El economista y experto en educación superior, Claudio Rama, analizó en diálogo con La Mañana algunos puntos vinculados a la transformación en educación y la necesidad de poner énfasis en la libertad educativa. Si bien es un proyecto que ve con buenos ojos, entiende que hace falta contemplar un factor fundamental: las instancias de aprendizaje híbridas y virtuales.
En un clima de creciente conflictividad, entre paros y ocupaciones docentes que se oponen a la reforma educativa proyectada por el gobierno, La Mañana consultó al especialista Claudio Rama quien sostuvo que de si existir el bachillerato virtual, los paros y ocupaciones no tendrían la relevancia que poseen hoy.
Rama relaciona directamente la libertad educativa con el poder de decidir dónde y cuándo estudiar. “La LUC introdujo ejes relacionados a que las personas puedan seguir estudiando o enseñando y que no haya imposibilidades por ocupaciones. Sin embargo, lo que he venido sosteniendo es que este eje de la libertad educativa debe implicar el escenario de la educación virtual”, señaló.
Y explicó: “Si un centro de estudios está ocupado o algunos docentes están en huelga, con un bachillerato virtual de por medio, por ejemplo, los estudiantes y docentes que quisieran continuar con las clases podrían hacerlo con libertad”.
El economista y experto en educación superior entiende que el escenario de la transformación educativa es complejo y de múltiples líneas, y ameritan una mirada particular a muchas de ellas. “Pero uno de los ejes centrales es la libertad educativa. Cuando se aprobó la LUC se establecieron escenarios de la búsqueda de la descentralización, como que las reválidas pasen por el Ministerio de Educación y Cultura”, ejemplificó.
Argumentó que en 1917 se aprobó por ley los cursos nocturnos, se creó el Instituto de Profesores Artigas, posteriormente llegó la UTEC, por lo que la diversidad de opciones fue creciendo.
En esa línea, observó que hoy se plantean dos temas a la vez: que la gente pueda elegir si quiere o no quiere estudiar y las ocupaciones. “Unos tienen derecho de poder ir a estudiar y otros de hacer su huelga. Pero también tenemos que incorporar el concepto de educación virtual, sobre todo pensando en la gran desigualdad que tiene el Uruguay en materia de cobertura regional”.
Agregó que los datos muestran que la mayor parte de los municipios del interior del país no tienen educación terciaria: ni universidad, ni UTEC, ni centros regionales de profesores. Expuso que si se contabilizan los municipios que efectivamente no tienen educación presencial, supera ampliamente a los que sí tienen, y “eso es un indicador de que hay que establecer una educación virtual”, enfatizó.
Vinculado a esto, consideró que “no es posible jugar al gato y al ratón con las ocupaciones, hay que pensar que quien quiera o no quiera estudiar lo haga de forma virtual también”.
Cuatro décadas con 40% de deserción
Rama expuso que los centros educativos María Espínola son de mucha importancia y que implican un volumen considerable de recursos. “Entonces me pregunto: ¿por qué no poner cuatro o cinco millones de dólares, que es lo que vale alguna de esas escuelas, en un bachillerato virtual?”.
“¿Por qué hay que seguir pensando en un único modelo, que es el de la tradición casi valeriana, poniendo escuelas de tiempo completo o en lugares de difícil acceso? Es algo importante, sin duda, pero también hay que poner atención en que hace 40 años la deserción en Uruguay es del 40%”, cuestionó el entrevistado.
El especialista explicó que ya en 1963, el educador Antonio Grompone decía que en aquel momento el 40% de los estudiantes de Secundaria desertaba. Y hoy, prácticamente, la tasa de estudiantes de Secundaria no llega al 50%. “No deberíamos seguir pensando con el mismo modelo, hay que pensar en un diferencial”, puntualizó.
En ese sentido fundamentó que con la misma causa que en 1917 se pensó en la educación nocturna porque la diurna no llegaba con la cobertura, hay que pensar en incorporar estudiantes con educación a distancia, ya sea virtual o híbrida.
“Vamos muy bien en la transformación educativa, pero en cuanto a las implicancias del escenario de la educación virtual, Uruguay está muy retrasado”, dijo. Y agregó: “La teleeducación, la telemedicina, tiene que estar desarrollada mucho más fuerte y no se puede pensar cubrir todas las demandas de educación y salud solo pensando en un modelo presencial”.
