Los últimos datos del INE indican que la pobreza infantil en menores de 6 años alcanzó el 22,5% durante el primer semestre de este año. Entre los 6 y 12 años la cifra es 18,5%. Pero no solo de números se trata. En el barrio Nuevo Paris, los niños presentan “cambios grandes en su fisonomía”, están más flaquitos, tiene cuadros de desnutrición y mucha soledad.
Las cifras de pobreza infantil en el país, sobre todo para los niños menores de 6 años, han vuelto a estar en el tapete. Mientras el gobierno intenta dar explicaciones sobre la situación, la oposición y diferentes sectores sociales reclaman respuestas.
Esta semana el presidente Lacalle Pou expresó a los medios que el aumento de la pobreza era una “lectura” y dependía del semestre en que se calculaba. Por su parte, la vicepresidenta Beatriz Argimón pidió al director de OPP Issac Alfie hacer un gerenciamiento sobre la ejecución de las partidas destinadas a primera infancia, mientras que el senador Mario Bergara del Frente Amplio criticó las políticas del gobierno que benefician a unos pocos.
El último trabajo elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y publicado en las últimas semanas dan cuenta de que en el primer semestre de este año la pobreza en menores de 6 años se encontraba en 22,5%. En igual periodo del año pasado las cifras indicaban que para esa población la pobreza era de 16,1%.
Cuando la realidad golpea cerca y tiene rostro de niño
Ana Campoleoni es directora de Giraluna (Centro de Educación Alternativa) y maestra secretaria de la escuela 355 del Complejo Educativo Quinta de Luis Batlle en el barrio Nuevo París. Consultada por La Mañana, indicó que en los últimos años aumentó la pobreza en los niños que asisten a los centros educativos y sociales. Según Campoleoni, presentan “cambios grandes en su fisonomía, con gurises muy flaquitos”. Además de la mala nutrición, asisten a clases de manera muy intermitente (resabios de la pandemia) y, según ella, tienen mucha soledad. Esto último sería porque muchas madres integran los planes laborales de la intendencia y dejan a sus hijos solos muchas horas.
La docente cuestionó los cambios implementados en los últimos años que pasaron de “una cuestión de justicia social” a nuevos paradigmas donde un importante sector de la sociedad –que según ella incluye algunos actores políticos–, opina que estas personas son “pobres porque quieren”. En la misma línea criticó la eliminación de programas como SOCAT (Servicios de Orientación, Consulta y Articulación Territorial del MIDES) y las “mínimas” intervenciones de las ETAF (Equipos territoriales de Atención Familiar) en el territorio.
Campoleoni reconoce que, en este gobierno, lejos de cortarse las ayudas económicas para estos sectores de la sociedad, se incrementaron. “Pero lo que no tenemos son equipos que ayuden a estas personas”, enfatizó. Desde hace 30 años trabaja con la población del asentamiento “19 de Abril” que tuvo su origen en 1938. Ella nota que con los años se fue generando una situación de personas con necesidades básicas insatisfechas. “Yo como sociedad no le estoy generando otro espejo” en el cual puedan verse, opinó la entrevistada.
La escuela tal vez sea el mejor refugio para encontrar esos “espejos” que les sirva para cambiar la percepción de sus propias vidas. Para eso desarrollan actividades relacionadas con mejorar los hábitos nutricionales incorporando frutas y verduras, aunque se trate de alimentos que solo encuentren en los comedores de las escuelas o instituciones donde participen. Apeló a que exista un cambio de criterio desde las autoridades “porque no hay mucha apertura a tener más Clubes de Niños o Caif”, sobre todo en los barrios más necesitados.
La docente sostuvo que desde Giraluna “se promueve la niñez y se promueve la adultez” con una mirada que se enfoca en la persona, pero también en su familia. Defendió la agenda de derechos que pone a la persona y la familia en el centro de atención, y mencionó el derecho que tiene la familia a ser apoyada para el cuidado de sus niños.
