La cooperativa había planteado enviar a 54 empleados al seguro de desempleo, pero tras una negociación tripartita, el sindicato de trabajadores y la empresa firmaron un acuerdo que, según el sindicato, “minimizó los impactos”. En tanto, el Poder Ejecutivo avanza en reglamentar los Fondos previstos para salvaguardar a la industria láctea, que podría brindar una solución para Calcar.
La posibilidad del cierre parcial o total de la planta de la Cooperativa Láctea de Carmelo (Calcar) ubicada en la ciudad de Carmelo ha sonado con más fuerza en las últimas semanas debido a los problemas financieros que acarrea la unidad productiva. Esto se debe a la pérdida progresiva de productores remitentes, agravados por la imposibilidad de exportar sus productos a Rusia (uno de sus principales clientes) por el bloqueo comercial que tiene ese país a raíz del conflicto bélico latente en Ucrania.
La incertidumbre instalada a fines de 2022 pasado se despejó, en parte, tras la reunión tripartita desarrollada el pasado 4 de enero, donde la empresa había informado que a partir del jueves 12 serían enviados 54 operarios de la planta de Carmelo a seguro de desempleo por un período de cuatro meses. Este anuncio generó preocupación entre los 182 empleados de Calcar, en particular, los que desempeñan sus funciones en la planta carmelitana, donde se elaboran productos para la exportación.
Por este motivo, la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) se declaró en estado de alerta y expresó públicamente su reclamo de llegar a “una salida negociada y en acuerdo con el sindicato de Altrac (Asociación Laboral de Trabajadores de Calcar) y FTIL”. En el caso de no llegar a un acuerdo e “instalarse de forma unilateral los seguros” de desempleo, la gremial tiene previstas “medidas de paro y lucha a nivel nacional en toda la industria”, como la de no recibir leche de Calcar “en ninguna de las plantas industriales donde esté la federación”, anunció la FTIL, que el pasado lunes 9 realizó un plenario extraordinario con movilización en Carmelo, en rechazo al envío al seguro de paro de 54 trabajadores de Calcar.
Consultado por La Mañana, el dirigente de la FTIL, Enrique Méndez, dijo que el escenario es “extremadamente complejo” y que “nuevamente se pone el costo de toda esta situación en las espaldas de los trabajadores”, advirtió el sindicalista. Apuntó que “las dificultades financieras que la empresa acarrea tienen que ver con cuestiones de una muy mala gestión empresarial”, que a la postre, “ha repercutido y ha impactado negativamente en los trabajadores, que han recibido el chaparrón de esas dificultades, teniendo impactos en sus ingresos, con pérdidas de hasta el 30% de su salario”, indicó.
Méndez recordó desde 2018 que vienen reivindicando (con el apoyo del Instituto Cuesta Duarte) “planteos en proyección, en líneas de producción, en nuevas maquinarias, en formas que mejoren las condiciones para la producción y aumente la productividad y mejoren las condiciones para los trabajadores y de todos en general”. El dirigente lamentó la capacidad ociosa de maquinaria comprada que no fue instalada, como los casos de “un par de calderas sin instalar; un esqueleto de torre de leche en polvo en la planta de Tarariras; y una quesería sin terminar”, apuntó Méndez.
Solución posible a partir del Fondo de Reconversión aprobado para el sector
La semana pasada la Cámara de Diputados aprobó el Fondo de Reconversión de la Industrias Lácteas. Este proyecto convertido en ley fue impulsado por el Poder Ejecutivo en el ámbito del Consejo de Ministros. El mismo prevé salvaguardas para las industrias del sector lácteo que vienen atravesando serios problemas financieros.
Los emprendimientos beneficiados serán aquellos que no superen los 50 millones de litros de leche anuales de remisión y “deberán presentar un plan de reconversión que fundamente la viabilidad del proyecto productivo. Este documento será evaluado por una comisión técnica, con el correspondiente seguimiento”, indicó semanas atrás en Presidencia el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Fernando Mattos.
La nueva ley establece la constitución de un Fondo de Competitividad de US$ 12 millones para garantizar la asistencia financiera a las empresas que reúnan las características solicitadas. Mattos precisó que el principal objetivo es lograr la preservación de la mayor cantidad de unidades productivas y de puestos laborales, buscando la viabilidad de un plan de negocios que sea factible. “Se trata de empresas de largo arraigo en localidades del interior, con alto impacto en lo social y cultural”, sostuvo el ministro.
La norma también prevé la creación de un fondo anticíclico para el sector productivo, que se financiará mediante la retención de $ 2,20 por litro vendido de leche tarifada, con un reajuste semestral. Se buscaría brindar estabilidad al sector lácteo, dándole garantías para poder desarrollarse sin sufrir los efectos de las oscilaciones del precio internacional que afecta la rentabilidad de los negocios.
