A mediados de marzo se estaría realizando el llamado a licitación para los bloques que se asignarán en la tecnología 5G.
Si bien se trata de tres, uno ya está asignado a Antel, por lo cual los dos restantes podrían llevar a una puja entre las empresas que ya operan (Movistar y Claro), más una tercera o una cuarta. El pliego de condiciones que presentará la Ursec para su aprobación al Poder Ejecutivo habilitará esta posibilidad. La Mañana dialogó con Guzmán Acosta y Lara, director nacional de Telecomunicaciones y Servicios de Comunicación Audiovisual (una dependencia del Ministerio de Industria) para conocer más detalles sobre este proceso.
¿Cómo se viene desarrollando la implementación del sistema 5G en Uruguay?
A fines de diciembre el gobierno emitió un decreto convocando a una subasta de tres bloques de 100 MHz en 3.5 GHz cada una, que es el espectro más importante para el uso de 5G. Ese decreto, entre las condiciones que tiene, es que se reserve un bloque para Antel. Este ya ha hecho la elección de cuál es el bloque que más le interesa (NDR: 3600 – 3700 MHz). Los otros dos bloques (NDR: 3300 – 3400 MHz y 3700 – 3800 MHz) competirán para adquirirlos las empresas de telecomunicaciones. Entre ellas, Telefónica (Movistar) y Claro. Tenemos un piso de US$ 28 millones para la venta de cada uno de esos bloques. En el caso de que alguna empresa no adquiera uno de los bloques, en los 30 días subsiguientes, Antel puede manifestar el deseo de comprarlo, por lo cual lo adquirirá al precio base establecido, o sea, US$ 28 millones. La particularidad que tiene esta licitación con relación a otras es que establecieron obligaciones de despliegue. Hasta 12 meses desde la asignación 70 estaciones base, hasta 24 meses después al menos dos estaciones base, en al menos 10 departamentos del país (excepto Montevideo) y hasta 36 meses desde la asignación al menos dos estaciones base en cada departamento agregado que puede ser en tecnología 4G o 5G.
¿Por qué se establece que pueden ser 4G cuando ya está vigente?
Esto se debe a que queremos incentivar el despliegue del 4G que es el piso tecnológico. Deseamos llegar a tener el 100% del territorio cubierto o mejorar la respuesta porque en algunos lugares hay demasiado tráfico de comunicaciones, y tanto en ciudades como en el interior profundo se ha caído un poco el servicio 4G. O sea, damos la opción para que las empresas decidan si el despliegue obligatorio es en 4G o 5G. Y esta es la diferencia con el pasado. No solamente invierten en el espectro, sino que ponen obligaciones para desarrollar el despliegue porque puede suceder que compran el espectro, pero terminan realizando el despliegue dependiendo de las posibilidades económicas de cada empresa.
¿Un cambio más parece ser la apertura a participar empresas que no están en el mercado?
Esa es otra de las variaciones. Si bien el decreto no lo prohíbe, esta es por primera vez una licitación que se determina abierta. Hasta 2005 las licitaciones eran abiertas. De ahí en más eran cerradas, solamente podían participar en la subasta de espectro las empresas de telecomunicaciones que ya estaban establecidas. Si bien el decreto no dice que solo deben participar empresas establecidas, tampoco lo impide. Por lo cual, ante la pregunta de qué pasa si una cuarta empresa quisiera intervenir en la licitación, la respuesta es sí, lo podrá hacer. Pero lo hará en ciertas condiciones que se van a establecer en las bases. Estará que se puede presentar si es una empresa de telecomunicaciones, que tenga experiencia en más de un país. A la vez tendrá que presentar un plan de desarrollo para ser aprobado y un respaldo y ratios económicos importantes.
Con estos evitamos que venga cualquier empresa a comprar espectro. Eso es un elemento y después el mercado determinará si es viable y el gobierno evaluará si las que se presentan y no están instaladas pueden operar o no lo pueden hacer. Esa es una definición del Poder Ejecutivo. Por lo tanto, la posibilidad de que se presente una cuarta o quinta empresa existe. Si es viable o no viable tendrá que ver con el riesgo que quiera correr esa empresa que participe en la compra del espectro. Pero debo aclarar que nadie todavía tiene intenciones o sea ninguna empresa extranjera.
