Nuestro país tiene históricamente una vinculación muy especial con el campo, no solo por lo que representa en la economía por su matriz agroexportadora sino porque además, en los departamentos del interior habita la mitad de la población uruguaya.
De cara a las elecciones nacionales los partidos políticos han presentado ya sus plataformas. Numerosas medidas económicas tienen su reflejo en el sector productivo, y en general evaluamos y observamos en los programas de gobierno aquello que incide directamente con nuestro sector.
Varios de los candidatos se han expresado sobre cuáles serían las políticas que llevarán adelante en caso de ser elegidos y en líneas generales existe consenso sobre la dura realidad que afecta a distintos sectores agropecuarios pero no así en cuanto a cómo proceder con el tipo de cambio, valor de combustibles, relaciones laborales, política impositiva y subsidios, entre otros.
Este año tenemos la menor área cultivada de los últimos 25 años de cultivo, con su correlato en la caída de la producción, en el empleo, en la cantidad de productores y en el volumen de exportaciones.
Aunque aún no está claro quién será el próximo presidente lo que sí se puede afirmar es que cambiará la composición del Parlamento, dando lugar a nuevas alianzas que permitirán conseguir quórum o no para promulgar las leyes. Independientemente de cuál sea la fuerza política más votada o de quién salga elegido presidente para el próximo gobierno, nuestro compromiso es con los productores. Somos una Asociación madura que tiene en sus filas a asociados que militan o simpatizan con distintas causas políticas, abarcando todo el espectro ideológico. Por esta razón queremos dejar en claro que vamos a pelear, como lo venimos haciendo, para que nuestro sector productivo salga adelante, vuelva a ser pujante y se proyecte hacia el futuro, y en esto las autoridades van a tener en claro que “la ACA no se casa con nadie”.
Desde nuestra Asociación generamos un documento que denuncia el estado de situación en el que nos encontramos y aporta un conjunto de medidas claves que a nuestro entender ayudarán a paliar las adversidades y acompañar al sector productivo en el camino del crecimiento y de la creación de empleo. El presente documento fue elaborado por la Asociación Cultivadores de Arroz a los efectos de hacerles llegar a los presidenciales 2019 y a sus equipos un conjunto de propuestas a los efectos para el desarrollo del sector arrocero nacional, que se ha visto afectado en los últimos años por una importante crisis que ha alterado la rentabilidad a lo largo de las empresas de la cadena arrocera.
Este año tenemos la menor área cultivada de los últimos 25 años de cultivo, con su correlato en la caída de la producción, en el empleo, en la cantidad de productores y en el volumen de exportaciones. La relevancia que tiene la producción de arroz para el país como generador de divisas y empleo, así como dinamizador económico a nivel local, hace que Uruguay no pueda privarse de un sector como el nuestro. La realidad macroeconómica del Uruguay ha afectado profundamente a los productores a pesar de los logros que nuestra producción alcanza en términos de rendimiento, calidad e inocuidad, siendo reconocido y valorado a nivel internacional nuestro producto por los más variados consumidores.
Entendemos que los planteos que se han realizado desde el sector son legítimos y buscan apuntalar a un sector que ha sido castigado por la coyuntura económica y por determinadas políticas que atentan contra la rentabilidad, provocando importantes costos de producción.
Se realizan propuestas en dos niveles, algunas de corte inmediato que se requieren implementar en el muy corto plazo de forma de dar continuidad a las empresas y no continuar bajando el nivel de actividad. En segundo lugar, se proponen medidas más de corte estructural que tienen que ver con generar condiciones para el desarrollo del Uruguay productivo exportador.
Contexto que fundamenta nuestras propuestas
Nuestro sector atraviesa una situación límite y que hoy nos ha traído una importante caída en el área cultivada y con ella en la cantidad de productores, volúmenes de producción y empleo a lo largo de toda la cadena arrocera. La situación de crisis ya tiene varios años a pesar de los importantes niveles de productividad y reconocimiento de la calidad de nuestro arroz a nivel de los mercados mundiales.
Nuestro compromiso con el cultivo, así como nuestro arraigo en nuestras localidades que se han desarrollado en la mayoría de los casos a partir de la producción de arroz hacen que nos resistamos a abandonarla entendiendo que la misma es de relevancia para nuestro país y a la vez tiene oportunidades en el futuro por las necesidades de alimentación a nivel mundial y las potencialidades que ha mostrado el sector arrocero uruguayo en cuanto a rendimiento, calidad e inocuidad.
El arroz uruguayo tiene un lugar destacado exportando a más de 50 destinos a la vez que nuestro país no puede privarse de este cultivo de alto impacto en términos productivos, de I&D, económicos y sociales. Se trata de un gran activo que tenemos y concreta la oportunidad de proyectarnos como país exportador de alimentos de calidad y en particular de arroz requiere no solo de alta productividad por parte de los privados sino de un esfuerzo conjunto público privado en un marco de una política pública que desde una mirada estratégica entienda la relevancia actual y para adelante del sector agroexportador.
La baja de la producción de arroz afecta a las empresas del sector, pero también a todos los vinculados y a la sociedad en su conjunto
Es necesario disponer de un marco de políticas que se basen en este concepto y que generen las condiciones e incentivos para el desarrollo de la actividad productiva y con ellos del conjunto de actores económicos y sociales que se desarrollan a partir de la misma. Esto implica condiciones a nivel de macroeconómico, una perspectiva de la proyección a nivel de los mercados internacionales de nuestro país, y condiciones logísticas y de servicios públicos, productivas, de financiamiento y de relaciones laborales que permitan en el marco de una agenda de derechos potenciar la producción como generadora de riquezas para el país en su conjunto.