“Hemos avanzado en darnos cuenta de no responsabilizar a la familia porque no pueden cubrir con las necesidades básicas de sus hijos”, indicó. Cuestionó que la sociedad no le puede pedir a estas familias algo que no han podido “construir” en sus propios núcleos. Fue más explícita y sostuvo que durante mucho tiempo la sociedad vivió en una “mentira” que decía que “no había niños sin escolarizar, pocos pobres y que la educación era universal”.
Un dialogo por la vida
Preocupados porque este tema tenga su lugar en la agenda de los uruguayos, el colectivo “Un dialogo por la vida” reunió a más de 80 personas en las instalaciones del Centro Social La Paz de la ciudad de La Paz en Canelones. La actividad denominada “Pobreza infantil cero” fue moderada por el periodista Daniel Castro y disertaron el Dr. Uruguay Russi, la Ec. Alejandra Picco, el Dr. Daniel Borbonet y la coordinación de la Dra. Jacqueline Ponzo.
En diálogo con La Mañana, el Dr. Russi sostuvo: “como sociedad abordamos algunos temas que deben ser tratados como agenda país”. Tras conocerse las cifras divulgadas por el Instituto Nacional de Estadísticas con respecto al incremento de niños bajo la línea de pobreza se vio “la necesidad” de reflotar el tema “para que se logren soluciones a corto y mediano plazo”. Se trata de conformar un equipo de personas que desde sus ocupaciones y lugares de decisión puedan aportar con una mirada constructiva aún dentro de las discrepancias.
El profesional planteó la necesidad de abordar esta problemática “lejos de las agendas partidarias” y colocarla como un tema país para evitar “que crisis como la pandemia” dejen de priorizar “algunas políticas que estaban dando buenos resultados”, como las de primera infancia.
Las cifran muestran que uno de cada cinco niños en el Uruguay se encuentran bajo la línea de pobreza. Se trata de niños con necesidades insatisfechas que “no solamente habrán perdido su infancia, sino su adolescencia y el futuro del país”. Russi señaló que los primeros mil días desde la gestación son determinantes para el futuro de la vida de ese niño. “Si no abordamos políticas en ese período estamos condenando a esa infancia” a tener un futuro inadecuado.
Históricamente hubo una infantilización de la pobreza
La Ec. Alejandra Picco coincidió que hubo un incremento de la pobreza infantil, profundizado luego de la pandemia. Históricamente la pobreza infantil ha duplicado el promedio general. Durante el periodo en el cual los registros daban muestras de una caída en los niveles de pobreza en el país que alcanzaba entre el 7% y 8%, la pobreza en los menores se ubicaba en el 17%. De este modo la especialista sostuvo que “partimos de esa situación de infantilización de la pobreza”.
Con la pandemia en 2020 también llegó el cese de actividades y la paralización del mercado de trabajo. “La insuficiencia de políticas públicas potentes como para atender a esa gente que quedó al costado hicieron que la pobreza aumentará mucho”, agregó la economista. En ese período se pasó de 300 mil a 400 mil pobres y “en ese incremento cayeron hogares con niños”. Si bien hubo una recuperación importante de un poco más de 30 mil personas, también se está verificando grandes dificultades para las familias con mayor cantidad de niños a cargo.
Caída del informalismo aún genera dudas en cuanto a su sostenibilidad
Picco señaló que “hubo una insuficiencia de las políticas de atención o por lo menos una insuficiencia de políticas lo suficientemente fuertes” para paliar esa situación. “Los puestos de trabajo que se perdieron durante la pandemia fueron mayormente en el sector informal de la economía”.
La profesional señaló que las transferencias estatales que reciben estas personas distan de lo necesario para dejar de ser pobres. Antes de la pandemia esas transferencias eran acompañadas por ingresos provenientes de trabajos informales. Durante ese período anterior a la pandemia, el informalismo alcanzaba al 24%; en 2022 esta tasa cayó a 21%. Para la economista hay una disminución en las tasas de informalismo, pero los empleos no son de largo aliento.
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