La comisión que hará el seguimiento de los Fondos de Competitividad y de Estabilidad para el sector estará presidida por un integrante del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), un representante del MGAP y uno del Ministerio de Economía y Finanzas, y contará con la colaboración del Instituto Nacional de la Leche (Inale).
Según comentó a La Mañana el subsecretario del MGAP, Juan Ignacio Buffa, dicha comisión viene trabajando en el ámbito del MIEM para definir, a la brevedad, las bases de un decreto reglamentario para poder instrumentar los fondos previstos en la ley. Buffa no quiso hacer referencia al caso particular de Calcar, no obstante, hizo hincapié en que estos instrumentos enviados desde el Poder Ejecutivo fueron justamente “para poder contribuir a resolver situaciones como la que atraviesa esa empresa”, precisó.
Por su parte, desde el sindicato advierten que las reconversiones previstas en la norma deberían tener “especial cuidado” respecto al mantenimiento de puestos de trabajo. Méndez manifestó que “las definiciones que se tomen para Calcar no pueden dar la espalda a los sectores más vulnerados que son los trabajadores y los pequeños y medianos productores”.
“No pueden pensar en cómo se reconvierte Calcar prácticamente sin trabajadores”, expresó el gremialista. “Si quedara un puñado de trabajadores no sería una alternativa viable y buena ni para los trabajadores, ni para Calcar, ni para las localidades de Carmelo, de Tarariras, ni de Colonia”. Agregó que la intención de la FTIL es que se siga produciendo en la planta de Carmelo.
Primera instancia de negociación tripartita en el Ministerio de Trabajo
A las 14 horas del martes 10 de enero se desarrolló una reunión tripartita en la Dirección Nacional de Trabajo (Dinatra) para que las partes negocien e intenten destrabar el conflicto la empresa Calcar con sus trabajadores, luego del reciente anuncio de envío de paro de unos 54 trabajadores de la planta de producción de Calcar en Carmelo.
Desde la FTIL expresaron su intención que de este espacio de negociación “se pueda avanzar en lugar de profundizar las diferencias” y “encontrar el máximo de soluciones posibles, que minimicen el impacto, pero que brinde garantías de que harán los esfuerzos para reiniciar la producción en Carmelo”, señaló Méndez. “Si no surge una negociación de estas características y los envíos al seguro de paro se hacen de forma unilateral, sin el acuerdo con el sindicato en todo lo que engloba la negociación, sin dudas que nuestra federación no estará avalando esos envíos al seguro de paro, y no vamos a estar nosotros produciendo en otras plantas la producción que hubieran elaborado nuestros compañeros en Carmelo, y de esa forma no vamos a recibir la leche que envíe Calcar a otras industrias”, advirtió Méndez. Agregó que entre las medidas de lucha que tenía resuelto el plenario de la federación también están previstos paros por turnos en toda la industria láctea, “sin descartar tampoco, a futuro, “un paro de 24 horas con movilización en Carmelo”, anunció.
Finalmente, las partes llegaron a un acuerdo que firmaron en la tarde del martes 10, que “minimiza los impactos en los trabajadores”, valoró el sindicalista del sector lácteo.
“No son acuerdos de celebración y alegría en torno a lo que se está discutiendo, de una situación de dificultad, pero hay que decir que en ese afán de poder negociar y no tener que llegar a una situación conflictiva ni en Calcar, ni en el resto de la industria láctea, con la intención de poder encontrar soluciones y garantías”, indicó.
La planta de Carmelo estará produciendo por cuatro meses, aunque sí madurando quesos, aseveró el sindicalista, “pero logramos una minimización de los seguros de paro”, al pasar a ser 37 los trabajadores afectados en un régimen de paro “rotativo”, donde cada trabajador podrá hacer uso de parte de su licencia, valoró el gremialista. También se minimizó el “impacto económico” a través de un acuerdo en las partidas y se acordó un “formato de traslados” entre las plantas, comunicó Méndez.
Otro aspecto “fundamental” que valoró Méndez es que, “siendo que Calcar se va a presentar al Fondo de Reconversión, por lo que tiene que realizar un proyecto, la empresa se comprometió a presentar ese proyecto antes de que finalice marzo”. En ese sentido, “se acordó que el proyecto, antes de ser presentado al Fondo, sea presentado al sindicato, para poder negociar y acordar, en el entendido de que para nosotros el centro de la negociación del día de hoy (martes 10) sea la reapertura productiva de la planta de Carmelo luego de estos cuatro meses”. A su vez, anunció que se acordaron capacitaciones para los trabajadores, dependiendo del proyecto que Calcar presente. También se acordaron “monitoreos mensuales”, con el objetivo de “analizar constantemente el proceso de mantenimiento de la planta para que esté pronta para la reapertura, y para ir viendo cómo va avanzando la situación”, manifestó Méndez.
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