Existen sobradas razones para creer que la próxima recesión estará signada por una severa crisis de endeudamiento estanflacionaria. En proporción al PIB global, los niveles de deuda privada y pública son hoy mucho más elevados que en el pasado, habiendo pasado del 200% en 1999 al 350% actual. En estas condiciones, una rápida normalización de la política monetaria y el aumento de las tasas de interés llevarán a los hogares, empresas, instituciones financieras y gobiernos altamente apalancados a la bancarrota y al default. Este apriete ya está produciendo sus efectos: las burbujas se están desinflando en todas partes, incluyendo el capital público y privado, los edificios, la vivienda, las acciones de memes, las criptomonedas, las SPAC, los bonos y los instrumentos de crédito. La riqueza real y financiera está cayendo, y las deudas y los ratios de servicio de la deuda están aumentando.
Nouriel Roubini, en Project Syndicate
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