La visita de la presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos a Taiwán afecta las ya complicadas relaciones sino-estadounidenses. Desde China afirman que “Estados Unidos debe afrontar toda la responsabilidad” por el hecho.
La situación del Indo-Pacífico tiene a Estados Unidos y China como grandes contendientes en el escenario de seguridad, con Estados Unidos promoviendo el AUKUS y el QUAD como estrategias de contención y cooperación estadounidenses frente a China.
La primera es una alianza estratégica militar entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos anunciada en setiembre del año pasado que se basa en la cooperación militar y en facilitar a Australia la compra de submarinos nucleares para mejorar sus capacidades en la región. Por su parte el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral o QUAD, por sus siglas en inglés, es un foro iniciado en el año 2007 entre Japón, Australia, India y Estados Unidos que también incluye ejercicios militares. Este se reflotó en 2017 y el año pasado sus miembros emitieron una declaración conjunta titulada “El espíritu del QUAD” en el que buscan “una visión compartida para un Indo-Pacífico libre y abierto” además de un “orden marítimo basado en reglas en los mares del este y sur de China”.
El pasado domingo, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, inició su viaje encabezando una delegación de legisladores y, según el comunicado de prensa publicado en su página web, los destinos a visitar serían “Singapur, Malasia, Corea del Sur y Japón”, teniendo como motivo la “seguridad mutua, asociación económica y gobernabilidad democrática en la región del Indo-Pacífico”. La delegación está compuesta por el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Gregory Meeks, el presidente del Comité de Asuntos de los Veteranos de la Cámara de Representantes, Mark Takano, la vicepresidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, Suzan DelBene, el miembro del Comité Permanente de Inteligencia de la Cámara, el presidente del Subcomité de Política Económica y del Consumidor del Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara, Raja Krishnamoorthi, y Andy Kim, miembro del Comité de Servicios Armados de la Cámara y miembro del Comité de Asuntos Exteriores.
En la visita a Singapur se reunieron con el primer ministro de Singapur Lee Hsien Loong y la presidente Halimah Yacob, y el lunes en Malasia se reunieron con el primer ministro Sabri Yaakob. Ya el martes la delegación se dirigió a Taiwán, lo cual además de no estar anunciado en su hoja de ruta ni en su declaración de prensa, generó tensiones y grandes críticas por parte del gobierno chino a la primera visita oficial a la isla por parte de un presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos en los últimos 25 años.
Máxima tensión en Taiwán
Llegando a la ciudad de Taipéi ayer martes, Pelosi publicó un comunicado de prensa respecto a esta visita en la que destaca “el compromiso inquebrantable de Estados Unidos de apoyar la vibrante democracia de Taiwán” y además agrega que esta visita es parte del viaje “más amplio al Indo-Pacífico” y está centrado en la “seguridad mutua, la asociación económica y la gobernabilidad democrática”. Respecto a la visita a Taiwán, Pelosi declara en el comunicado que los temas a tratar serán “reafirmar nuestro apoyo a nuestro socio y en promover nuestros intereses compartidos, incluida la promoción de una región del Indo-Pacífico libre y abierta”.
Sobre las repercusiones en China respecto a esta visita, Pelosi destaca que “de ninguna manera contradice la política de larga data de Estados Unidos, guiada por la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979, los Comunicados Conjuntos de Estados Unidos y China y las Seis Garantías. Estados Unidos continúa oponiéndose a los esfuerzos unilaterales para cambiar el statu quo”. Esto se suma a un artículo escrito por ella en The Washington Post titulado: “Por qué estoy liderando una delegación del Congreso a Taiwán” en el que afirma que “de ninguna manera contradice la política de larga data de una sola China”.
El jueves previo a este viaje hubo una llamada telefónica entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, en la que hablaron sobre las “diferencias que tienen entre los países” y las formas para trabajar donde los “intereses se alinean”, según el comunicado publicado por la Casa Blanca. Además, Biden afirmó que la posición de Estados Unidos frente a la cuestión de Taiwán “no había cambiado”. Por su lado, Xi Jinping afirmó que “las dos partes deben mantener la comunicación en todos los niveles” e hizo énfasis en temas como la coordinación de políticas macroeconómicas, el mantenimiento de la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro globales y la protección de la seguridad energética y alimentaria global. Sobre el tema de Taiwán, recalcó la política de Una Sola China y declaró que “los que juegan con fuego se queman”.
Por su parte, el ministerio de Relaciones Exteriores chino emitió una declaración en la que el canciller Wang Yi afirma que este viaje tiene un “impacto severo en la base política de las relaciones China-Estados Unidos e infringe gravemente la soberanía y la integridad territorial de China. Socava gravemente la paz y la estabilidad a través del Estrecho de Taiwán y envía una señal muy equivocada a las fuerzas separatistas para la ‘independencia de Taiwán’. China se opone firmemente y lo condena con severidad, y ha realizado una gestión seria y una fuerte protesta ante Estados Unidos”.
Además de recordar los acuerdos y compromisos logrados entre ambos países sobre el tema Taiwán, Yi destaca la voluntad de su gobierno y del país declarando: “No se debe desafiar la voluntad del pueblo, y la tendencia de los tiempos no se puede revertir. Ningún país, ninguna fuerza ni ningún individuo debe subestimar la firme determinación, la fuerte voluntad y la gran capacidad del Gobierno y el pueblo chinos para defender la soberanía estatal y la integridad territorial y lograr la reunificación y el rejuvenecimiento nacional”. El comunicado termina llamando a la cooperación entre los países y la búsqueda de la coexistencia pacífica y la no confrontación.
Además, según el diario Global Times, Yi no tiene planes para reunirse con el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, durante la Cumbre número 55 de los ministros de Relaciones Exteriores de la ASEAN a celebrarse esta semana en Camboya. Respecto a las tensiones por la visita de Pelosi a Taiwán, Blinken declaró a los medios que “si la portavoz decide visitar y China intenta crear algún tipo de crisis, o aumentar las tensiones de otro modo, eso sería totalmente culpa de Beijing”.
A nivel militar las Fuerzas Armadas de China, el Ejército Popular de Liberación, realizaron ayer martes ejercicios militares marítimos y aéreos en el norte, suroeste y sureste de Taiwán e incluirá una prueba de misiles convencionales en las regiones marítimas al este de la isla.
Según el portal financiero Bloomberg, a nivel económico ya hay repercusiones y la empresa Contemporary Amperex Technology decidió retrasar el anuncio de la construcción de su nueva planta en Norteamérica valorada en US$ 5000 millones, que tiene como objetivo abastecer de baterías eléctricas a Tesla y Ford, que son fabricantes de vehículos eléctricos.
Washington aprueba proyecto de ley para potenciar el sector de semiconductores
El paquete, con un valor de US$ 280 mil millones, incluye US$ 52 mil millones en subsidios para atraer a las empresas a fabricar semiconductores en los Estados Unidos. También incluye US$ 200 mil millones para la investigación en campos científicos de vanguardia como la computación cuántica, inteligencia artificial y robótica.
De esta forma Estados Unidos intenta volver a tener ventaja contra China, quien es el mayor exportador de microchips del mundo según el sitio de datos Statista. De acuerdo a la Base de Datos de Comercio de las Naciones Unidas, en 2020 China exportó microchips por un valor de US$ 400 mil millones mientras que Estados Unidos lo hizo por US$ 44 mil millones. El año pasado sus exportaciones pasaron a US$ 53 mil millones mientras que las de China llegaron a US$ 522 mil millones. Los semiconductores son necesarios para sectores como el aeroespacial, automotor, comunicaciones, información, tecnológico y militar, entre otros.
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