindical; en este caso desde el mostrador de los trabajadores. Una vez que me fui a la actividad privada, nuestro cable se hizo socio de la CUTA y ahí empecé a asistir a las reuniones.
Cuando comencé la actividad privada me empecé a vincular a la CUTA. Al principio fui un simple oyente, después me presenté a las elecciones y empecé a integrar la directiva. Ocupé interinamente el cargo de presidente cuando se fue el presidente anterior y después, en sucesivas elecciones, fui electo en todos los casos por una amplia mayoría de los socios.
¿Cuál era la principal preocupación en 2016 cuando asumió la presidencia de la CUTA y cuáles son los principales desafíos que enfrenta el sector hoy en día?
Cuando arrancamos, parte del desafío que se veía en el sector era el cambio tecnológico de la digitalización. Pero ya en ese entonces los cables veían como en el resto del mundo, precisamente en Argentina, las empresas –incluso las medianas y pequeñas– empezaban a brindar el servicio de internet juntamente con el cable. Fue ahí que se presentaron varios proyectos, en 2006 o 2007, de empresas que querían brindar ese servicio de internet. Nunca se expidió la administración hasta la fecha en que salió la actual Ley de Medios por el año 2011. Ahí se dijo que, por lo que estipulaba la Ley de Medios, no era compatible que los cables pudieran brindar ese servicio. Esa fue una línea de acción que tuvimos desde la cámara y que, en un principio, emprendimos una especie de lucha para obtener esa licencia.
Como durante esos gobiernos la decisión era que el servicio (de internet) fuera brindado exclusivamente por Antel, nosotros lo que hicimos fue hacer un acuerdo muy amplio con Antel que nos permitía usar la red de fibra óptica nacional para transporte de señales a las empresas dentro de sus localidades; y fuimos construyendo una cabecera única para todos los cables socios de CUTA que están conectados a la fibra.
Pero, más allá de ese acuerdo, ¿ustedes están reclamando que se les habilite comercializar internet para poder subsistir económicamente?
Exacto. Nosotros fortalecimos en ese acuerdo una pata de lo que vendría a ser el modelo de negocio actual de la televisión por cable que es la sección para abonados. Nosotros ahí nos fortalecimos tecnológicamente, más que nada a través de tecnología y calidad, pero nos queda la otra pata que es el internet.
Tenemos un acuerdo de reventa del servicio con Antel, que es un servicio que nos deja una comisión muy básica. Generalmente los que revendemos esos servicios utilizamos eso como beneficio para el cliente, para que el combo cable-internet les sea más barato.
¿Les deja algún tipo de rentabilidad esa reventa?
No. No nos deja ninguna rentabilidad, porque esa pequeñísima rentabilidad la usamos en beneficio del cliente. Entonces, tecnológicamente estamos muy bien posicionados (incluso somos un ejemplo a nivel de Latinoamérica de cómo logramos, las pequeñas empresas, desarrollarnos tecnológicamente para competir con las grandes empresas), pero el modelo de negocios del cable se agotó.
¿Qué pasa? Históricamente el costo de los contenidos significaba un tercio de los ingresos de los cables, un tercio se llevaba el Estado y el otro tercio quedaba para inversiones, funcionamiento de las empresas y algún grado de rentabilidad.
La ecuación de los cables hoy está prácticamente al borde del equilibrio. Esa ecuación se rompió hace ya un tiempo, porque, por un lado, las grandes empresas proveedoras de contenidos empezaron a concentrar contenidos. Un ejemplo es Disney, que tiene Disney, Espn y Fox Sports, pero como esa hay otras. La concentración dio lugar a que las empresas en muchos casos se vieran tentadas a realizar prácticas que a nuestro criterio son prácticas abusivas, que quedaban reflejadas en los contratos y en las condiciones de precio. Entonces hoy esas empresas con esa concentración de contenidos nos imponen precios que indudablemente –si bien podemos competir desde el punto de vista tecnológico– nos hace cada vez más difícil adquirir los contenidos que nosotros vamos a distribuir.
También se suma que esas mismas empresas, proveedores de los cables, son competidores nuestros, porque la tecnología les ha permitido, a través de las plataformas por internet, vender su producto directamente a los cables. Entonces ellos tienen el doble rol, de proveedor y de competidor. Ahí lo que está pasando indudablemente –y es muy claro con Disney– es que están retaceando contenido a los cables, al sistema lineal, para beneficiar la oferta que ellos tienen por streaming.
