El cuidado involucra a todos los ciudadanos sin importar actividad ni lugar del país en que se encuentre. Cualquier ave es capaz de trasladar la enfermedad varios kilómetros, ingresando a los países y contagiando a otras aves en áreas o localizaciones lejanas de las fronteras.
La amenaza de la influenza aviar está cada vez más cerca y las posibilidades de no registrar la enfermedad en Uruguay son muy bajas dado el alto contagio que tiene entre las aves y las formas de ingreso.
En Asia, Europa, Norteamérica y ahora América del Sur, la enfermedad no deja de avanzar y en la región se detectó en Colombia, Perú y Ecuador. En Uruguay la enfermedad nunca fue diagnosticada, hasta el momento.
La Dirección General de Servicios Ganaderos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) publicó un comunicado en el que señala que la influenza “afecta a aves silvestres residentes y migratorias, aves de traspatio y comerciales”.
No representa un peligro para los humanos, pero es mortal en el caso de las aves, y causa pérdidas millonarias. “Es una enfermedad producida por un virus de alta difusión entre las aves y genera grandes pérdidas en la industria avícola. Es importante resaltar que no presenta riesgo para la salud pública el consumo de carne de ave ni de huevos”, no obstante, hay que tener presente que “puede afectar a las personas que están en contacto directo con las aves enfermas”.
Recomendaciones del MGAP.
Para mantener la sanidad animal y humana, el Ministerio hizo un llamado para que se haga todo el esfuerzo posible con el fin de evitar el ingreso de la enfermedad.
Las recomendaciones del MGAP son las siguientes:
Extremar las medidas de bioseguridad en las granjas.
Restricción del ingreso de personas y vehículos al establecimiento.
Estricta limpieza y desinfección de los materiales de trabajo, de las instalaciones y vehículos que ingresan a la granja.
Mantener al día los registros de visitas y productivos.
Malla antipájaros en buen estado en laterales y portones del galpón.
Dispositivos de desinfección a la entrada del establecimiento y de los galpones.
Uso de ropa exclusiva para trabajar con las aves.
Evitar el contacto de las aves comerciales con las silvestres.
Evitar que aves domésticas compartan fuentes de agua con las aves silvestres.
Atención a los síntomas
Las autoridades piden a toda la población -no solo a los involucrados con la producción avícola- que en caso de observar aves de cualquier tipo (traspatio, silvestre o comercial) con síntomas, se comuniquen inmediatamente con la autoridad más cercana del MGAP.
Es importante que la comunicación se haga de forma inmediata, y los síntomas son los siguientes:
Muerte rápida.
Problemas respiratorios: jadeos, tos, conjuntivitis, secreciones oculares y nasales (mocos), sinusitis, asfixia.
Signos nerviosos: incoordinación, temblores, movimientos oculares y de cabeza, parálisis, convulsiones.
Disminución brusca de la postura, o huevos deformes con cáscara blanda o delgada.
Color azulado o hemorragia de crestas, barbillas y patas.
Edema en la cabeza (cabeza hinchada).
Plumaje erizado.
Diarrea.
¿Qué hacer ante un caso sospechoso?
Ante una sospecha, como fue dicho, es fundamental reportar el caso en el menor tiempo posible, y además, no manipular ni mover del lugar las aves afectadas y usar equipos de protección personal (lentes, guantes, tapabocas, mamelucos y calzados adecuados).
Para notificar la sospecha dirigirse o comunicarse telefónicamente a las oficinas zonales y locales del MGAP o al correo electrónico [email protected]
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