Se realizan propuestas en dos niveles algunas de corte inmediato que se requieren implementar en el muy corto plazo de forma de dar continuidad a las empresas y no continuar bajando el nivel de actividad. En segundo lugar, medidas más de corte estructural que tienen que ver con generar condiciones para el desarrollo del Uruguay productivo exportador. Dada la situación crítica que afrontan las empresas del sector.
Medidas de corto plazo de tipo urgente
Se requieren medidas que permitan llevar adelante la producción y que redunden en una baja de costos de al menos usd 300 por hectárea del cultivo. Los puntos son: (i) aumento de la devolución de impuestos, (ii) rebaja en el precio del gasoil, (iii) rebaja en la tarifa de energía eléctrica; (iv) mejora en el tipo de cambio; (v) mejora en el acceso y condiciones de financiamiento. A continuación detalla cada una de las mismas y se presenta una estimación de su impacto. Se destaca que tomadas en forma aislada tienen efectos muy parciales por lo que en forma individual no revierten la tendencia. En este sentido se hace importante que las mismas sean consideradas como un paquete de medidas y no de a una.
Medidas de mediano y largo plazo
Se requieren un conjunto de políticas a los efectos de potenciar el modelo agroexportador de suma importancia para la economía uruguaya. En este marco se identifican como temas claves mejorar el acceso a mercados, mejora en las condiciones y costo logístico, baja en las tarifas públicas (energía y combustible), mejora en los instrumentos de financiamiento. Se detallan algunas de las líneas necesarias a desarrollar.
Mejora de ingresos
Profundizar la apertura de mercados, en particular Tratados de Libre Comercio involucrando al arroz para reducir tarifas avanzar rápidamente en la implementación de Unión Europea, Países de centro América (Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala, etc), Perú, Colombia, etc.
Se requiere mayor proactividad en lo que refiere a mercados, papel fundamental a cumplir desde el gobierno.
Baja de costos logísticos
Rebaja del gasoil volviendo a la idea de gasoil productivo.
Libre importación de gasoil.
Venta al por mayor de gasoil.
Eliminación del fideicomiso del Transporte o redefinición de la fuente de financiamiento del mismo.
Corredor de Bitrens para Ruta 8 y conexiones a la frontera con Brasil.
Reactivación del transporte ferroviario de carga a nivel nacional.
Adecuación de los costos portuarios principalmente en el manejo y tarifas de contenedores.
Eliminación de la reglamentación referente a los jornales mínimos de trabajo.
Dejar que opere la libre flotación del dólar dejando que los mercados permitan el alcance de su valor de equilibrio.
Rebaja de la energía eléctrica como prometido cuando se invirtió en cambiar la matriz energética y adecuación de los pliegos tarifarios a los tipos de consumo
Costos de mano de obra
Adecuación de los Consejos de Salarios a la realidad de cadena y no de sector. Por cadena nos referimos a cadena ampliada, por ejemplo, ANCAP forma parte de la cadena del arroz por el impacto que tiene en sus costos, si el arroz es un sector en problemas, ANCAP también lo será. Lo mismo con el sector trasporte, con la faz industrial de la cadena, etc.
También vinculado a los Consejos de Salarios fijar reales diferencias en los lineamientos entre sectores en problemas y dinámicos
Buscar ecuanimidad y mayor imparcialidad en el Ministerio de Trabajo, bajando la influencia de los sindicatos dentro del mismo y en los nombramientos de sus jerarcas.
Financiamiento
Fuentes de financiamiento para salir de la situación actual:
BROU actuando flexiblemente con nuevos clientes y escasos de garantías.
SIGA arrocero (sistema de garantías) que sea tomado seriamente por los bancos.
Buscar nuevos instrumentos financieros adecuados para el desarrollo de los sistemas productivos.
Comentarios finales
La Asociación Cultivadores de Arroz, en representación de todos los productores, reitera su preocupación por el comprometimiento de continuidad que tiene nuestra actividad al día de hoy, consecuencia del deterioro económico de las últimas zafras, debido fundamentalmente a la falta de competitividad que perjudica al conjunto de los arroceros, realidad esta, que no ha sido posible sortear aun con las ventajas comparativas que tiene el cultivo en Uruguay.
Esta situación planteada afecta en consecuencia a decenas de miles de familias y a pequeñas, medianas y grandes empresas que generan sus ingresos a partir de las actividades vinculadas al sector.
La actividad arrocera ha sido dinamizadora de la economía no solo por los volúmenes exportados sino también por generar importantes encadenamientos a nivel de la economía, nivel de empleo y tiene mucho impacto en las zonas donde se desarrolla por la mano de obra y servicios que contrata, por su cuidado y vínculo con el medio ambiente, por la radicación en el medio rural y su impacto social y comunitario. Es por esto que no debe ser una opción prescindir de la misma.
La baja de la producción de arroz afecta a las empresas del sector, pero también a todos los vinculados y a la sociedad en su conjunto. El Uruguay no puede privarse del sector arrocero que ha generado importantes aportes. No se está pidiendo subsidios ni regalos de parte del Estado porque es más lo que el sector ha volcado a la economía.
*Economista, Gerente General de la Asociación Cultivadores de Arroz