Rama opinó que la transformación educativa tiene elementos fundamentales en términos de formación docente, de la equidad, en el enfoque por competencias, en términos de los incentivos a la descentralización y la autonomía de los centros educativos. Pero “se requiere un escenario vinculado a la mirada de otras modalidades educativas como los MOOC, la educación virtual, lo sincrónico, no están siendo objeto de una mirada atenta”.
Los datos indican que Uruguay, en educación superior, tiene 22% de cobertura a distancia. Sin embargo, antes de la pandemia, se tenía 1% de cobertura “y no ha habido un cambio normativo ni un reconocimiento de lo que fue, de cómo los sistemas educativos respondieron a los nuevos desafíos”, detalló Rama.
En cuanto al conflicto de las ocupaciones, el entrevistado dijo que los estudiantes y ciudadanos son rehenes. “Las ocupaciones tendrían mucho menos significancia si la educación fuera virtual o híbrida, pero más allá de eso la gente tiene derecho a elegir y por algo están desocupando”.
Críticas al premio de las pruebas PISA y meritocracia
Un tema que generó polémica en los últimos días fue la decisión de ANEP de regalar una camiseta de la Selección Uruguaya de Fútbol a cada uno de los estudiantes elegidos para realizar las pruebas PISA este año, por entenderse que se le da un tinte de competencia y por las que se gastaron US$ 92.000.
“Siempre cuando hablamos de educación en Uruguay lo miramos con una lectura como si no fuera una competencia, y creo que la palabra competencia tiene dos características, una es ser competente en algo y otra es competir”, respondió el entrevistado. “Considero que en el país no valoramos lo suficiente que la gente debe competir, y que el mejor estudiante tendrá las mejores oportunidades laborales”, agregó.
Dijo que una educación que no impulse a los estudiantes al esfuerzo, la competencia, el premio, es mala. “Lo que están haciendo, más allá de si el monto es mucho o poco, o si es una camiseta, debemos premiar los esfuerzos”. El especialista expresó que cree en la meritocracia y que no es positivo un escenario en el que la gente conciba que la educación no es para ser mejor y competir con los otros.
“Es cierto que los estudiantes no fueron seleccionados por ANEP sino por el mismo sistema de PISA, pero creo que Uruguay debería darles muchos premios a todos aquellos que tengan los mejores resultados de PISA. En este caso es un premio a los que compiten porque representan al país, pero no porque sean los mejores”, agregó.
Por otra parte, sostuvo que lo ideal podría ser regalar libros, cursos o capacitaciones a los alumnos que obtengan los mejores resultados. “En la campaña electoral se habló mucho sobre meritocracia y hay veces que el premio al esfuerzo no está validado. Cuando se deba contratar al mejor abogado, médico o lo que fuere, competirán entre el que es peor y mejor, por lo tanto, motivar a los alumnos para que sean los mejores, es la base de la educación”.
Rama añadió que se ha comenzado a tergiversar los criterios de lo que es la educación, vinculándola más al acceso y no en función de quienes son los mejores. En ese sentido llamó a “equilibrar las cosas”. Dijo que de los mejores “sale el conocimiento, la innovación, las patentes, los grandes estudios, y muchas veces estamos dando una concepción no de incentivar al mejor sino al que tiene peores condiciones”.
Mirada a un futuro que ya llegó
Miles de uruguayos están trabajando para empresas que brindan servicios por Internet, y es innegable que el mundo está funcionando en una economía y sociedad en red, por lo que se requieren más competencias virtuales. “Creo que una de las cosas que efectivamente tenemos es la necesidad de avanzar fuertemente en temas de programación. Debería establecerse un escenario para que las asignaturas de competencias digitales aumenten”, dijo Rama al respecto.
A su vez, añadió que no se ha hecho suficientemente en idiomas y que las dos grandes competencias blandas requeridas hoy son las digitales e idiomáticas. “Creo que el bachillerato virtual debe ser una línea fundamental e incluir desarrollo en digitalización e idiomas”, dijo. “La transformación está bien aceitada en términos de competencia, de las escuelas de tiempo completo y el instrumento para la formación docente, pero tenemos que tener una mayor libertad de experimentar un entorno virtual”, afirmó Rama.
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