El Congreso de Tucumán declaró la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata el 9 de julio de 1816, por pedido expreso del general San Martín, comandante en jefe del Ejército de los Andes.
Ante la política centralista, aristocrática y unitaria del Gobierno de Buenos Aires, en la que los porteños querían mantener los privilegios aduaneros y dominar el Gobierno general en desmedro de los intereses de las Provincias del Interior, los diputados de las Provincias Oriental, Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Misiones y Córdoba no asistieron, integrando todos la “Liga Federal” liderada por el “Protector de los Pueblos Libres”, el “General en Jefe de los Orientales Don José Artigas”. Los porteños profundamente contrarios al federalismo y al pensamiento artiguista pidieron formalmente por los canales de gobierno, dando la orden luego al Gral. San Martín que con el Ejército de los Andes, emplearlo contra el Gral. Artigas y lo que representaba el federalismo, republicano y democrático.
Las autoridades porteñas eran dominadas por la “Logia Lautaro”, la cual era dirigida como “Gran Maestre Gral. Carlos María de Alvear”, apoyado por enemigos acérrimos de Artigas como Sarratea, Pueyrredón, etc. Todos eran miembros de la aristocracia criolla porteña que quería aumentar su poder y privilegios para lo cual había que destruir al Gral. Artigas, estando ya en conspiraciones secretas con los portugueses contra Artigas y su ejército.
Ante la presión del Gobierno de Buenos Aires, José de San Martín –provinciano al igual que Artigas– y pese a sus ideas personales que simpatizaban con la Monarquía como forma de Gobierno en algunas partes de América como en Perú donde será su Protector en el futuro, se opuso tenazmente a utilizar el Ejército de los Andes contra Artigas y los Caudillos Federales López (Santa Fe) y Ramírez (Entre Ríos).
San Martín, pese a ser miembro de la Logia Lautaro, se mantuvo firme ganándose después la enemistad permanente de la Logia y del Gobierno Porteño que le impedirá en el futuro volver al Río de la Plata.
El héroe de los Andes y futuro libertador de Chile y el Perú, del cual sería su Protector, le envió una carta al Gral. Artigas, con un gran respeto y hablando de la hermandad de los americanos por encima de las rivalidades políticas y contrario a la lucha entre los patriotas.
Redactada en octubre de 1816, la carta decía lo siguiente:
“Mi más apreciable paisano y señor.
No puedo ni debo analizar las causas de esta guerra entre hermanos. Y lo más sensible es que siendo todos de iguales opiniones en sus principios, es decir, de la emancipación e independencia absoluta de España. Pero sean cuales fueran las causas.
Creo que debemos cortar toda diferencia y dedicarnos a la destrucción de todos nuestros enemigos, los españoles quedándonos tiempo para transar nuestras desavenencias como nos acomode, sin que haya un tercero en discordia que pueda aprovechar estas críticas circunstancias.
Mi sable jamás saldrá de la vaina por opiniones políticas. Cada gota de sangre Americana que se vierte por nuestros disgustos me llega al corazón. En el momento en que ésta se vea libre, renunciaré al empleo que tenga para retirarme, teniendo el consuelo de ver a mis conciudadanos libres e independientes.
José de San Martín”.
Tras retirarse del Perú, renunciando a su cargo de Protector, dejó el camino al Libertador Gral. Simón Bolívar, en 1822. Al no ser bien recibido en Buenos Aires, se refugia en Francia, done se radica junto a su hija. Trató de regresar al Rio de la Plata y a las Provincias Unidas en diciembre de 1829. Al no poder entrar a Buenos Aires, desembarcó en Montevideo donde fue excelentemente tratado como un héroe americano Libertador de Chile y Perú. Los generales Lavalleja y Rivera le pusieron sus edecanes a su disposición y se ofició un solemne Te Deum en la Iglesia Matriz de Montevideo por la Libertad de América y el General San Martín como invitado de honor. Luego de este homenaje por las autoridades del nuevo Estado Oriental del Uruguay, las autoridades de Buenos Aires lamentablemente no le permitieron el ingreso y con mucha tristeza San Martín agradeció al Gobierno Oriental y en especial a Lavalleja, comandante en jefe del Ejército y a Rivera, inspector general del Ejército (El Gral. San Martín era un Oficial de Caballería, fundador del célebre Regimiento N° l de Granaderos, actual Unidad Escolta del Presidente de la República Argentina, como es el Regimiento N° l de Blandengues de Artigas, Escolta del Presidente de la República en Uruguay).
Regresó a Francia donde falleció exiliado el 17 de agosto de 1850 y el general Artigas fallecería el 23 de setiembre de ese año en Paraguay.
En el mismo año dos grandes generales de la Libertad de nuestra América murieron en el exilio, traicionados e incomprendidos, rehabilitados por la historia mucho después de su muerte.
Ambos próceres y generales de la emancipación americana tenían fe mariana. San Martín tenía en Francia una imagen de la Virgen del Luján y Artigas fue un devoto católico toda su vida, falleciendo con el Rosario de la Virgen del Carmen en sus manos. Los dos descansan hoy en las Capitales del Plata; el general don José Artigas en el Mausoleo de la Plaza Independencia de Montevideo y el general don José de San Martín en la Catedral Metropolitana de la Santísima Trinidad de Buenos Aires.
Fuentes:
Archivo General de la Nación Argentina. Documentos de la Guerra de Independencia y emancipación de la República Argentina. Buenos Aires.
Archivo Artigas del Archivo General de la Nación. Montevideo.
Abal, Plácido. El General San Martín en Montevideo. Montevideo.1923.
Pérez Pardella, Agustín. José de San Martín “El Libertador cabalga”. Buenos Aires, 1997.
Reyes Abadie, Washington, Melogno, Tabaré, Bruschera, Oscar, “El Ciclo Artiguista”. Montevideo, 1971.
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