Con una inversión cercana a los US$ 6 millones con aportes de varias instituciones, comenzó el llamado a interesados para comprar en usufructo los 50 primeros lugares disponibles.
En marzo del próximo año los productores del norte del país podrán ver concluido uno de sus mayores anhelos con la inauguración de la Central Hortícola de Salto que actualmente está en etapa de desarme del obrador. Y además resolver la dificultad que implica transportar los alimentos hasta la capital del país para luego regresar y ser distribuidos en los departamentos del norte, con las consecuencias que implica para la calidad de los productos.
En la primera etapa se ofrecen 50 plazas
Actualmente se está en etapa de convocatoria de los interesados en comprar las 50 plazas dispuestas en primera instancias. Cada puesto tiene una dimensión de 4 metros por 10 (40 metros). Se trata de espacios “amplios y cómodos” indicó a La Mañana Alejandro Secco, integrante del equipo de trabajo del proyecto. Asociado a estos espacios, los operadores dispondrán de otros 30 metros destinados para el acopio de productos y depósito de otros elementos como pueden ser envases. Además habrá espacios para la instalación de cámaras de frío individual o colectivo y que forman parte de otra etapa del negocio.
Los pliegos están a disposición de los interesados en la página web de la Intendencia de Salto y en la web de compras públicas del Estado. No solamente se tomará en cuenta el aspecto económico a la hora de destinar los lugares sino también “la trayectoria y las propuestas comerciales de los interesados”. Secco reveló que existe interés no solo de operadores locales sino de otras partes del país que incluye Montevideo.
El plazo de apertura de los pliegos es el 18 de noviembre y un mes más tarde se estarán definiendo los lugares asignados. Teniendo en cuenta que esa época del año no es la mejor por las actividades productivas de la época (es la época del año que se prepara la tierra para las futuras producciones), las autoridades del proyecto piensan que en marzo se estará comenzando con las operaciones.
Una inversión de US$ 6 millones
Este mega proyecto para el norte del país insumió un costo aproximado de unos US$ 6 millones, de los cuales la intendencia a través del Fondo de Desarrollo del Interior se hizo cargo de la primera etapa de inversión con un aporte de US$ 1,5 millones. El resto del proyecto estuvo a cargo de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) que inyectó US$ 1,5 millones, el Ministerio de Ganadería a través del Fondo de la Granja también con US$ 1,5 millones y el resto que aún queda para pagar saldrá de la venta de los derechos de usufructo.
La gestión estará a cargo de una persona pública no estatal que se denominará Central Hortícola del Norte. Será administrada por una junta ejecutiva de cinco miembros representantes del Ministerio de Ganadería (en este caso el representante será Alejandro Secco), de la Intendencia, los productores, los operadores comerciales de los puestos y las intendencias de la región.
Con un aporte de Inefop Empresas y la ejecución del Departamento de Desarrollo Local del Latu, se lleva adelante un proceso de planificación operativa con la participación de representantes de las instituciones intervinientes, los productores y operadores. Para Secco se trata de un gran primer paso que les permitirá llevar adelante desde sus inicios una buena actividad bien definida y coordinada.
Un proceso iniciado en los años 90
“Es un sueño largamente acariciado por los productores” desde los años 90 cuando hubo un movimiento asociativo muy fuerte “que generó una renovación (tecnológica) importante”. Fue el momento en que se difundieron los invernáculos de nylon asociado al riego con tecnología básicamente importada de Israel con cintas de riego y riego por goteo y la fertilización a través de este.
Este avance tecnológico generó un salto cualitativo “a condiciones naturales” ya existentes en lo que se llamaba el cultivo de primor. Por cuestiones climáticas y ambientales “la producción salteña salía un par de meses antes que la del sur” que generaba una mejor rentabilidad a la producción.
Con la llegada de una corriente migratoria integrada por portugueses, italianos y algunos españoles sobre finales del siglo XIX y principios del XX, se estableció en Salto la cultura de la producción hortícola. Estos chacreros se radicaron en los cinturones de la ciudad aprovechando la combinación de tierra apta para los cultivos, agua subterránea disponible en abundancia y la cultura productiva que ya traían desde sus lugares de origen.
Existen 380 productores hortícolas
Actualmente hay unos 380 productores (se pierden entre 5 y 10 al año) “caracterizados básicamente como unidades productivas” que plantan una amplia variedad de productos aunque los estrella siguen siendo el tomate, la frutilla y el morrón. La mayoría de estas unidades abarcan unas 10 hectáreas, aunque existen algunos predios que llegan a 50 hectáreas (por fuera de estas consideraciones quedan las grandes empresas citrícolas). Algunos de estos emprendimientos se han transformado en empresas integrados por hermanos o primos que han hecho alianzas para con división de tareas para mejorar su producto final.
Una de las particularidades del sector en la permanente renovación y profesionalización de las nuevas generaciones. En las chacras uno se va a encontrar con dos o tres casas pertenecientes “al abuelo, al padre y al hijo”. Además de la presencia de los jóvenes viviendo en las chacras hay un componente de cierta profesionalización porque las nuevas generaciones se transforman en ingenieros agrónomos, economistas y hasta abogados que siguen afincados en las chacras y vinculados de alguna manera al sector.
El 40% de la UAM proviene de Salto
Se estima que 1500 personas están ocupadas permanentemente y otras 1500 son zafrales. Los zafrales tienen trabajo casi permanente porque van encadenando su actividad en diferentes épocas del año de acuerdo al producto que se trate.
La producción hortícola de Salto aporta entre 35% y 40% de los productos que se ofrecen en la UAM de Montevideo. En términos económicos equivale a entre US$ 60 millones y US$ 90 millones.
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