Alejandro Gorostidi es productor granjero familiar en Canelones y también integrante de Un Solo Uruguay. La semana pasada presentó un documento en el que muestra cómo en Uruguay cayó la población rural a contrapelo de lo que sucede en el mundo. Esta vez habló con La Mañana sobre las dificultades que tiene Uruguay para desarrollar la producción de arándanos.
En Uruguay, las primeras plantaciones comerciales de arándanos se remontan al año 2000, y la primera exportación fue en 2003 de tan solo 250 kilos. Era un producto prometedor que en esa época representaba en el mundo un comercio de 275.700 toneladas y en crecimiento.
En Perú -un destacado productor mundial- la Agencia Agraria publicó un informe en el que indica que la pandemia incrementó la demanda de esa fruta en el mundo debido a los beneficios que tiene para la salud humana, eso sirvió para que se popularice y haya más consumidores por lo que se espera un fuerte comercio: “Haciendo un pronóstico general de la producción mundial de arándanos, a partir del cruce de información proveniente de distintos especialistas y observadores de la industria del arándano, las tendencias indican que el volumen global de producción para 2024 alcanzará una cifra muy cercana a los 2.200 millones de kilos en envíos a los distintos mercados del planeta, incluyendo fresco y procesado”.
En el noreste de Canelones se encuentra el establecimiento de Alejando Gorostidi que desarrolla una producción familiar de diversos productos entre los que se encuentran los arándanos. “En Uruguay comenzamos con 4 hectáreas, luego hubo casi 1.000, en 2012 habían abandonado casi la mitad y hoy son 270 las hectáreas” dedicadas a este producto. “Llegamos a haber 84 productores, hoy apenas somos 20”, precisó.
“Se dice que el arándano fue una moda que pasó, pero no es así porque en todo el mundo es un excelente negocio” con países que tenían menor producción que Uruguay y hoy nos superan ampliamente. “Cuando empezamos en Uruguay, en Sudáfrica solo se producía para consumo interno, actualmente exportan 12 veces lo que Uruguay exportó en su pico máximo. Hace 10 años Perú no los plantaba, hoy la mayor área de arándanos en el hemisferio sur está ese país”.
Por tanto el mercado internacional “no es malo” y permite que los productores tengan margen y exporten. En los últimos 5 años el crecimiento del comercio internacional a contra estación creció a una tasa del 18% con consumos en crecimiento en un mercado firme, explicó a La Mañana.
¿Qué pasó en Uruguay? “Es nuestra estructura de costos, el costo país tan alto hace imposible” la producción con un “precio por debajo del costo de producción. En 2019 recorrí producciones de arándanos de Perú, y allí los costos de producción estaban a un tercio del costo de producción de Uruguay”, subrayó.
Intensivo en mano de obra
Por otra parte Gorostidi comentó que en toda la agropecuaria “no debe haber otro rubro tan intensivo en mano de obra como los arándanos, el consumo fresco y directo se cosecha a mano, son unas 15 personas por hectáreas; es intensivo en energía porque para asegurar la duración lo optimo es bajar la temperatura de la fruta a las 2 horas” de haber cosechado, eso significa que “hay que tener frío en quinta que genera un gasto mayor” con un costo de kilowatt que “en Uruguay está entre los más altos del continente y del mundo. Y el costo del combustible ya sabemos”.
A su vez, “tenemos una presión fiscal directa y encubierta demasiado alta” con “tarifas públicas que tienen impuestos encubiertos”. Todo “eso hace que la estructura de costo sea altísima y nos deje afuera del mercado internacional”, enfatizó.
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