La Mañana conversó con la coordinadora de la Unidad de Sustentabilidad y Cambio Climático del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) acerca de la última conferencia mundial sobre cambio climático y las acciones que se llevan adelante en Uruguay relativas a los sistemas de producción.
¿Qué fue los más sustancial que dejó la COP27 para Uruguay y la región?
En la COP27 suceden varios procesos a la vez, o varias discusiones sobre diferentes temas. Yo participé junto con el ministro Mattos de la delegación del MGAP y, desde el punto de vista de las negociaciones, se logró mantener a la agricultura como uno de los temas de agenda de la convención de cambio climático. Eso quiere decir que se siguen buscando maneras de obtener formas y mecanismos de financiación para asuntos relacionados con los impactos del cambio climático en la agricultura.
Dentro de las negociaciones, hay que ver cómo se costean los impactos del cambio climático. Ya hace tiempo algunos países tenemos interés en crear un mecanismo de financiamiento para pérdidas y daños. Y bueno, se llegó a delinear un esbozo de algo que fue bastante celebrado. Claro que siempre hay que poner las cosas en perspectiva. Si bien el cambio climático en Uruguay tiene un impacto, y se proyecta que puede ser significativo, hay otras regiones del mundo donde el cambio climático tiene impactos muchos más fuertes; como los pequeños países que son islas, donde el nivel del mar está haciendo destrozos, o lugares donde hay procesos de desertificación muy fuertes.
Aparte de eso, hay una cantidad de actividades que suceden que son promocionadas por instituciones o países. Uruguay participó en el estand que armó el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), donde tuvo la oportunidad de mostrar algunas acciones que se están llevando a cabo en el país, particularmente en ganadería.
Por otro lado, Uruguay actualmente ocupa la Presidencia del Consejo Agropecuario del Sur (CAS), que reúne a una serie de países, y tuvo un rol protagónico a nivel de los ministerios de agricultura de la región; y el IICA funcionó como un catalizador.
Hubo un panel de ministros donde se planteó fuertemente el llamado a atender las vulnerabilidades climáticas asociadas a la producción de alimentos.
¿Cuáles fueron las primeras acciones ejecutadas en el marco del Plan Nacional de Adaptación a la Variabilidad y el Cambio Climático para el Sector Agropecuario y los principales resultados del proyecto Ganadería y Clima?
El PNA estableció líneas sobre prioridades de adaptación en el sector agropecuario. Nosotros estamos monitoreando los indicadores que se dan en la matriz para tratar de ver cómo se avanza o no en los temas que están ahí planteados.
Ganadería y Clima es un proyecto implementado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) que lo hace el MGAP con el Ministerio de Ambiente, y con la participación del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y la Facultad de Agronomía, donde se trabaja en predios ganaderos, principalmente criadores, de cuatro zonas del país, con medidas que se están aplicando, a través de un sistema de extensión que creó el proyecto.
En estos dos años cerrados que tenemos de resultados, y a pesar del déficit hídrico que hubo en estos años, pudimos ver mejoras en la productividad, mejoras en los ingresos familiares. Al mismo tiempo, es importante con respecto a cómo se presenta el país, la disminución en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Todo eso es un ejemplo de que tenemos prácticas que sirven para adaptarse a períodos de déficit hídrico –en este caso– y, a su vez, tienen beneficios para reducir los gases de efecto invernadero que son los causantes del cambio climático.
¿En qué consiste el proyecto de la Huella Ambiental de la Ganadería?
La Huella Ambiental de la Ganadería es un equipo multinstitucional que ha estado trabajando este año –y que va a continuar trabajando con los equipos técnicos de Ambiente y el MGAP, con la participación de la Facultad de Agronomía y del INIA– intentando ponerles números a algunas de las cosas detrás de cómo funcionan los sistemas productivos en Uruguay.
Lo que se empezó este año fue como una primera aproximación a un análisis del impacto de la ganadería en todo el aire o sea los gases de efecto invernadero, y con respecto a la calidad de las aguas en lo que tiene que ver con nutrientes, y sobre el suelo.
Esto, ¿para qué sirve? A la hora de comunicar cuáles son los productos que vendemos, es muy importante que podamos mostrar con números, de manera cuantitativa, qué es lo que sucede en Uruguay.
El hecho de que Uruguay sea un país exportador le da relevancia a eso; a tener cuantificado, en este caso la Ganadería, cuáles son los impactos ambientales o cómo estamos manejando o mejorando, y mostrando las virtudes de nuestros sistemas de producción.
Respecto al sistema forestal, ¿cuáles son los principales desafíos ambientales?
Por el lado que tiene que ver con cambio climático, adaptación y mitigación, definitivamente los bosques nativos y las plantaciones forestales juegan un rol en capturar carbono. Ese es el rol que juega en la conversación de la COP27.
Recientemente, por ejemplo, el lanzamiento que hubo de los bonos indexados a indicadores del cambio climático; uno de los indicadores que tienen esos bonos soberanos es sobre área de bosque nativo.
En este caso, Uruguay pone como chapa para mostrarse el hecho de que hace una ganadería en su deforestación. Entonces ahí, por un lado, el bosque nativo está capturando carbono, y, por otro lado, nos sirve para posicionarnos en el mercado, en este caso de los bonos, como una cosa que nos diferencia.
¿De qué se trató el acercamiento de la Fundación Gates con autoridades locales el año pasado?
Lo que me preguntaste de la Huella Ambiental de la Ganadería de alguna manera se apoya en este tipo de cosas: alguien desde afuera que opina sobre la ganadería y el impacto. Y esta es la forma de dialogar con los que consumen nuestros productos, mostrar qué hacemos, cómo lo hacemos y qué impacto tiene.
La Fundación Gates, cuando estuvo acá, se interesó mucho en nuestros sistemas de producción. Las preguntas que nos hicieron eran, por ejemplo, sobre el proyecto de Ganadería y Clima: ¿Ustedes entienden que esto se podría replicar en otros países del mundo? Obviamente que nosotros respondimos que sí.
Entonces, cualquier sistema pastoril tiene factores en común que hacen al manejo del forraje, al manejo de los animales y a lograr un manejo sostenible de los recursos forrajeros para tener buena productividad.
En definitiva, a ellos, en aquel momento, lo que les interesaba era saber qué números, cuál es el impacto, qué es lo que se necesita en equipos, cuánto se produce.
Yo creo que, de todos modos, Uruguay siempre está dispuesto a desarrollar cooperaciones e intercambios. En parte, lo que sucedió en la COP27 se trata de eso, de compartir e intercambiar con otra gente y tener la oportunidad de mostrar qué es lo que hacemos nosotros y de qué manera.
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