Durante los últimos años el Instituto Plan Agropecuario (IPA) viene desarrollando una importante campaña para controlar la presencia y el avance del Capim Annoni en los campos uruguayos, tras su ingreso al país por la frontera con Brasil.
Según un estudio divulgado tiempo atrás, esta gramínea produce hasta 10 mil semillas por planta, las que pueden germinar hasta 10 años después de caída al suelo, dispersándose por el viento, cursos de agua, ruedas de auto y hasta por el consumo de los animales que deponen en zonas que no tenían su presencia.
El ingeniero agrónomo Javier Fernández, técnico del IPA, sostuvo que días atrás participó de actividades en el sur de país hablando del tema con las distintas entidades investigadoras y de extensión, con universidades y EMBRAPA, con quienes IPA tiene un contacto fluido durante el año.
“Trajimos datos de los costos económicos y las pérdidas de tener alta frecuencia de Capim Annoni dentro de los predios”, comentó, señalando que “esto preocupa y se ve reflejado en el interés que los productores muestran en el problema, lo que ha sido reflejado en distintas actividades y que tiene que ver con el campo natural”.
En Uruguay se llega a pérdidas de USD 40 por hectárea
¿Qué hacemos y cómo hacemos para medirlo?
“Un 20 % del área ganadera de Brasil está tomado, por lo que en 11 millones de hectáreas, que es el área ganadera de Rio Grande, más de 2 millones están tomadas por esto”, explicó el especialista, señalando que “son pérdidas que se cuantifican por encima de los 100 millones de dólares en las áreas donde hay presencia alta de Capim Annoni durante un periodo de 10 años”.
Ingresó al Uruguay por la frontera con Brasil y crece año a año
Bajado este número solo a la ganadería, se aprecian 30 millones de dólares de pérdidas, sin contar lo que se deja de pagar en impuestos por el efecto de este flagelo.
“Acá en nuestro país ocurre puntualmente y ya se ven pérdidas, inclusive causando muerte en los animales que están pasando varios días en potreros con esta gramínea”, informó Fernández, agregando que “estamos hablando, en Uruguay, de pérdidas de 40 dólares por hectárea, lo que significa la totalidad de los ingresos que han tenido hace un par de ejercicios a nivel de la cría en la zona del basalto, según el programa Carpetas verdes. Esto significa que si pensamos en alta presencia como pasa allá, la ganadería se vuelve en estos momentos, inviable para los productores”.
Por eso el mensaje para el productor es que se debe prevenir y cuidar, tomando conocimiento de la planta para poder aplicar medidas a tiempo, que es cuando es eficiente el trabajo.
En Brasil, por no trabajarlo en tiempo y forma, se habla de un costo de 500 dólares por hectárea para bajar la frecuencia actual de 75 % de presencia en potreros a menos de 20 %.
El Capim Annoni y su efecto en el ganado
El ganado que se encuentra en los predios contaminados con Capim Annoni, sufre un fuerte desgaste de la dentición de manera prematura, por lo que acorta la vida de los animales y su capacidad productiva.
Teniendo en cuenta su característica de producir sustancias que son tóxicas para otras plantas, no permite que otras especies sobrevivan junto a ella, cayendo fuertemente la productividad del campo natural.
Según se recomienda, controlar a la planta es posible con glifosato, realizando una aplicación a principios del verano y otra en otoño para evitar el rebrote, combatiéndola de manera manual usando una mochila o un hisopo cuando las plantas están aisladas y con soga o alfombra cuando las poblaciones son muy altas.