Tenemos también que los costos de los eventos deportivos se han incrementado notoriamente; uno de ellos es el costo del fútbol uruguayo, un costo muy importante. No estamos diciendo que esté bien o mal, o sea, estamos diciendo un hecho de la realidad. Antes, en los eventos deportivos, que nosotros generalmente le comprábamos a la empresa Tenfield, estaban todos metidos dentro del precio que le pagábamos, que incluía futbol uruguayo, Copa América, Eliminatorias… Hoy, según anunció la empresa debido a los costos que tienen esos productos, se empezaron a discriminar. Entonces se paga por un lado el fútbol uruguayo, por otro lado, la Copa América, por otro lado, las Eliminatorias. Ahora, los partidos amistosos de Uruguay, que siempre estuvieron incluidos en la señal de Tenfield, hoy ya no lo tienen ellos y hay que comprarlo separadamente a la AUF.
¿Cómo repercuten estas situaciones?
Todo esto que estoy planteando es lo que hace cada vez más inviable el modelo de negocios que tenemos los cableoperadores. Además, con el avance de internet, los cableoperadores estamos sufriendo un fenómeno muy importante que es la piratería por internet. Hay verdaderas plataformas ilegales que venden al público final un servicio por una suma de dinero muy baja, pero claro, con todos productos, que para tenerlos nosotros tenemos que pagar los respectivos derechos.
Entonces, necesariamente –y esa solución se encontró en el mundo hace más de 20 años–los cableoperadores necesitamos dar un viraje urgente a nuestro modelo de negocios e incorporar la venta de internet juntamente con el cable.
Un artículo de la nueva Ley Medios iba en el sentido de habilitarlos a vender internet, pero la discusión del proyecto se estancó, y luego, desde Cabildo Abierto, se presentó un proyecto por separado con algunos cambios ¿Percibió voluntad política de los legisladores en el Parlamento cuando se trató este asunto en el evento organizado por CUTA y Certal?
La voluntad de la actual administración siempre fue de habilitar a los cableoperadores a brindar ese servicio. Tal es así que, a poco tiempo de asumido el gobierno, se elevó al Parlamento un proyecto de nueva Ley de Medios que, por diferencias internas de la coalición, se ha dilatado en el tiempo, y nosotros lo que hemos venido pregonando todo este tiempo es la urgencia y la necesidad que tenemos las empresas de cable de incorporar ese servicio. Porque, además, es bueno decirlo, no solamente inviabiliza un negocio de empresarios que hace 30 años vienen apostando e invirtiendo en el país, sino que, hoy en día, hay más de 2.000 puestos de trabajo directos que trabajan en los cables, hay más de 100 medios de comunicación que están anexados a los cables, que son medios plurales, independientes, que cumplen un rol social irremplazable. Entonces hay mucho más que simplemente empresas en juego.
La nueva Ley de Medios está hace dos años en la Comisión de Industria de Diputados. Nosotros en la última Rendición de Cuentas del año pasado habíamos logrado que se presentara un artículo (lo presentó el diputado Sebastián Cal de Cabildo Abierto), que de alguna forma levantaba la restricción del art. 56 para que los cables pudiéramos empezar ya a transitar el camino para obtener la licencia. Eso, en su momento también, porque se quería empezar por el interior, y así estaba escrito en el texto, el gobierno estaba totalmente de acuerdo salvo con ese artículo, pero no dieron los tiempos para reanudar las negociaciones y pasó el período de la Rendición de Cuentas. Pero lo que sí había era un compromiso de abordarlo ahora, que fue lo que pasó. Se elevó nuevamente ese proyecto, por separado de la Ley de Medios, en el entendido justamente de la urgencia que tenemos los cableoperadores del interior.
Nosotros con mucho beneplácito recibimos que todos los participantes de la coalición de Gobierno expresaron su compromiso y coincidieron sobre la necesidad imperiosa que tiene la televisión para abonados del Uruguay, los cables del interior fundamentalmente, de entrar al negocio de internet. Están dispuestos a aprobar la normativa que sea, pero nosotros lo que les pedimos es que lo aprueben.
El artículo que se presentó no tiene ninguna contraindicación a lo que habíamos hablado en la última Rendición de Cuentas el año pasado. Porque es el mismo artículo, simplemente se le sacó la palabra interior, que era lo que se pretendía. Ahora, aparentemente no estaba fluido el tema de aprobarlo como una ley separada porque entiendo que la posición del gobierno es que se apruebe la nueva Ley de Medios.
¿Cómo repercute en el modelo de negocio que se haya cambiado que ahora, además de las de Antel, podrán usar redes propias o de otros servidores?
