Para alguien que estaba tan íntimamente ligado a las masas como lo estaba Jawaharlal Nehru, su filosofía económica no podía dejar de ser intensamente humana, un asunto vivo del presente y de carácter práctico. En última instancia, el punto central y el objetivo de toda filosofía económica es la eliminación de la pobreza y la necesidad, y la de Nehru no era diferente. Gandhi ya había centrado la atención en la pobreza con su famoso simbolismo del “Daridra Narayana” (ndr: precepto popularizado por Mahatma Gandhi y enunciado originalmente por el sabio indio Swami Vivekananda a finales del siglo XIX, que propugna que el servicio a los pobres equivale en importancia y piedad al servicio a Dios). Nehru aportó a este problema central su mente moderna y su temperamento científico. El socialismo científico, matizado por su intenso humanismo, se convirtió así en su herramienta intelectual. Era un idealista práctico y eso no es contradictorio. En su juventud, Nehru se vio atraído por las ideas socialistas británicas, en una época en la que, bajo la bandera de la Sociedad Fabiana, Shaw Wells y los Webb (ndr: Sidney y Beatrice Webb, economistas británicos, cofundadores de la London School of Economics) predicaban la socialización de los servicios esenciales y las industrias básicas en el marco de un gobierno parlamentario como el mejor medio para eliminar la pobreza y garantizar trabajo para todos.
Pero fue realmente su estudio del marxismo y del experimento comunista en Rusia lo que agudizó su interés por las posibilidades del socialismo para el desarrollo económico y la igualdad social. Cuando visitó Rusia junto a su padre, Nehru quedó impresionado (no así su padre) por lo que Rusia estaba haciendo para transformar la sociedad. Sin embargo, y aunque consideraba que el capitalismo también podía ser violento, muy pronto se horrorizó por la violencia del comunismo. La violencia del capitalismo era, según su visión, de otra naturaleza y existían remedios sociales para ella. Se trataba de opresión más que de violencia. Con el tiempo, y desde una óptica intelectual, Nehru llegó a equiparar al socialismo con desarrollo económico. La Gran Depresión de los años 30 le convenció de que el progreso económico ininterrumpido no era posible en régimen capitalista. Contrastaba la depresión en Occidente con el sorprendente aumento en la producción que Rusia estaba logrando a través de sus recientemente inaugurados planes quinquenales. Sin embargo, aunque esta impresión se mantuvo en el plano intelectual, cuando le tocó sumergirse en la política de la India, Nehru se encontró con una situación diferente que lo obligó a ajustar sus ideas socialistas. En efecto, se alineó con el clima de opinión predominante de que la independencia nacional era la cuestión primordial y que los medios más adecuados para lograr la independencia económica se determinarían más tarde.
La Resolución sobre Política Industrial de 1948 fue la expresión más concreta de los esfuerzos de Nehru por alcanzar el socialismo en la India. Fue aquí donde se manifestó inequívocamente su valoración intelectual del pensamiento socialista británico, en vez de la dialéctica marxista. Esta resolución preconizaba una “economía mixta”, concepto que se ha mantenido a pesar de todo lo que ha dicho el Congreso (ndr: Partido del Congreso Nacional Indio) sobre el socialismo en años posteriores. El dinamismo vino de la mano del cambio tecnológico. El Estado construiría un sector nuevo y tecnológicamente sólido, y no malgastaría sus recursos en adquirir medios productivos que pudieran haber quedado obsoletos. Esta filosofía implicaba reconocer el papel del sector privado. Recordando su visión de años tempranos de que la estructura capitalista es intrínsecamente adquisitiva, Nehru comenzó a promover la importancia de un sector cooperativo que contrarrestara el cariz antisocial del capitalismo. Se dice que en los años finales de su vida, Nehru llegó a apreciar al “capitalismo ilustrado” y que, en privado, incluso llegó a admirar a una de las principales empresas de su país. La creación de una Comisión de Planificación marcó el inicio de la era de la planificación, brindando a Nehru la oportunidad de trabajar simultáneamente por el desarrollo económico y la justicia social. La decepción que expresó abiertamente en sus últimos años por el fracaso de la planificación en la consecución de estos objetivos debe ser vista como testigo de su fidelidad hacia esos objetivos. En efecto, su ardiente ira contra la pobreza agudizó su frustración ante los errores de cálculo del proceso de planificación.
H Venkatasubbiah, en The Hindu. Artículo publicado el 29 de mayo de 1964, en ocasión de la muerte de Jawaharlal Nehru. Ocupó el cargo de primer ministro de la India, desde la independencia del país, ocurrida el 15 de agosto de 1947, hasta su muerte.
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