A pesar de lo mucho que se ha hablado de esta injusta e inhumana ley de eutanasia y suicidio asistido, por parte de destacados profesionales, los proyectos unificados de un sector del Partido Colorado y el Frente Amplio, logró ser aprobado por la Cámara de Diputados.
La única bancada que votó en contra por unanimidad fue la del Partido Cabildo Abierto.
Hubo voces muy respetables como la del diputado Colorado Jorge Alvear que expresaron su total rechazo: “Con la ley de eutanasia estamos matando al más pobre” declaró a La Mañana, agregando “que el proyecto tiene serios errores en la formulación”.
La última reunión de la Asociación Médica Mundial -realizada 6 de abril de 2019-, resolvió: “La AMM reafirma su firme convencimiento de que la eutanasia entra en conflicto con los principios éticos básicos de la práctica médica, y la asociación médica mundial insta enfáticamente a todas las asociaciones médicas nacionales y a los médicos a no participar en la eutanasia, incluso si está permitida por la legislación nacional o despenalizada bajo ciertas condiciones”.
Juan Andrés Verde, emite un juicio lapidario contra esta ley que días pasados ha logrado media sanción en la cámara de diputados con votos de todos los partidos, menos de la bancada de Cabildo Abierto, que la rechazó por unanimidad.
Y no porque sea sacerdote católico sus palabras se apoyan en valoraciones religiosas sino que se ciñen al más estricto sentido común: “Esta ley es tan amplia y poco específica que genera más dudas que certezas. Y hacer vista ancha a las posibles consecuencias o desentendernos de las mismas; sería un acto de ingenuidad que podría costarnos muy caro como sociedad”.
“Por más ‘políticamente incorrecto’ que suene; considero que en el fondo se trata de un tema ideológico y netamente económico. Insisto: acá pierden los pobres. Los que menos tienen, los que no logran determinados recursos. Me consta que quien puede y tiene; logra conseguir los medios para “palear” cualquier circunstancia y enfermedad. Hay casos muy dolorosos, historias fuertes y delicadas como los pacientes con ELA (entre otros). Pero este proyecto de Ley, no se centra únicamente en ellos… al contrario: ‘salpica’ a muchos otros que entiendo no debería y peor aún: los perjudica”.
“Muchos sabemos que la salud es un gran negocio. ¿Cuántas veces los propios médicos terminan siendo (en parte) rehenes de los lineamientos institucionales? … y esto también va en desmedro del paciente… de la cama 4, de la cama 8 o del Hígado comprometido”, sentencia Verde.
“A mí también (al igual que a muchos) me ha tocado despedir amigos y familiares muy cercanos con enfermedades terminales. Tan duras como crueles. Aún recuerdo las palabras de mi tío, quien sí pudo acceder a cuidados paliativos y a pesar de toda su situación, en un principio quiso morir; pero luego… agradeció hasta el último minuto poder despedirse así, junto a los suyos en su propia casa. Ciertamente si bien la enfermedad lo condicionó, fue libre en elegir cómo terminar. Por ahí pasa la auténtica libertad. Que nada ni nadie nos ‘condicione tanto’ o peor aún, nos determine, para terminar ‘eligiendo la muerte’ como la mejor opción”.
Y se cuestiona: “con esta ley: ¿Quienes siguen siendo más libres? ¿Y quienes siguen siendo más esclavos? Ojalá en nuestro país, ningún compatriota tenga que sufrir dolor en la recta final de su vida, por falta de recursos… ¡No queremos que nadie sufra innecesariamente!”
“Que todos puedan elegir cómo terminar su vida en paz y dignamente, con los cuidados necesarios, pero que nadie les diga con “palabras finas”, que la única opción que tenemos es matarlo. Que nuestros médicos se sigan deslomando por salvarnos… y no tengan que estar pensando en hacer ‘horas extras’ de verdugos. Que ningún tratamiento en nuestro país, valga más que la propia vida… Y que ofrecer la ‘eutanasia’ no sea una alternativa ‘de primera mano’… ¿Qué alternativas tenemos antes por más costosas que fueren?”, expresa Juan Andrés “Gordo” Verde, el exrugbista que llegó a jugar en Los Teros juveniles.
Y concluye: “Que nuestros gobernantes sigan apostando por la Vida… la auténtica libertad; la igualdad de recursos (en especial para aquellos menos favorecidos)… Y que las leyes promulgadas nos beneficien más a todos, de lo que nos puedan perjudicar. Que juntos sigamos luchando por un Uruguay más justo y respetuoso de los derechos humanos de cada uno… (sin importar su situación o condición) para poder decir junto a nuestro Prócer: “¡Que los más infelices sean los más privilegiados!”
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