Recientemente la Cámara de Industrias del Uruguay elaboró un muy completo informe en el cual presenta el resultado de un estudio de evolución de la rentabilidad industrial a través de tres indicadores construidos en base a fuente disponible y los compara con los indicadores presentados por el Banco Central del Uruguay marcado diferentes en cuanto a metodologías y resultados. El trabajo resulta sumamente relevante a la hora de conocer y entender la evolución de la rentabilidad industrial para poder llegar a un análisis acabado, sus efectos sobre la economía y otros mercados y por tanto adecuar la política económica. El entendimiento de los resultados de estudios e indicadores es sumamente relevante, así como el entendimiento de las metodologías alcances y falencias para poder concretar las medidas de política más adecuadas.
El informe y los resultados se presentan en un momento donde se vienen planteando algunas alerta sobre la realidad industrial y el entendimiento de los factores que componen la rentabilidad industrial parecen claves para la agenda económica.
Desde la CIU se ha planteado que los niveles de producción son muy buenos pero la rentabilidad no los ha acompañado. Se ha destacado que “niveles de producción de los más altos desde 2014, casi 10% superiores a la prepandemia”. Se encuentran muchas dificultades en lo que viene pasando con el tipo de cambio con un desajuste respecto a sus niveles de equilibrio donde en el contexto regional y mundial, con un mercado interno con restricciones hace que se encuentren muchas dificultades.
Rentabilidad industrial por debajo de los valores 2009 – 2015
La rentabilidad industrial ha tenido alguna recuperación en lo que cerro el 2020 pero los niveles se mantienen por debajo de los valores 2009-2015.
Para ello la CIU calcula tres indicadores trabajando en base a una muestra de 190 empresas que representan el 64% del Valor Bruto de Producción del núcleo industrial manteniendo esta muestra una estructura bastante similar por grupos a la totalidad de las empresas. Los indicadores son el índice de Rentabilidad sobre ventas e base a estados financieros, en segundo lugar el mismo pero solo para exportadoras de más de usd 500.000 al año y e finalmente el índice de rentabilidad sobre ventas en base a la encuesta de actividad económica que releva el INE.
Desde 2009 a 2016, ambos indicadores muestran una tendencia decreciente. Entre 2016 y 2019 el comportamiento es oscilante, pero se mantiene en niveles relativamente bajos en la comparación histórica. En 2020, muestran cierta recuperación, pero permanecen en niveles por debajo del período 2009- 2015.
Los indicadores de rentabilidad muestran que la misma ha tenido una tendencia de largo plazo a la baja, pero además entre 2015 y 2019 alcanzó sus niveles mínimos históricos. Pero si bien en 2020 la rentabilidad se recupera se mantiene en niveles relativamente bajos, inferiores a 2015.
Cuidado con los datos oficiales
En el mismo estudio que presenta la CIU afirma que el Índice de Explotación Bruto Unitario de la industria exportadora (IEBU) del Banco Central no es un buen indicador de la evolución de la rentabilidad de la industria exportadora y esto tiene que ver con la construcción del propio indicador que se basa en una estructura 2005. Este indicador según lo que muestra su metodología para las empresas exportadoras es una relación entre un índice de precios de exportación y un índice agregado de costos. El índice de precios de las exportaciones agrega el de cada rama considerando su participación en el total de las exportaciones del año anterior, mientras que el índice agregado de costos unitarios considera, además de la participación en las exportaciones del año anterior, la proporción de costos respecto a la producción de cada rama.
Las dificultades que visualiza la CIU tienen que ver con el tipo de indicador que no permite la medición global de la rentabilidad excluyendo aspectos determinantes. Entre los elementos que se destacan este indicador solo contempla los componentes asociados a los costos de producción dejando fuera gastos como administración y ventas, los costos financieros y los impuestos directos (IRAE e Impuesto al Patrimonio). De esta forma excluye costos que pueden ser de relevancia. A su vez, el tipo de agregación hace que se realicen supuestos en relación con la productividad que no está muy claro que sean reales. De esta forma al encontrarse divergencias con los índices propuestos con la CIU hace que los resultados sean cuestionables, más cuando la Cámara hace un análisis en base a datos oficiales dimensionando el alcance de cada indicador construido.
Se destaca en el informe que existe una trayectoria divergente entre el margen bruto exportador en base a Estados Financieros y el IEBU. Destacando que, en 2020, a pesar de que ambos indicadores aumentan respecto a 2019, el margen bruto exportador se ubica en guarismos 16% por debajo de los registros de 2009, mientras que el IEBU alcanza niveles máximos históricos 14% superiores a los niveles de 2009. De esta forma se llegan a conclusiones bien diferentes.
Alertas varias
La realidad de la coyuntura económica global y nacional es preocupante y debe ser parte en forma urgente de la agenda de política económica. A pesar del crecimiento que viene teniendo Uruguay existen algunos aspectos que hacen a la política monetaria que llama la atención. Los niveles de inflación, el desajuste del tipo de cambio son dos aspectos claves. El dimensionamiento de la realidad económica global y sectorial a través de una total claridad en las mediciones y en el dialogo con los sectores son aspectos claves en el proceso de buscar rumbo y tomar definiciones claras a nivel de la política económica.
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