¿Y cómo observa usted esta posibilidad de un cuarto operador, además de Antel, Claro y Movistar?
No es tan fácil que venga un cuarto operador a competir con empresas que ya tienen un despliegue realizado en todo el país. Además, no solamente sería operar con 5G, porque necesitaría frecuencias en otras bandas que no tiene, como el 4G; salvo que con algunos operadores ya existente en plaza puedan hacer un acuerdo de uso de otras frecuencias, que es viable y ocurre en muchas partes del mundo. Por ejemplo, una empresa dice, tengo subutilizada el 3G y 4G y le arriendo parte de eso a otra empresa que ganó un bloque 5G. Si lo hacen y lo presentan, la Ursec lo autoriza porque es parte normal en el mundo de las telecomunicaciones, aunque en Uruguay no hay experiencia en este sentido.
¿Qué sucede con lo que plantea la empresa Dedicado y el espectro que tiene asignado?
Ellos tienen asignado espectro, pero no para el servicio de telefonía móvil. Está dentro del espectro que se licita, pero ese espectro se utiliza para otro tipo de servicios (Internet fijo o de punto a punto). En el caso de desear entrar en la telefonía móvil, deberán pedir autorización y el Estado lo evaluará. Y tendrán que pagar por el valor de ese espectro, que no es el mismo valor que hoy pagan. Porque hoy lo que hace Dedicado por espectro es para tecnología fija que es inferior en el costo al valor de tecnología móvil. Deberían pedir asignación de números telefónicos y plantear un proyecto de inversión.
La base es de USS 28 millones por cada bloque. Antel ya tiene uno. ¿Qué pasa si para los otros dos se presenta una tercera o una cuarta empresa?
Y el precio se va a elevar, porque van a pujar.
¿Cómo se determinó el valor de US$ 28 millones?
Ese tema llevó su tiempo, porque se discute mucho a nivel global. En principio se pensó que valía mucho más y se empezaron a ver experiencias en otras partes del mundo. En América Latina solo tres países han arrancado con licitaciones y todas son distintas. Por ejemplo, Brasil. El 95% de lo recaudado no es por dinero sino por obligaciones de despliegue de antenas y el 5% es recaudatorio. Eso es por la inmensidad de Brasil y su topografía. Chile tiene más población y otro territorio.
Le pedimos entonces a Ursec un estudio de todas las licitaciones en 24 países a nivel global y de ese estudio elevado a la Dinatel, el promedio para ellos, tomado en cuenta población y mercado, daba cerca de US$ 22 millones. El Poder Ejecutivo tomó la decisión de evaluar esto (porque se administra un bien finito como es el espectro) y tomó la decisión de llevarlo a US$ 28 millones y no US$ 22 millones que era lo que definía la Ursec. En otros gobiernos, ni siquiera se hacían estos estudios. Pero hay otras maneras de calcular el precio del espectro. Algunas empresas privadas dijeron que valía entre US$ 8 y 10 millones. La Unión Internacional de Telecomunicaciones utiliza el mismo sistema que utilizamos nosotros.
¿Cuándo será el llamado para la licitación?
Ya tenemos elementos importantes y creo que a fin de mes ya estarán las bases. La Dinatel lo estudiará y lo elevará al Poder Ejecutivo y pensamos en que a mitad de marzo estaremos realizando el llamado. Por esto estimamos que el despliegue de antenas comenzará en 2023 y 2024. Primero, sin duda, irán a los lugares de mayor concentración de población. En el interior, por ejemplo, en zonas de alta producción se necesita alta capacidad de Internet. Queremos que en cada capital departamental exista una antena de 5G porque eso también es otro elemento diferencial e importante. El interior siempre queda relegado con respecto a la última tecnología y con esta licitación se asegura a que llegue cuanto antes.
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