La directora de la DEJA (Dirección de Educación para Jóvenes y Adultos), Marisa Grosso, destacó la calidad de la iniciativa que permite alfabetizar a las personas privadas de libertad a partir de la participación en un proyecto que involucra diferentes áreas de conocimiento y participación.
Al respecto y en diálogo con La Mañana la directora expresó: “Nuestra dirección forma parte de la ANEP. Estamos en todos los centros de rehabilitación del país con proyectos en marcha. Es nuestra idea que la educación para adultos esté basada en proyectos”.
“En Durazno a principios del año 2020 nombramos al maestro Federico Hernández y él nos propuso, entre otras posibilidades, la apicultura lo que fue votado por los participantes. La idea que teníamos era la de alfabetizar y en este caso se realiza a través de un proyecto, y esto comenzó en principio con muy pocos alumnos”, explicó la directora de DEJA.
Este año el maestro se enfocó en la producción de polen; comenzó con pocas colmenas pero se presentó al Concurso “Club de Ciencia” y ganaron. Se produjeron 15 kg de polen y con eso trabajaron el año pasado. “Ha sido un proyecto espectacular porque fue realmente educativo, y a través de él establecimos redes con demás instituciones del departamento”, valoró Grosso.
Los estudiantes han comenzado a trabajar explicando lo que hacen a través de diferentes medios, ya sea virtual como presencial. “Con todo esto han podido demostrar que ellos también pueden devolver a la sociedad lo aprendido. Este año se han recogido varios kilos de miel y una parte va para diferentes instituciones y lo otro para los propios alumnos como forma de costear sus gastos”.
“Aquí tienen el porqué levantarse cada día”
“El hecho de que uno de los alumnos donara su parte a Aldeas Infantiles nos muestra la solidaridad y el hecho de que se establezcan redes, se vincula con la sociedad de la que forma parte y se le da un proyecto de vida. Aquí tienen el porqué levantarse todas las mañanas y una visión hacia el futuro para que cuando salgan puedan hacer algo. Este proyecto es realmente educativo, más allá de enseñar a leer y escribir, lo que buscamos es la inserción en la sociedad”, manifestó Grosso.
También el proyecto se va ampliando hacia el futuro, se han puesto profesores de carpintería que los ayuda a confeccionar los cajones para las colmenas. Hay una cocinera que en realidad es profesora del Taller de Gastronomía que maneja recetas a base de miel. Pero además los alumnos están manejando un proyecto a tres años al que llaman “Apiturismo”. El Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) les dio un galpón al que están adecuando para que en ese plazo puedan recibir escuelas o instituciones educativas y poder enseñar paso a paso la producción de la miel.
De este modo, quien se acerca a aprender tiene la posibilidad de interiorizarse en un oficio que además de permitirle ocupar un tiempo de calidad, también le aporta herramientas para poder sustentarse económicamente en el futuro.
“Tenemos distintos proyectos que quizás no sean tan abarcativos como este. En la Unidad N° 12 de Rivera existe un proyecto de gastronomía y panadería, y el estudiante cuando sale puede trabajar en panaderías o restaurantes. La idea es que se sientan útiles para la sociedad y el día que salgan lo hagan con una visión de futuro y que no tengan que reincidir. Que puedan trabajar como cocineros, panaderos, peluqueros es fundamental para poder reinsertarse. En todo el país la ANEP trabaja mucho más de lo que se conoce”, manifestó.
La directora Grosso destacó que la iniciativa ha generado un gran movimiento en el departamento, capitalizándose apoyos de diferentes procedencias y despertando en quienes participan un sentido de pertenencia y gratitud. “Es importante brindarles herramientas para su salida, pero también darles la oportunidad de hacer una vida distinta allí adentro”, concluyó la directora.
TE PUEDE INTERESAR