Las lluvias registradas este fin de semana no solucionan la situación de los cultivos que ya fueron afectados por el déficit hídrico y que está incidiendo sobre gran parte del departamento de Colonia.
En Colonia no se registran lluvias importantes desde el 26 de agosto, cuando hubo entre 60 y 70 mm lo que afectó negativamente el perfil del suelo. Este fin de semana se registraron lluvias en varios puntos del país, con intensidad dispar, y con zonas de menos de un milímetro, por lo que la crisis hídrica continúa.
“Es imperioso tomar medidas sobre cómo administrar la crisis que ya está, no podemos bajar los brazos y solamente esperar qué pase. Ya estamos en los últimos días de octubre y las lluvias no van a salvar los cultivos. El sábado 22, a pesar de las precipitaciones registradas, hubo productores cortando canolas tardías que se plantaron luego de mayo y que a diferencia de las de primera no llegaron a concretar un llenado correcto” de granos, señaló desde Colonia el periodista Marcelo Armand Ugón en un reporte elaborado para La Mañana.
Según datos del Instituto Nacional de Meteorología, el sábado 22 la zona de más precipitaciones en el departamento de Colonia fue Nueva Helvecia con registros de 26 milímetros, y el domingo Juan Lacaze con 13 mm.
“La situación es crítica, algunos cultivos se salvarán, otros no, dependiendo del ciclo, la variedad y de la época de siembra”, expresó Armand Ugón. En Colonia “se están picando muchos cultivos destinados a la agricultura, el lado positivo es que aquí predomina la diversificación, entonces los productores tienen la posibilidad de transformar y cambiar el destino de lo que plantó”.
En definitiva, “hay cebadas que están en la raya, otras ya están picadas y otras que se están por picar; los rendimientos de esos forrajes dependen de la evolución” de cada chacra. “Si se trata de cultivos avanzados el rendimiento en pasto y calidad es poco, pero si el cultivo está un poco más atrasado mejora tanto en rendimiento de pasto medido en kilos por hectárea para silo o silopack, como en calidad”, explicó.
“En promedio, se está negociando o vendiendo en 800 dólares la hectárea de un cultivo. O sea que yo tengo un cultivo de cebada o de trigo en mal estado porque no cuajó o no llenó el grano, y lo vendo a esa suma la hectárea”.
“Si la hectárea me da 20.000 kilos a 800 dólares y el cultivo está bastante vegetativo, en ese caso es razonable cortarlo; pero si es un cultivo más avanzado con problemas importantes de llenado de granos, la ecuación ya no sirve porque se obtienen 10 fardos por hectárea. A 80 dólares el fardo de cebada no es rentable”, precisó.
La variedad de los rendimientos es amplia: “Los mejores resultados de quienes han ensilado cebadas y trigos comprometidos, tuvieron rendimientos de 25.000 kilos por hectárea de materia verde, y los peores rindieron 10.000 kilos”.
Cada día que pasa “la cebada va acumulando pérdidas progresivamente”, eso sucede porque es un cultivo que “se seca muy rápido”. Pero “también hay muchos productores ensilando trigos”. Un productor invernador de Colonia Valdense “tenía estimados entre 2.500 y 3.000 kilos de grano, pero tomó la decisión de cortarlo con rendimientos de entre 13.000 y 18.000 kilos por hectárea de materia verde”, todo lo cual lo transformará en carne.
Igual es el caso de un tambo grande que “ensiló muchas hectáreas y obtuvo 25.000 kilos, con buen rendimiento de peso”. Asimismo “también hay casos de áreas que debajo de los trigos tienen buena alfalfa, entonces transforman el trigo en carne y abajo le queda muy buena alfalfa y podemos pensar que es una manera inteligente de mirar el futuro”, señaló.
Por otra parte, están los tambos que “pican porque no tienen más remedio” dado que cuentan con estructura, costo fijo y un capital importante invertido”.
“El tema es no dejarnos estar y no esperar que la cebada de 15.000 kilos por hectárea se nos venga a 8.000 porque ahí nos sale carísima la reserva”, advirtió.
Finalmente consideró problemático el utilizar reservas ahora, algo que ciertamente los productores tienen presente: “En Colonia se hace mucha reserva y la hay desde el año pasado, las reservas generalmente no se utilizan en primavera, sino que el fin es aprovecharlas en otras épocas del año. Al suministrarla ahora estamos tapando un agujero, es como poner un parche, pero nos queda todo el verano que va a ser intenso con la Niña y con lo que ha pasado en el hemisferio norte, por ejemplo en España, que han sufrido calores impresionantes”.
Cultivos de verano
Respecto a los cultivos de verano, los productores no evalúan bajar el área y hay que ver qué humedad tiene el suelo llegado el momento.
“Faltan pocos días para ingresar en noviembre y el 15 comienza la siembra de soja y los maíces de segunda. Ahí será clave la elección de los materiales, la disminución de la cantidad de semillas por hectárea, hacer un profundo control de maleza para evitar que compitan con el cultivo. Son todos temas que se deben considerar en un año Niña como este”. De todas formas, “la preocupación del productor hoy es poder solucionar primero los problemas que tiene los cultivos de invierno”.
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