El Instituto Plan Agropecuario presentó las Carpetas Verdes del ejercicio 2021/2022, el evento estuvo a cargo del Ing. Agr. Carlos Molina que lleva 18 años a cargo de ese programa.
“Las Carpetas Verdes es una herramienta de registro de las empresas ganaderas que ya es clásica en Uruguay”, dijo Molina a La Mañana, “sus orígenes están en la década del 60 con la Comisión Honoraria del Plan Agropecuario. El nombre se genera porque los registros se hacían en una carpeta de color verde y hojas amplias para facilitar el escribir en ellas, donde se registraba desde el movimiento de haciendas hasta los gastos” de cada establecimiento.
Desde entonces a la fecha la evolución y los cambios han sido muchos de la mano de la tecnología. En la década del año 2000 la herramienta comenzó a modernizarse, ahora cuenta con un software en los servidores del Plan Agropecuario. Lo que no cambió es que la información que se obtiene parte de los productores que la facilitan y que se trata de manera absolutamente confidencial.
Un ejercicio “excepcional”
Respecto a los datos, Molina dijo que “ya se vislumbraba que el ejercicio 21/22 iba a ser excepcional” porque “el comportamiento de las empresas fue creciente y sostenido tanto en ganado gordo como la reposición, a pesar de los costos de los insumos, el tipo de cambio, la inflación, y los precios de los servicios”. De todas formas, desde el punto de vista de los resultados “fue el mejor ejercicio por amplio margen”, insistió, gracias al precio de la carne vacuna y ovina, no así de la lana.
También hubo crecimiento de la productividad: “Los kilos de carne producidos aumentaron respecto al año anterior a pesar de los eventos climáticos adversos. No podemos olvidar que el año pasado hubo una primavera y un verano Niña, la tercera consecutiva y en algunos lugares se prologó hasta el otoño, es decir que el clima jugó en contra de los productores, no obstante se lograron incrementos en la producción entre 3% y 5% en los kilos producidos respecto al año pasado, y eso sumado a la mejora de los precios del 20% en la reposición y del 35% en el gordo, ese combo consolidó un ejercicio de buenos resultados, a pesar de que los costos subieron entre 10% y 20%”.
Alta capacidad de gestión
Molina destacó que este año como en ejercicios anteriores se evidencia que “los productores tienen una alta capacidad de gestión, la cual se ve reflejada en que toman decisiones con información objetiva, porque miden lo que pasa en sus empresas, miden los resultados que logran, miden los costos, miden y presupuestan el pasto que tienen y eso les permite tomar decisiones con evidencia empírica e información objetiva”.
“Una de las claves de estas empresas” es que “trabajan con más pasto” con lo cual “están menos expuesto al riesgo climático, les permite capturar más agua de la poca lluvia que cae, les permite secuestrar más carbono lo cual es ambientalmente saludable, y sobre todo permite desacoplar la falta de lluvia con la falta de pasto. Que no llueva no significa que inmediatamente se queden sin pasto, entonces una de las claves fundamentales es trabajar con más pasto para poder tener una empresa con más capacidad de adaptación, con más resiliencia, con más capacidad de repuesta”.
Eso “no se logra de un día para el otro, es un proceso. Primero hay que tener es la decisión clara y la infraestructura mínima necesaria para el manejo del ganado, como potreros, agua, sombra. Y esas son las empresas que lograron mejores resultados”.
Respecto a los resultados medido a través del ingreso de capital promedio para el ejercicio 21/22, Molina dijo que “fue de US$ 129 que es 130% más que el promedio de los 21 ejercicios, y 67% más que el año anterior, a pesar de los eventos climáticos adversos y que los costos nunca habían subido tanto de un ejercicio a otro”.
“Lo otro que estos productores hacen es combinar inteligentemente las tecnologías de procesos con las de insumos”, o sea, “lo que hacen en sus campos con lo que compran afuera”.
El dólar también afecta: “Perdió entre 7,5% y 9% frente al peso, eso es negativo porque también hizo subir los costos” junto “con la inflación que fue entre 8% y 9,5%. Esa combinación de la sequía, el dólar que baja y la inflación que se mantiene es negativa para los costos de producción”, subrayó.
Los resultados 2021/2022
Las empresas de ciclo completo del norte y litoral norte, incrementaron el producto bruto un 33%, los costos 21%, llegando a 115 US$/ha de costo. Ingreso de capital aumenta un 46% llegando a US$ 134.
Las empresas de ciclo completo del este-noreste-sureste, obtuvieron US$ 251 de producto bruto, 49% más que el año anterior; US$ 118 de costo, un 23% crecieron respecto al ejercicio anterior. US$ 133 fue el ingreso de capital.
Las empresas criadoras, en el norte y litoral norte del país, alcanzaron los 217 US$/ha de producto bruto, 96 US$/ha de costo, 10% más que el año pasado. 121 US$/ha de Ingreso de capital, 70% más que el año pasado.
Los criadores este, noreste, sureste registraron un producto bruto de 237 US$/ha un 44% más que el anterior; 108 US$/ha de costos de producción, 14% más que el ejercicio anterior; US$ 129 de ingreso de capital por hectárea.
Sobre cómo comenzó el ejercicio actual (2022/2023), Molina dijo que en los cuatro meses que llevamos ya “se muestra bastante distintos con la caída de la hacienda gorda”, aunque “la reposición no cayó tanto y las últimas lluvias hicieron que se recuperara rápidamente”.
Lo que continúa sin bajar son los costos, “y los productores necesitan más kilos para los mismos insumos, sean de hacienda gorda o terneros”.
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