Si queremos reducir los precios y tener menor dependencia de otros suministradores, debemos desarrollar nuestras propias reservas de materias primas y minería. Para cumplir los objetivos de emisiones renovables e implementación del vehículo eléctrico necesitaremos minar ocho veces más cobre, seis veces más cobalto, diez veces más tierras raras y contar con el respaldo del gas natural, la nuclear y la hidráulica. Para la implementación del vehículo eléctrico y la de renovables requerida para los objetivos de descarbonización necesitaremos cuatro millones de toneladas de litio en 2035, 74 minas más de las existentes, 5.000 toneladas más de cobalto, 61 minas más de las existentes, 42.000 toneladas de níquel, 72 minas más, 56.000 toneladas más de grafito natural, ochenta minas más y 57.000 toneladas del sintético. Incluso en la estimación más optimista, necesitaríamos decenas de minas adicionales.
Pero un entorno político dominado por activistas parece ignorar o querer ocultar el cuello de botella en minería y materias primas y la dependencia de China que supone este proceso. Si la dependencia de productores de energías fósiles se ha solucionado parcialmente con diversificación y competencia, sobre todo de EE.UU. y el Mar del Norte, estamos olvidando esa lección con la renovables. La dependencia de China para el desarrollo de renovables es enorme. En refino y procesamiento de metales, China es el 40% del cobre mundial y del níquel, el 50% del litio, más del 60% del cobalto y más del 80% de las tierras raras. En energía solar, China controla el 80% del proceso de fabricación en la cadena de valor solar, es el 66% de la producción de poli silicio y el 72% de la producción de módulos solares, según la IEA. En eólica, China produce el 50% de las turbinas del mundo, pero controla hasta el 65% del proceso de fabricación de componentes en muchos países.
Si seguimos con la burocracia y el intervencionismo, pasaremos de depender de Rusia a depender de Rusia y de China. Para llevar a cabo la transición energética sin entrar en un problema de dependencia mayor debemos abordar la necesidad de aumentar opciones internas y externas y diversificar en toda la cadena, desde minería hasta fabricación de producto.
Ec. Daniel Lacalle Fernández, La Razón, España
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