Ancap terminará el año con números positivos, a pesar de que el valor de los combustibles está por debajo del Precio de Paridad de Importación (PPI), según señaló en diálogo con La Mañana el vicepresidente de la empresa estatal, Diego Durand.
Uno de los principales puntos que tiene en tratamiento Ancap es el referente al portland. ¿Cómo está trabajando la empresa en la actualidad con respecto a este tema?
Cuando asumimos en 2020 nos pusimos a ordenar la empresa, a dotarla de mayor eficiencia y reducir costos. Eso nos ha permitido una espalda. La hemos dejado en equilibrio y eso lo hemos trasladado a precios. Hace dos años tuvimos una situación disruptiva del precio del petróleo, primero por una pandemia y segundo con la guerra. Esto no es justificación ni excusas, sino que es la globalización y la realidad del mundo. Ante ello hemos, con más ímpetu todavía, tenido que reordenar la y bajar costos. Y esto tiene que ver con el negocio del portland, porque no podemos pedirle dinero a la ciudadanía, que es la dueña de la empresa, sostener un negocio que no ha sido históricamente rentable. La presidenta de la administración anterior (Marta Jara) ya hacía referencia a que había que tomar una decisión con esta unidad de negocio en que, por ejemplo, el horno de Paysandú está en situación de abandono. Pero nunca tomaron una decisión. Nosotros no podemos ser esquivos ante esta realidad y no tomar una decisión, porque no hacerlo significa decidir en contra de los bienes de la empresa pública.
Actualmente, se busca un socio, ¿en qué se encuentra el proceso?
Estamos en un proceso competitivo, dónde esperábamos que hubiera sido más ágil. Primero tuvimos el aval del Tribunal de Cuentas, por lo cual es un proceso ordenado, que hemos empezado por la legalidad. Pero encontramos con Fancap que interpuso un recurso contra este proceso competitivo. Eso llevó a la suspensión de los procedimientos en forma inmediata. Se levantó ese efecto suspensivo, pero el jueves pasado recibimos un recurso, que en lo sustancial es el mismo de Fancap, por parte de legisladores del Frente Amplio. Esto llevó a una nueva suspensión del proceso, que fue levantada por el Presidente de la empresa, Alejandro Stipanicic y esto será ratificado en la reunión de directorio, aunque quizás no sea por unanimidad. Los argumentos que esgrimieron cuando presentaron el recurso los legisladores del Frente Amplio, son repetitivos y similares a los de Fancap. Además, por mi parte, considero que es extemporáneo, porque se trata la asociación de una resolución del Directorio, un acto administrativo y el tiempo que marca la ley para presentar un recurso ha pasado.
Nosotros tomamos una decisión que tiene que ver en cumplimiento de la ley de los 90. En aquel momento ya Fancap interpuso recursos la Suprema de Justicia, y esos recursos fueron desechados. Acá el punto es que han pasado distintos gobiernos de distintas colectividades políticas y todo se han mantenido igual en el portland. No estamos vendiendo, estamos asociando, para rescatar un negoció que hay que rescatarlo porque si no lo hacemos vamos a tener que empezar a hacer inversiones millonarias. Este en un negocio que siempre fue a pérdida y acumula 400 millones de dólares de déficit.
– ¿Qué consideración le merecen el recurso que había sido presentado por los legisladores?
– Opino que es simplemente para frenar el proceso y un palo en la rueda. Tiene que quedar claro que queremos atraer inversores, porque Ancap no se va del negocio del portland. Conservamos la fuente de empleo a los trabajadores. Hemos dialogado con el sindicato, pero evidentemente las posturas, muchas veces uno entiende que son hasta caprichosas. Porque que bien que vendría para al país que tenga una inversión privada y podamos salir a la Mesopotamia argentina con ese portland. Con los inversores privados el negocio se potencia y los uruguayos no van a tener que gastar más dinero en el negocio del Portland.
