El interés de los jóvenes por el campo está, lo importante es darles las herramientas para que el campo no termine expulsándolos hacia las ciudades, dijo Lucía Cordero de la juventud de la CNFR.
Bajo el lema “La campaña se renueva, podés ser parte del cambio”, el sábado 12 se realizó en la Sociedad Rural de Durazno el Encuentro Nacional de Juventudes Rurales que contó con la participación de 300 jóvenes de todo el país. La jornada contó con espacios de intercambio, talleres de debate e información y actividades lúdicas.
Lucía Cordero es estudiante de agronomía, tiene 26 años, se desempeña como productora hortícola en Cololó (Soriano), en un predio que gestiona la Unidad Cooperaria N° 1 y forma parte del colectivo Las Gurisas.
También se desempeña en la Comisión Honoraria de la Juventud Rural (CHJR) en representación de Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR), y como tal participó del Encuentro Nacional de Juventudes como tallerista junto a Wendy Núñez, también de la CNFR.
Ingresó al grupo de jóvenes de la CNFR con apenas 16 años, primero como hija de productores y ahora forma parte como productora, son 10 años de experiencia: “A partir de la Comisión he participado de diferentes ámbitos de discusión de políticas públicas y desde 2020 con la creación de la CHJR”.
En esos diez años, “la participación de los jóvenes ha sido variada pero constante, lo cual es valioso porque es a través de la participación donde se puede llevar adelante las demandas sobre políticas públicas, participando es que uno puede acceder a espacios de demanda”, dijo a La Mañana.
Destacó que con el tiempo algunos temas que hacen a las preocupaciones de los jóvenes se mantienen, pero otros han cambiado: “Surgen temas nuevos, por ejemplo la conectividad, que todos tengamos acceso a ella es un tema del cual hace unos años no se hablaba. Y ahora después de la pandemia ese reclamo creció” porque todos los jóvenes asumieron la necesidad de estar bien conectados. “Otro de los temas que podemos llamar nuevos es el de las políticas de género, para seguir creciendo en la igualdad de oportunidades y condiciones”.
De las temáticas que permanecen, Cordero mencionó “el acceso a la tierra, la asistencia técnica, la formación, la recreación y la calidad de vida. Todas ellas están hace mucho tiempo, ya estaban en la agenda cuando yo empecé a participar y siguen estando porque son una necesidad permanente para que la juventud se quede en el campo”.
Lo que sucede es que el acceso de la tierra y la asistencia técnica que reclaman los jóvenes de hoy va a volver a ser una necesidad de los jóvenes que llegarán en los próximos años. “La juventud tiene la particularidad de ser un periodo determinado, según el criterio de las políticas públicas hasta los 30 años, entonces los grupos de participación siempre se están renovando, con generaciones que van saliendo y otras que van llegando”.
Cuando los jóvenes que están cumplen 30 años dejan de pertenecer formalmente a la juventud de las instituciones o movimientos en que participan, sin embargo no se abandona de un día para el otro, “se continúa ahí, dando apoyo, pero lo importante es dar una formación permanente a los jóvenes para que sean capaces de plantear sus necesidades. No serviría de nada que personas de 40 o 50 años digan ‘los jóvenes necesitan tal o cual cosa’ y que los jóvenes no puedan expresarlo por sí mismos”.
El Encuentro cumplió con las expectativas
Respecto al Encuentro, Cordero dijo que “cumplió con las expectativas” que pasaban por “convocar a jóvenes de todo el país, y participaron 300 de todos los departamentos. Los jóvenes rurales se visualizaron, hay jóvenes en el campo que quieren seguir viviendo y trabajando en el campo”, enfatizó.
Uno de los fines de la jornada del sábado fue generar “actividades de discusión para ver cuáles son las demandas de los jóvenes y cómo nos percibimos las juventudes rurales”. La entrevistada explicó que esos puntos son importantes “porque la definición de juventud rural varía en los diferentes territorios dependiendo de los rubros de producción, varía lo que los jóvenes quieren hacer o no”.
Para poder captar todos los mensajes posibles se conformaron talleres entorno a temas tan disímiles como salud mental, genero, participación, organización, vínculos en la ruralidad y liderazgo. Allí los jóvenes participaron y reflexionar en los temas mencionados, “pero desde la mirada que atañe a la juventud, y poniendo sus demandas y reclamos en palabras”. “Fue muy interesante escuchar a los jóvenes, a jóvenes más jóvenes, y a los jóvenes que no están organizados en una institución pero que concurren a una escuela agraria porque les interesa las cosas del campo”.
Subrayó la importancia de quienes no están en ninguna de las instituciones rurales pero que se interesan o les gusta el campo, y como tal apuestan a aprender, vincularse con la ruralidad para trabajar o vivir de las oportunidades que ésta brinda.
En ese punto dijo que “hay algunas limitaciones que se deben superar, algunas tienen que ver con las organizaciones sociales, con cómo hacemos para que esos jóvenes se arrimen, se formen y participen, y otras limitaciones son de la política pública porque no pueden acceder al crédito para empezar a producir, no pueden acceder a la tierra, o a la asistencia técnica. Si esas demandas no se atienden, de alguna forma el campo los está expulsando, por tanto hay que seguir trabajando porque el interés de los jóvenes está, eso es importante tenerlo claro”.
Taller sobre participación y agricultura familiar
Cordero participó como tallerista del taller Participación y Agricultura Familiar junto con unos 20 jóvenes con quienes se abordó el tema de la agricultura familiar. “En el medio rural hay una cultura, una serie de conocimientos hay que transmitir a las nuevas generaciones, y en eso la agricultura familiar es fundamental, manteniendo y enseñando esos saberes”.
“La agricultura familiar es importante en Uruguay y en el mundo como productora de alimento. No es posible pensar en Uruguay productivo sin producción familiar”, aseveró, porque “es importante para afincar a las personas en el campo, el 77% de las personas vinculadas a la agricultura familiar residen en el campo y eso hace que se movilice la escuela rural, los centros de salud, la vida en el campo. Además de que en el mundo la agricultura familiar genera el 80% de los alimentos”.
Por tanto, no solo es producción, también es construcción de sociedad y solidaridad, porque la familia es fundamental “en la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios, el cuidado de la biodiversidad y la participación” en un “acompañarnos y estar juntos”.
Lo que se recogió en el Encuentro no queda solo en eso, para la CNFR y la CHJR fue un paso para “seguir generando y proponiendo” en esos ámbitos, “seguir con la agenda de trabajo sobre los temas que ya estamos trabajando y los que surgieron en el encuentro”.
Respecto a cuál sería uno de esos temas en agenda, Cordero señaló que hizo un planteo a Colonización sobre el acceso a la tierra de la juventud, propuesta sobre la que está esperando la respuesta del organismo, pero ese es un tema sobre el cual hay que insistir, adelantó.
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