Historia de la guerra. John Keegan. TUERNER NOEMA. 534 págs., 2014.
Historiador, profesor y periodista británico especializado en historia militar, John Keegan, paradójicamente, no tiene experiencia militar. Rechazado en su intento de enrolamiento, optó por un camino peculiar: especializarse en un campo académico poco frecuente, el de académico militar. Dicha opción implicó un camino incierto, el ser un civil en un contexto donde muchos de los valores y las costumbres eran ajenos a su experiencia vital. Pero es esa extranjería, esa otredad, la base de observaciones que quizás, desde una propia experiencia más tradicional en ese campo, fueran difícilmente detectables. “No estaba yo destinado a ser guerrero… el destino, sin embargo, haría que el eje de mi vida fuese el Ejército.”
No es una crónica de la guerra, es un estudio de la naturaleza humana. Apunta tanto a la comprensión de los procesos civilizatorios tanto como una historia de la guerra como impulso humano, como rito cultural y como manifestación tecnológica, analizando desde las tribus primitivas hasta los últimos avances tanto en inteligencia como táctica. Cabe acotar que Keegan es también autor, entre otros, de “El rostro de la batalla” e “Inteligencia militar”.
“Yo estaba convencido de que el Ejército era algo unitario, pero en la primera velada descubrí mi error, me faltaba aún por aprender que aquellas diferencias de atuendo externas traducían unas diferencias internas de mucha mayor importancia… Tribalismo fue lo que observé… Y esa tribu la componen no solo oficiales de igual rango, sino también los sargentos y la tropa. “Malo para la tropa” era la descalificación suprema. Un oficial puede ser listo, competente, trabajador; pero si sus soldados abrigan dudas respecto a él, ninguna de tales cualidades cuenta. No forma parte de la tribu”.
En la vejez, el general William Tecumseh Sherman, que había incendiado Atlanta y arrasado mediante el fuego gran parte del sur, reflexionó amargamente con unas palabras que han llegado a ser casi tan famosas como las de Clausewitz: “Estoy harto de la guerra. Su gloria es pura quimera…La guerra es un infierno”.
¿Puede existir la paz como realidad tangible en algún futuro? El debate de este tema es uno de los tantos puntos altos de este texto más que recomendable.
“Me parece que la guerra… va dejando de parecerles a los seres humanos un medio deseable o productivo, y no digamos racional, de dirimir las diferencias”.
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