Nosotros visualizamos dos posibles modelos de negocio: un modelo de negocio es que una vez que se tenga la licencia, entonces profundizar un acuerdo con Antel. El otro modelo de negocio sería que nosotros desarrollemos nuestras propias redes, independientemente de las redes de Antel. Sería acordar con Antel, o con quien sea, que nos provea el ancho de banda, y nosotros, de esa forma, distribuimos el internet juntamente con el cable a nuestros abonados.
Todo esto se basa en un principio de libertad. El empresario tiene absoluta libertad de optar por el camino que más le convenga o la habilidad que tenga, en este caso Antel, de hacer un buen acuerdo con los cables. Hasta el día de hoy no lo hemos logrado. Estamos viendo con mucha preocupación que, por un motivo o por el otro, va pasando el tiempo y nosotros vemos cómo vamos perdiendo los abonados. El último informe de la Ursec, la cantidad de abonados de la industria de la televisión por cable en Uruguay bajó un 6%. En los últimos seis años y medio, de 700 mil, perdimos 130 mil. Esto es la crónica de una muerte anunciada.
El Ministerio de Industria ya presentó una fórmula para reglamentar el reparto de publicidad oficial en medios del interior, pero ¿por qué sigue sin resolverse?
En ese sentido, quiero quebrar una lanza por la Dinatel y el Ministerio de Industria porque ellos llamaron a todos las centrales de medios para discutir sobre un proyecto y la verdad, lamentablemente tengo decirte que esto no está aprobado aún por la mezquindad de algunos medios del interior. Esa es la realidad. Lamentablemente eso es lo que nos está frenando, lo que nosotros venimos en la cámara peleando desde hace muchos años.
¿Están muy lejos de resolver ese diferendo?
Está a punto de resolverse porque va a llegar un momento en que la Dinatel va a decir: ‘bueno, es este y al que no le guste, mala suerte’. Tengo que reconocer que ha sido participativo. Le han dado participación a todos los medios para que se expresen, y en una mesa se estaba elaborando el proyecto, con una base que elaboró la Dinatel. Nosotros esperamos que prime la cordura entre los distintos medios del interior y que finalmente se apruebe ese decreto, que sea el puntapié inicial, porque después la aplicación de eso no va a ser muy sencilla. Pero podemos pasar raya y empezar una nueva etapa de ese capítulo que va a empezar indudablemente.
¿Cómo visualiza el futuro de los medios del interior?
Nosotros cumplimos un rol social muy importante. Con todo el respeto al resto de los medios, en la mayoría de los lugares del interior, el medio de referencia es el canal local de los cables. Afortunadamente los propios cableoperadores han empezado a visualizar que nuestro canal local, es además un diferencial con respecto resto a las otras ofertas, porque de la comarca no va a venir una empresa multinacional a encargarse.
Entonces, en nuestros canales locales queda reflejado el deporte, el entretenimiento, pero queda reflejada la política local, queda reflejada la necesidad del ciudadano. Así como somos la voz del político y de las organizaciones sociales, somos la voz de esa gente que muchas veces, a través de nuestros medios, trascienden sus problemáticas que son realmente solucionadas. Hacemos de articuladores y llevamos la necesidad de la gente al decisor y se resuelve rápidamente. Ese aporte social es invalorable.
Ahí es donde hay que seguir apostando, los cableoperadores tenemos que seguir fortaleciendo nuestros medios locales, porque eso también genera el sentido de pertenencia de nuestras empresas en las localidades donde estamos. Desde la cámara creamos nuestro propio medio que es Cardinal TV, un canal que a sacrificio y voluntarismo hemos sacado adelante.
¿Qué experiencia dejaron los debates organizados previo al referéndum?
Para nosotros fue una fiesta, porque era la primera vez que teníamos un evento de ese tipo que se generaba y se producía en el interior, y del interior salió para todo el país. Nos jugamos una parada muy importante, que nos salió muy bien. Fue una cobertura impresionante que nos dio pie para apostar y profundizar el modelo de nuestro canal, al grado que los cableoperadores estamos dispuestos ahora a financiar a nuestro canal en lo que falte. Porque ingresar al circuito de publicidad es muy difícil cuando son medios muy nuevos. A través de Cardinal, con la cámara hemos logrado acuerdos de complementación con la Dinatel, con Canal 5, con alguna intendencia del interior. O sea que es también una herramienta de comunicación que nos permite realizar un rol social que está establecido en nuestros estatutos que tenemos que cumplir como cámara.
Te voy a dar la primicia que ahora estamos próximos a inaugurar (a mediados de julio) nuestro propio estudio en el LATU. Un lugar privilegiado de la ciudad donde ya estamos trabajando, ya tenemos el local y se está armando un estudio muy lindo.
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