La empresa uruguaya Ecoplan se especializa en el diseño, la construcción, la instalación y la operación de plantas de tratamiento de aguas residuales y de potabilización, que comercializa en el medio local e internacional.
En el mundo actual no es ajeno que se piense sobre el destino de las aguas residuales de los hogares y las instituciones, puesto que el agua es uno de los bienes naturales más preciados, y las acciones volcadas al medio ambiente han adquirido una especial relevancia.
Marcelo Mascheroni Lay es ingeniero hidráulico y sanitario, y propietario de Ecoplan. En conversación con La Mañana, contó que su empresa, instalada en Punta del Este, se dedica principalmente al trabajo con plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) en zonas de la ciudad como el Aeropuerto Laguna del Sauce, el Hotel Fasano, el Complejo Tío Tom, el Complejo Solanas, y otros puntos del país y del mundo.
Mascheroni Lay se refirió a que poseen la patente de las plantas que se han exportado a Aruba, República Dominicana, Isla Santa Lucia, Panamá, Bolivia, Ecuador, Perú, San Pablo (Brasil) y de plantas potabilizadoras que se han vendido a varias instituciones en Perú, para Campamentos de Naciones Unidas y también para República Dominica.
“En Ecoplan hacemos el diseño, la construcción y la instalación, y después puede ser también la operación de las mismas”, dijo Mascheroni Lay, quien acerca de los beneficios de una PTAR de estas características sumó que “son plantas aerobicas que no requieren de productos químicos. La planta tiene una eficiencia del orden de entre el 90% y 95%, estos sistemas de tratamiento existen en todo el mundo, lo que hay que saber es dimensionarlo”.
Casi tres décadas de trabajo en el tratamiento del agua
Marcelo Mascheroni trabajó en OSE diez años mientras estudiaba. En conjunto con la empresa estatal y en sus inicios principalmente, Ecoplan realizó conexiones de agua, saneamiento, reposiciones de tuberías, extensiones de líneas de agua, líneas de saneamiento, etc. Actualmente solo trabajan con el mantenimiento de las plantas UPA.
Las plantas de aguas residuales de Ecoplan se encuentran distribuidas a lo largo y ancho del país, desde hoteles, viveros, complejos industriales, instituciones educativas hasta complejos de viviendas y barrios privados, además de residencias particulares. Respecto a la ordenanza medioambiental vigente, Mascheroni Lay aseguró que “se cumple perfectamente”.
Ecoplan tiene patente propia de una planta potabilizadora, que han exportado a Perú y a la ONU como proveedor. Actualmente tienen sucursales en Perú, Ecuador, Bolivia, Panamá y están trabajando con un socio en San Pablo, Brasil.
“También hemos diseñado la PTAR Agua Esencial en Pan de Azúcar, ellos ahora están comenzando a envasar refrescos, entonces el agua de enjuague necesita un tratamiento más avanzado”, indicó.
El objetivo principal de una PTAR es depurar la materia orgánica, contó Mascheroni Lay: “Este sistema de tratamiento tiene una eficiencia muy alta. La bacteria aerobia en presencia de oxígeno degrada la materia y la procesa en 24 horas, entonces el agua sale limpia y sin olor, por lo que se puede infiltrar o usar para riego bajo ciertas condiciones o un pequeño tratamiento posterior”.
Las exigencias medioambientales en el tratamiento de aguas residuales
Las ordenanzas con respecto al medio ambiente han ido cambiando y volviéndose más exigentes, aseguró Mascheroni Lay, por lo que es necesario que Ecoplan se vaya aggiornado continuamente en su producción de plantas de tratamiento.
“Nuestro trabajo trata de sacarle la contaminación al agua. También instalamos plantas de tratamiento en casas individuales en varias localidades del Uruguay, de modo que no tienen que llamar al camión barométrica cada vez que se llena el pozo porque la planta depura el agua y se puede disponer”, dijo.
La Dirección Nacional de Medio Ambiente hoy exige más a las empresas respecto al destino del agua para riego, y uno de los controles requeridos es el de los huevos de helminto. “Es una exigencia nueva y entonces ahora si uno va a regar en un lugar público, debe hacer un segundo tratamiento”, acotó el ingeniero.
Las plantas nuevas, por lo tanto, son más exigentes, “si no se terminan infiltrando cuando el área existente lo permite, o volcando a un curso de agua donde esté permitido, porque es un agua que no contiene elementos químicos ni metales pesados, a diferencia de lo que sucedería en una planta de tratamiento para una industria”, concluyó.
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