¿Existe la posibilidad que, después de este segundo recurso, aparezca otro más?
Eso no lo sabemos; pero debemos seguir adelante y avanzar. Esto es muy dinámico. No se sabe que va a pasar mañana. Se debe encontrar una solución porque en lo que va de este último trimestre hemos perdido mercado. No hacer nada tendría consecuencias negativas para la empresa.
¿Cuáles son principales interesados hoy día y en qué se encuentra esa parte del proceso?
El proceso hoy está frenado por este recurso. Iba a empezar la etapa de diálogo competitivo con las empresas interesadas. Esto fue avalado hace un mes por el Tribunal de Cuentas y por la Agencia Reguladora de Compras Estatales. Tuvimos entonces el recurso de Fancap y ahora de legisladores del FA. En el diálogo competitivo ya hay empresas interesadas de Brasil y empresas internacionales con filiales en Uruguay.
¿A qué monto llegará la pérdida de la división este año?
Todavía no tenemos el cierre, que va a ser fines de noviembre. Pero este año podemos estar en US$ 12 millones de pérdidas.
¿Este es el único negocio deficitario que tiene Ancap?
Hemos estado trabajando en otros negocios que tenían sobrecoste. Hemos corregido muchísimo Alur. En este sentido trabajamos con una perspectiva de crecimiento. Ahora, por ley se eliminó la mezcla del biodiesel. Pero abrimos mercados y lo estamos exportando. Solamente el tema de la mezcla era un sobrecoste para el gasoil. Alur se va a ir transformando hacia lo renovable, yendo al hidrógeno. En el tema del azúcar, que tiene subsidio, debemos bajar esos costos. Cuando asumimos teníamos deudores en Alur. Eso tenía que ver con que muchos productores declaraban más hectáreas de las que tenían.
¿Cómo se generaban esas deudas?
Es que muchos productores declaraban más hectáreas de las que tenían para recibir los subsidios, que los pagaba Alur. Cuando llegué a Ancap en 2020, había un campo de cooperativa que debía en el entorno de US$ 800 mil a Alur. Esa cooperativa no siguió. Transformamos a un grupo de productores inclusivos, los llevamos a ese campo de Colonización y hoy es impresionante cómo tienen caña plantada. Encontramos en Alur una situación muy desordenada. No tenía inventario. Había más de 4.000 productos que no tenían rotación. No se sabía lo que se tenía. Hubo que reordenar la compañía. Por ejemplo, se entregó un campo que estaba arrendado y tenía un costo importante. Ahora se dignificó al productor. Se buscó a quien quería trabajar y tenemos más fuentes de empleo. Los resultados han sido óptimos.
¿Qué sucede con las plantas de combustibles de los aeropuertos?
En el caso de Laguna del Sauce, que se pasó a un privado, son cuatro los trabajadores que van a ser reubicados. Estamos dialogando con el sindicato. Siempre estuvimos abiertos a ese diálogo. Nunca fuimos de imponer. Ahora estamos a la espera de las conclusiones. Pero debo aclarar que con este negocio estamos perdiendo en el entorno de US$ 1 millón por año. También tenemos costos operativos en la planta del aeropuerto de Carrasco.
¿Cuál es su balance de este año?
Vamos a terminar 2022, por las proyecciones que tenemos, con un resultado positivo. Tenemos una empresa en equilibrio, saludable y pagando pasivos financieros que venían del pasado. Estamos reordenando la empresa y a su vez estamos por debajo del PPI, en más dos pesos en naftas y cuatro pesos en el gasoil, en el surtidor. Por lo tanto, estamos por debajo de lo que un importador cobraría si trajera estos productos a Uruguay, a la vez de ubicarnos al tope con el margen de refinación. La producción en el país nos favoreció, con volúmenes históricos de ventas de gasoil, porque el campo trabajó bien y ahora esperamos la zafra de temporada de turismo.
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