Tienen razón desde la coalición cuando plantean que en el grueso de la dirigencia frenteamplista no tienen la más mínima autocrítica, ni asumen la responsabilidad que les toca por haber gobernado los 15 años anteriores. Es real que hubo promesas incumplidas. También es verdad que ha existido una actitud agresiva y poco constructiva por parte de la oposición en algunos temas.
Pero a la vez es una realidad bien visible que el problema hoy sigue siendo muy grave y preocupante, ya no debería ser excusa el fracaso del gobierno anterior ni tirarle todas las culpas al pasado para evadir responsabilidades actuales. Con respecto a la actitud agresiva y poco constructiva no es exclusividad de ninguno, también han surgido desde dirigentes del partido de gobierno. Por lo tanto, esta dinámica para discutir se alimenta de ambos lados, y termina siendo totalmente contraproducente e improductiva.
Interpretar la realidad nacional con una visión partidaria buscando rédito electoral, hace que prácticamente todo análisis se entrevere y se vuelva una competencia. Entonces, una discusión que resulta tan necesaria, y en las que es natural que puede haber diferencias de enfoques, en vez de darse con altura, argumentos y apertura, se termina tergiversando y llevando al plano de la disputa.
Ahí aparecen los archivos de lo que dijo cada uno estando del otro lado del mostrador, la competencia por quienes tienen más homicidios, las gráficas, tablas con números que se tiran de un lado al otro para demostrarse que en tal o cual mes y año subieron un poco más o un poco menos, comparaciones traídas de los pelos y construidas para ganar el partido.
Se culpan y discuten a quién le hicieron más goles, mientras ambos vienen perdiendo ese partido por goleada. Como si la realidad dejara de ser grave si uno le gana al otro en esa contienda absurda por quién es peor.
La verdad a veces resulta muy desalentador ver cómo, desde un lado y otro, se agreden y se acusan de las mismas cosas mientras se alejan cada vez más, en vez de asumir la responsabilidad que le toca a cada uno para buscar un mínimo diálogo, donde se logre llegar a acuerdos que son tan urgentes y necesarios para el futuro del país.
Anteriormente la campaña por la LUC restó posibilidades y alejó, pero antes de eso la discusión por la pandemia también generó algunas fisuras que enfriaron el relacionamiento, pronto pueden ser las definiciones partidarias y las campañas electorales.
Por suerte, no todos los dirigentes entran en esta misma dinámica, y esto hace que aun existan algunas posibilidades de acercarse, de asumir el tema con la responsabilidad y la unidad que el país necesita.
Son pocos, pero en todos los partidos hay dirigentes que miran más lejos, y en la propia sesión hubo senadores que tuvieron una actitud más constructiva, fueron más objetivos, realistas y propositivos.
En ese sentido, la intervención del senador Guido Manini Ríos es una muestra clara de que se puede asumir e interpretar la realidad con objetividad y sin fanatismos. Demuestra que no es tan difícil poder decir que el problema se arrastra del pasado, pero a la vez tener una visión crítica, pidiendo cambios profundos porque la urgencia sigue estando.
Además, el senador Manini no se detiene en discusiones menores, ni a repetir diagnósticos reproducidos una y mil veces, hace planteos directos para pasar del análisis a las acciones concretas en el corto plazo. Estas posturas y estas argumentaciones, son las que suman, las que pueden generar las condiciones necesarias para llegar a acuerdos más sólidos y duraderos al menos en algunos temas.
Para esto debería ser impostergable que se abandonen las discusiones en clave partidaria o electoral, para pasar a la búsqueda de caminos en común.
Más allá de que la relación entre el gobierno y el Frente Amplio parece quebrada y las posibilidades son pocas, algunas señales distintas también se han dado desde el partido de oposición, con la postura del intendente de Canelones Yamandú Orsi. Que cada vez que se ha referido al tema seguridad, lo ha hecho con criterio, con una actitud responsable y abierta. Marcando más de una vez sus discrepancias con la contaminación partidaria y electoral que existe para con este tema.
En este contexto actual complicado, hace unas semanas en su discurso del 18 de mayo en Las Piedras, planteó su preocupación por la realidad que se está viviendo y se puso a la orden para colaborar con el gobierno nacional. Lo hizo con lealtad, con tono constructivo y siendo frontal hacia el ministro del interior que se encontraba presente. En el caso de Orsi, su postura y su disposición al diálogo pueden ayudar a lograr reconstruir puentes, que hoy están bastante rotos entre gobierno y oposición. Ya que se trata de un referente del partido de oposición con mucho respaldo ciudadano en su territorio y con proyección nacional, puede tener algo de peso para que la mayoría del Frente Amplio deje un poco de lado el oportunismo, el enfrentamiento y la lucha partidaria, que sea más constructivo.
Es necesario que todos colaboren para aflojar un poco las tensiones, y así generar condiciones favorables para atender estos problemas tan complejos. Para esto se requiere mucho dialogo, lograr los acuerdos con un compromiso fuerte de muchos, alcanzar unidad nacional para esos problemas que más duelen.
Y para llegar a esa unidad, quien tiene que salir primero a encontrarla, es el gobierno nacional.
Gonzalo Álvarez
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