En la ciudad arachana de Río Branco, el instituto Cefor brinda herramientas y apoyos en la formación de más de cien jóvenes con capacidades diferentes y sus familias. Se trata de un trabajo de puertas abiertas a la sociedad en donde la colaboración del ámbito civil es clave para el funcionamiento. Pero también resulta esencial la labor en cuanto al desarrollo humano de los chicos, quienes señalan que dentro de sus deseos está el “no estar encerrados” y que la comunidad integre a las personas con capacidades diferentes.
El acceso al aprendizaje, el esparcimiento y los vínculos sociales son un derecho innato para todos los individuos. Sin embargo, en ciertas ocasiones pueden no verse satisfechos debido a que no existen ámbitos donde desarrollarlos. Esto puede suceder, por ejemplo, en el caso de las personas con capacidades diferentes. Si aún en la capital hay aún retos al respecto, ¿qué sucede entonces en el interior del país?
En el norte del país, una institución cuenta con una experiencia de trabajo orientada hacia niños y jóvenes en situación de discapacidad desde el año 2006. Se trata de Cefor en la ciudad de Río Branco, en el departamento de Cerro Largo.
El centro promueve actividades educativas, recreativas y de integración para la comunidad de acuerdo a necesidades educativas específicas y con el apoyo de un equipo técnico multidisciplinario. De esta forma, brinda consultas con psicólogos, fonoaudiólogos, psicomotricistas, maestros y psicopedagogos. Pero también ofrece una variedad de talleres orientados a darle a los jóvenes herramientas para su futuro, como lo son la panadería y confitería o el trabajo en cerámica. Además, cuenta con ámbitos de expresión, en el cual los asistentes se esparcen a través de la música, la danza o el teatro. En este ámbito, pueden expresar sus sentimientos y necesidades de una forma divertida y contenida.
Al centro asisten 115 usuarios, de los cuales cerca de una veintena son becados a través del Banco de Previsión Social. El número de recurrentes se incrementa mes a mes. Es que el Cefor es un centro de referencia para la comunidad en el área de discapacidad. Así lo expresó Fernando Castelnoble, director del instituto, en diálogo con La Mañana. “Creemos que estamos trabajando bien, brindando la mejor calidad de servicios”, subrayó. Este hecho resulta fundamental porque, además, provienen de zonas de bajos recursos socioeconómicos y vulnerables. “En algunos casos son personas de una vulnerabilidad extrema y que provienen del interior profundo. También de varios barrios de Río Branco”, explicó Castelnoble. Para que puedan llegar al instituto, Cefor cuenta con un transporte que los recoge en el domicilio. Mes a mes, el recorrido de la camioneta se extiende. “Por suerte hay mejoras en la infraestructura de la ciudad, lo que nos facilita llegar a cada domicilio donde necesitan el apoyo institucional. Allí estamos, al firme”, enfatizó el entrevistado.
Un antes y después
El trabajo desarrollado por Cefor resulta fundamental dado que, desde el comienzo, el instituto marcó un diferencial en cuanto a las oportunidades. Antes de su existencia, detalló Castelnoble, los chicos estaban “en un encierro, en sus casas, no existía entonces un lugar donde pudiesen ser asistidos, escuchados o apoyados a través de talleres o equipos técnicos”. El hecho de salir hacia la sociedad y compartir con otros realizó un cambio en la vida de los jóvenes, pero también de sus familias.
“En el año 2006 era muy lejano pensar que a nuestra localidad iba a venir un equipo que trabajara en el área de la discapacidad como ahora. Nosotros les dimos herramientas que van desde cómo lavarse las manos hasta que puedan lograr su propia independencia”, comentó. En este sentido, dijo que algunos jóvenes lograron egresar de la escuela especial a la que concurrían y anotarse en programas puntuales de UTU. También hay casos de chicos que pudieron lograr una salida laboral. “Esto para nosotros es gratificante. Trabajamos con logros a mediano y a largo plazo”, mencionó.
Como muchos de los chicos tienen la posibilidad de emprender, el instituto trabaja en red con otras áreas donde se intenta realizar convenios que abran puertas laborales para un futuro más expansivo. “Muchos de ellos, por ejemplo, han aprendido artesanía y pueden llegar a ser grandes artesanos. Darles la oportunidad a todos es importantísimo”, aseveró.
“Deseamos no ser encerrados”
En tanto, en los ámbitos expresivos los chicos manifiestan deseos que hacen a su autonomía y desarrollo, como el “no estar encerrados”, así como también, que apuntan a lo social, como el sensibilizar y visibilizar a la sociedad de Río Branco respecto a las personas con discapacidad”, mencionó. Estos deseos se manifiestan en el ámbito de un taller motivacional, donde los jóvenes tienen un espacio para expresar sus expectativas y sus situaciones, trabajando de igual forma con la familia.
El centro también trabaja en la promoción de proyectos sociales. Tal fue el caso de la colocación de rampas de accesos a las oficinas públicas. “Fue un cambio para las personas con discapacidad, pero también para la sociedad de Río Branco, porque se trataba de que la ciudad tenía barreras arquitectónicas que no permitían la integración de todos”, calificó.
Para la comunidad y con la comunidad
Para financiar su funcionamiento, el Cefor se apoya de igual forma en la comunidad. En este sentido, el aporte de comercios y empresarios que hacen de “padrinos” de la obra es fundamental. En ocasiones, esta ayuda no corre necesariamente por lo monetario, sino que sucede a través de la colaboración de recursos materiales o indumentarias. “Cuando solicitamos la comunidad enseguida apoya la causa. Tratamos de trabajar a pulmón, todo el equipo hace fuerza para ayudar a todos lo más que se pueda. A veces es un poco lento, pero tratamos siempre de lograr nuestros objetivos de la forma lo más rápida posible. Siempre estamos abiertos a golpear puertas para poder brindar más actividades de desarrollo”, mantuvo.
Y fue en este sentido que contó que uno de los anhelados objetivos del centro es la ampliación de la planta física, ya que la actual “está quedando chica” y dentro de las proyecciones se encuentra el poder ampliar el espectro de servicios que brindan. Para ello están abiertos a colaboraciones del ámbito civil que pueden ir “desde el mínimo de una hoja de garbanzo o una caja de colores”. Para ayudar al centro, se puede comunicar por los teléfonos 099 580 622 o 4675 5893. Mientras tanto, el Cefod no se queda estático. “Siempre estamos abiertos a dar con los recursos e ir golpeando puertas para poder continuar acercando cada vez más a más chicos con discapacidad”, resumió Castelnoble.
Para ayudar al centro Cefor de la ciudad de Río Branco, se puede comunicar por los teléfonos 099 580 622 o 4675 5893.
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