¿Por qué hay escasez de fertilizantes? Porque Estados Unidos importa el 93% de su potasa, un nutriente clave en la fabricación de fertilizantes, mientras que Rusia y Bielorrusia representan el 40% de la oferta mundial. Naturalmente, los que decidieron hacernos dependientes de la importación de fertilizantes son los mismos que decidieron bloquear a Rusia por su invasión de Ucrania. Eso debería decir todo lo que se necesita saber sobre nuestra clase dirigente.
Pero la cosa se pone peor. La misma gente muy inteligente que orquestó la escasez de fertilizantes también está trabajando duro para poner en la lista negra a la industria ganadera. Los gases de las vacas están haciendo un agujero en el ozono, argumentan, y por eso tienen que paralizar a nuestros ganaderos con nuevos impuestos sobre el metano. La situación es tan grave en los Países Bajos que los ganaderos se han revelado contra su gobierno. Esta gente tan inteligente está dispuesta a poner patas para arriba la economía mundial. Y no les importa. Muchos de ellos, como Bill Gates, fantasean públicamente con convertir el mundo desarrollado a la carne sintética. Quieren expulsar del negocio a todos los ganaderos, unos 500 millones en todo el mundo. Para ellos, esto no es un desafortunado efecto secundario de salvar el planeta. Se trata de la razón por la que se levantan de la cama por la mañana. Esto es diabólico. Más que eso, es increíblemente estúpido. Con las sanciones a Rusia, quienes desean que todos comamos sustitutos vegetales de la carne también están dificultando el cultivo de esas mismas plantas. Bill Gates y sus oligarcas están atacando a los productores de carne y a los de vegetales al mismo tiempo.
La buena noticia es que, aunque la crisis alimentaria nos apriete, saldremos bien parados. La mayor parte de nuestras importaciones de fertilizantes proceden de Canadá, pero dado que existe un déficit mundial de fertilizantes, competiremos con el resto del mundo por la oferta disponible. Hoy Brasil importa más del 40% de su potasa directamente de Rusia, por lo que, si el suministro se interrumpe, los agricultores estadounidenses deberán competir con los brasileños por las exportaciones canadienses. Muy probablemente nuestros agricultores ganarán en esta competencia, pero esto podría significar que millones de familias brasileñas y de otros países en desarrollo sufran déficit de alimentos. Nuestro imperio neoliberal es malo para los estadounidenses; pero para el Tercer Mundo, es absolutamente devastador, y no sería la primera vez.
Michael Warren Davis, en American Conservative
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