El refrán es conocido, uno de los tantos del famoso refranero español, ¿más vale solo que mal acompañado? Lo traigo a cuento dada la situación de Cabildo Abierto en la política nacional en el momento actual y desde hace tiempo ya. Quiero dejar bien en claro desde que esta es mi opinión personal (y la de algunos amigos) pero nada más. Soy solamente un militante más y lejísimo está dentro de mis intereses aspirar a otra cosa. Pero estimo que el tema no puede eludirse por más tiempo.
El partido integra una coalición de gobierno en una situación muy peculiar. Desde el 1° de marzo de 2020 todas sus propuestas no han sido acompañadas por sus socios de la coalición gubernativa en una actitud realmente antipática, al punto tal que la única ley que el Poder Ejecutivo vetó provenía de Cabildo Abierto. Sinceramente llama la atención y además, molesta o por lo menos a mí me molesta, teniendo en cuenta que fueron los votos aportados por Cabildo los que permitieron el cambio de gobierno, cosa que se olvida o se omite por muchos.
He dicho cambio de gobierno y así es, pero además de eso no ha cambiado casi nada. ¿Las auditorías? Bien, gracias. ¿Las reformas –por lo menos– de ese mamarracho llamado Código del Proceso Penal? Bien, gracias. ¿El voto secreto en los sindicatos? Bien, gracias. Y ni que hablar de los continuos procesamientos (me cuesta llamarlos formalizaciones) de militares octogenarios que en su momento defendieron la Patria y ahora se los ataca cuando no tienen cómo defenderse, y eso que las fiscalías dependen del Poder Ejecutivo (¡!). Esta situación me hace acordar a la película Il Gatopardo cuando el protagonista, encarnado por Burt Lancaster, decía la famosa frase de que “algo tiene que cambiar para que todo siga como está”.
Ahora el Poder Ejecutivo ha respondido al pedido de Cabildo (acompañado por los demás partidos de la Coalición Republicana) mandando al Parlamento un proyecto de ley para resarcir material y moralmente a los descendientes de las víctimas de la subversión, la mayoría policías de bajo rango, soldados y civiles que tuvieron la desgracia de estar en un lugar incorrecto. Pero no crean que esto cambia mucho las cosas. He leído por arriba el proyecto de ley y, sin perjuicio de que hay que profundizar en su contenido, me parece poco claro y difícil de poner en práctica. Como que es un huesito arrojado al perro de la casa después de un asado para que se quede contento y perdóneseme la comparación gráfica.
¿Qué estamos haciendo pues en la Coalición? Estamos siendo dejados de lado, esto no lo ve quien no quiere verlo. Pero la solución no es, como han pensado algunos espíritus poco avispados, en pasar a la oposición, no, nada de eso. La solución pasa por votar lo que los demás en la Coalición decidan SIEMPRE Y CUANDO VOTEN LO QUE PROPONE CABILDO ABIERTO (mayúscula mía). “Do ut des”, como decían los romanos. Ese es nuestro único camino, según creo humildemente, para poder incidir en la política gubernativa. De lo contrario seguiremos siendo dejados de lado dándole largas a todos los asuntos planteados, como la vergüenza de no permitirnos integrar la Corte Electoral.
En fin, si alguien tiene o tuviera una opción mejor, estaría satisfecho de escucharla, aunque mucho me temo que el margen de maniobra es escaso.
Dr. Esc. César Eduardo Fontana
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