Partiendo de la base de que la seguridad es fundamental para la actividad turística y en las puertas de una nueva temporada, el Ministerio del Interior prepara el denominado Operativo Cruceros que consiste en el despliegue del personal en la península y los diferentes puntos de atracción turística. Las autoridades informaron que ese tipo de operativos no son nuevos sino que se realizan cada año y aseguran que en las últimas temporadas las personas que descienden de los cruceros no han sido víctimas de delitos.
Además, durante el verano, la Jefatura de Policía de Maldonado se ve reforzada con personal del Ministerio del Interior que llega de diferentes puntos y reparticiones. Es el caso de la Dirección de Educación Policial que envía alumnos que apoyan el patrullaje en el departamento, la Unidad Aérea y las direcciones de Inteligencia e Interpol.
A su vez, Maldonado cuenta con un importante despliegue de cámaras que son monitoreadas por el Centro de Comando Unificado, las que han servido para prevenir y combatir el delito con el uso de tecnologías adecuadas.
Sin embargo, y siguiendo una realidad que se va imponiendo en todo el país con niveles inéditos de homicidios, en Maldonado los hechos de violencia no dejan de crecer convirtiéndose en una amenaza para el turismo pero también para todos los ciudadanos que allí viven y trabajan.
Para contrarrestar el accionar delictivo a fines de mayo de este año, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, anunció el incremento de recursos humanos y materiales en Maldonado, concretamente camionetas, motos y vehículos blindados para realizar patrullaje. También agilizarían el control en las rutas del este.
A la luz de los hechos, ni el incremento policial ni el uso de tecnología de avanzada han dado resultados y octubre ha sido un mes particularmente violento. El abogado y consultor en seguridad Guillermo Maciel escribió en sus redes sociales que “a nivel de país, hasta el 20 de octubre se han cometido 21 asesinatos”, la mayoría de ellos (12) en Montevideo, 9 en el interior, tres de ellos en Maldonado (dos en San Carlos y uno en Piriápolis), a lo que hay que sumar otros hechos de violencia extrema.
La crónica roja fernandina ha estado especialmente activa durante octubre. El 1º de este mes, un hombre de 35 años, poseedor de antecedentes penales, fue asesinado en San Carlos de tres balazos luego de ser sorprendido mientras dormía.
Al día siguiente un policía se enfrentó con dos delincuentes que quisieron robarlo. El funcionario se resistió, fue herido y se generó un intercambio de disparos resultando con la muerte de uno de los delincuentes.
El jueves 3 en Punta del Este se produjo una fuerte balacera entre los ocupantes de un vehículo y de una moto. El hecho se produjo próximo a la torre Antares donde, según la prensa local, viviría un conocido narcotraficante apodado Tommy.
El 13 de octubre, en Piriapolis, dos hermanos de 25 y 23 años fueron atacados con disparos de arma de fuego desde un vehículo en marcha cuando estaban en la vía pública. El mayor falleció, en tanto el menor resultó herido. Se trataría de un ajuste de cuentas.
Dos días después, el martes 15, en un tiroteo en San Carlos muere el hermano del conocido narcotraficante apodado “Buñuelo”, recibió tres impactos de bala y según fuentes policiales sería un “aviso” o “advertencia”, porque si bien la víctima no estaría vinculada al mundo delictivo, sí su familia. El fallecido era Pablo Correa Balladares, de 26 años, carente de antecedentes penales.
Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas, todo el departamento de Maldonado tiene 164.300 habitantes y la ciudad de San Carlos, donde se registra un importante incremento de la violencia, tiene menos de 30.000 habitantes.
Maldonado “no difiere de los barrios más complejos” de Montevideo
Hace unos días el periodista Marcelo Umpiérrez dijo al programa Poder Ciudadano Radio (Azul FM) que la situación que se vive en Maldonado “no difiere de los barrios más complejos” en Montevideo. Observó que ni Maldonado como departamento, ni Punta del Este, escapan al “narcomenudeo” con lo que viene aparejado el incremento de la violencia y con ello la búsqueda de ganar y permanecer en zonas de ventas, los ajustes de cuentas que hasta hace poco eran desconocidos en nuestro país, y el fenómeno del sicariato.
“Hace muy poco en Punta del Este” se dio “una lluvia de balas” con “ocho vehículos dañados y perforados” aunque por suerte no hubo que lamentar víctimas fatales, dijo Umpiérrez.
Otro hecho destacado por su violencia fue lo sucedido en San Carlos donde se dio “una seguidilla de hechos”, concretamente en el barrio Rodríguez Barrios, una “zona conflictiva que ha sido testigo de varios homicidios”, algunos de ellos protagonizados por los hermanos Correa Balladares.
Como se recordará, en 2007 muere uno de los hermanos Correa Balladares, quedando Néstor “Buñuelo” Correa manejando los negocios del narcomenudeo en la zona; tiempo después, en 2018, muere otro de los hermanos, “El Hueso” Correa; el 8 de setiembre de este año un tercer hermano fue atacado a balazos con varios disparos en el cuerpo, uno de ellos en la garganta, logrando recuperarse, y el 15 de octubre pasado matan a Pablo Correa apodado “Jaro”.
En resumen son tres los hermanos Correa Balladares asesinados, otro fue gravemente herido y se recuperó y un quinto está preso, resumió el periodista.
Los hechos de violencia referidos a los hermanos Correa están todos dentro de lo que se entiende y acepta como ajustes de cuentas o guerra entre grupos por hacerse y fortalecerse en el lugar. Umpiérrez consideró que se estaría ante un tema de ajuste permanente que se traspola a hechos que vinculan a otros narcos del departamento como puede ser el apodado “Pata Blanca”
“Si uno repasa los hechos, es increíble la danza de nombres que se van repitiendo, el tiempo que va pasando, el hecho de que va cayendo gente del entorno de los cabecillas, mientras ellos están presos, o ya cumplieron pena, o están en lugares sin identificar”, concluyó.
San Carlos, una ciudad con miedo
El periodista Marcelo Umpiérrez dijo que para los habitantes de San Carlos la situación es compleja y la gente siente miedo. Los vecinos que conocen datos que podrían ser de utilidad para la investigación policial tienen “ese temor de que van, hablan y después se filtra”.
Los policías por su parte “comentan off the record que por el momento” los delincuentes “se la vienen dando entre ellos, va a llegar un punto en que dejen de pelearse entre ellos y empiecen a dárnosla a nosotros. Pareciera que la idiosincrasia popular tolera que ‘mientras sea entre ellos’, que siga, que no pasa nada”.
En enero de 2013, el entonces presidente José Mujica advertía sobre la presencia de sicarios en Uruguay y argumentaba que la legalización de la comercialización de la marihuana ayudaría a combatirlos. Pero desde entonces, y con la legalización en pleno funcionamiento, los crímenes vinculados al narcotráfico no disminuyeron sino que aumentaron.
Años después, en 2017, el exfiscal Gustavo Zubía expresó a la prensa que el sicariato es uno de los delitos más difíciles de probar por la inexistencia de vínculos y problemas previos entre el atacante y la víctima, lo que hace que no haya puntos de relación entre uno y otro salvo el hecho criminal consumado.
en caso de que el sicario sea detenido “no hay forma de obligarlo a decir quién le pagó” para cometer el delito, y si dijera nos podemos imaginar qué pasaría con él, agregó el exfiscal, hoy candidato a diputado por el Partido Colorado.